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Deja de sentirte incómodo: así es como debes tratar a las personas con discapacidad
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Deja de sentirte incómodo: así es como debes tratar a las personas con discapacidad

En España hay casi cuatro millones de personas con una minusvalía reconocida, lo que supone el 8,5% de la población, pero seguimos sin tratar con ellos de forma normal

Foto: Por suerte, cada vez más personas con discapacidad están plenamente integradas en el entorno laboral. (iStock)
Por suerte, cada vez más personas con discapacidad están plenamente integradas en el entorno laboral. (iStock)

Manuel fue un día a visitar a un amigo a casa y le recibió su padre, que tiene una ceguera total desde hace décadas. “¿Está Ignacio?”, preguntó. “No, se acaba de marchar”, contestó el padre. “¿Has visto si se ha llevado el ordenador?”, pregunta Manuel, dándose cuenta al momento de que acaba de meter la pata. “No lo sé, no veo”, contesta el padre, que empieza a reírse acto seguido. Pero Manuel ya había empezado a hiperventilar. No quería hacer que una persona con discapacidad se sintiera señalada, pero ahora cree haber cometido un error y su comportamiento deja de ser natural. Es entonces cuando la situación se torna realmente incómoda.

Según la última macroencuesta del Instituto Nacional de Estadística, de 2008, en España hay casi cuatro millones de discapacitados, lo que supone el 8,5% de la población. Teniendo en cuenta estas cifras, casi todo el mundo tiene relación con personas con una u otra discapacidad, pero seguimos sin saber cómo actuar cuando tenemos que tratar con ellas.

La ONG Scope, la mayor plataforma de protección de los discapacitados de Reino Unido, ha elaborado una encuesta para conocer las actitudes que las personas sin discapacidad muestran hacia aquellos que sufren una minusvalía. Y sus resultados son sorprendentes –y, creemos, muy similares a los que se obtendrían en España–.

Lo que le ocurre a la mayoría de gente es que no sabe cómo tratar con los discapacitados y, por miedo a ofenderlos, sienten vergüenza

El 67% de los británicos se sienten incómodos al relacionarse con discapacitados, lo pasan mal y tratan de evitar cualquier contacto; el 48% nunca ha iniciado una conversación con uno de ellos; el 66% nunca ha invitado a una persona con discapacidad a un evento social y sólo el 16% les ha llevado a su casa. Y lo más triste de todo: sólo el 5% de las personas sin discapacidad han tenido una cita con una persona discapacitada.

¿Significa esto que la gente desprecia a las personas con discapacidad? No, como explica en The Independent el periodista Scott Jordan Harris –que se mueve en silla de ruedas–, lo que le ocurre a la mayoría de gente es que no sabe cómo tratar con los discapacitados y, por miedo a ofenderlos, sienten vergüenza, lo que al final sí crea situaciones incómodas.

Para tratar de normalizar el trato con las personas con discapacidad, la asociación británica ha lanzado una campaña llamada End the Awkward (“Pon fin a la incomodidad”). A través de carteles y vídeos la ONG busca concienciar a la población de la necesidad de acabar con la rigidez y el miedo que tenemos al tratar con los discapacitados.

“Se trata de hacer que la gente se sienta bien”

Los vídeos de la campaña están presentados por Alex Brooker, conductor de un late show en la televisión británica, y uno de los discapacitados más conocidos del país –tiene las manos y los brazos deformados y le falta una pierna–. En ellos aparecen dos personas, una con discapacidad y otra sin ella, interactuando en situaciones incómodas, para poner el acento en lo absurdo que resultan éstas.

“Cuando me pidieron que participara en End the Awkward les dije que no quería hacer nada que hiciera a las personas sin discapacidad sentirse mal”, ha explicado el presentador en The Independent. “Pero es lo opuesto a ello. He visto campañas sobre la discapacidad antes y siempre son implacables. Lo que me gusta de End the Awkward es que tiene humor. No se trata de decirle a la gente lo que tiene que hacer, se trata de hacer que la gente se sienta mejor. No es malo sentirse un pelín incómodo”.

La mayoría de silencios incómodos provienen de gente amable y considerada que tienen miedo a decir algo inadecuado y optan por callarse

En opinión de Brooker, si tenemos dudas sobre cómo tratar a una persona con discapacidad, lo mejor es que le preguntemos con franqueza qué es lo que prefiere: “Creo que está en la naturaleza humana ser curioso. Y no creo que nadie deba sentirse mal por ello. Si le preguntas a la mayoría de gente con discapacidad algo no les va a importar”.

Jordan está de acuerdo, aunque puntualiza: “A la mayoría de nosotros no nos importa contestar una o dos preguntas sobre nuestra discapacidad, especialmente si nos permite acabar con las molestias en una situación social. Pero la incomodidad aparece tanto si se hacen muy pocas preguntas como si se hacen demasiadas. Las personas con discapacidad no quieren ser tratadas como un punto de información sobre la discapacidad”.

Lo importante que debemos recordar, asegura Jordan, es que la discapacidad es sólo un aspecto de la persona con la que estamos tratando y no es el más relevante. “Cuando hablas con una persona estás hablando con ella, no con su discapacidad”, asegura.

Tanto Brooker como Jordan reconocen que no es fácil encontrar la forma de tratar a un discapacitado, siendo sensible respecto a su problema, pero sin que este se convierta en el centro de la conversación. La mayoría de silencios incómodos provienen de gente amable y considerada que tienen miedo a decir algo inadecuado y optan por callarse, lo que acaba siendo casi peor.

Esto es lo que no debes hacer

“El gran mensaje que hay qye transmitir es que debemos tratar a las personas como personas”, sentencia Brooker. “Aceptarlas cómo son. No sentirse mal. Sentirse incómodo es parte de la naturaleza humana. Sólo date cuenta de que estás hablando con una persona. No importa lo que tengan, sigues hablando con esa persona. No dejes que la torpeza te consuma, pues si la situación se alarga en el tiempo se torna extraña. Y no quieres ser el bicho raro de la oficina”.

Para ayudar a todos los que tenemos dudas sobre cómo tratar con las personas con discapacidad, Jordan ha elaborado una pequeña guía sobre las cosas que no debemos hacer:

1. No tengas miedo de hablar con nosotros. Sólo somos personas.

2. Tampoco pienses que debes hablar con cualquier discapacitado que veas para probar que no te sientes incómodo con nosotros.

3. No tengas miedo de preguntar cosas sobre nuestra discapacidad. Pero no hables sólo de ella. Somos mucho más que eso.

4. No asumas que una discapacidad física también es psíquica (o viceversa).

5. No hables con nosotros de forma lenta y alta, a no ser que te digamos que tenemos problemas auditivos.

6. Nunca toques la silla de ruedas o cualquier otra herramienta de una persona con discapacidad: son extensiones de nuestro cuerpo.

7. Si te sientes muy incómodo no tengas miedo de admitirlo. Probablemente nos riamos contigo. Simular que una situación no es incómoda sólo empeora las cosas.

8. Si has tenido una mala experiencia tratando con un discapacitado no permitas que ésta te impida hablar con otros. No dejarías de hablar con todas las personas sin discapacidad sólo porque una vez tuviste una conversación incómoda con una de ellas.

9. No te preocupes mucho. Por muy incómoda que parezca la situación lo más probable es que estés viviéndola peor de lo que en realidad es.

Manuel fue un día a visitar a un amigo a casa y le recibió su padre, que tiene una ceguera total desde hace décadas. “¿Está Ignacio?”, preguntó. “No, se acaba de marchar”, contestó el padre. “¿Has visto si se ha llevado el ordenador?”, pregunta Manuel, dándose cuenta al momento de que acaba de meter la pata. “No lo sé, no veo”, contesta el padre, que empieza a reírse acto seguido. Pero Manuel ya había empezado a hiperventilar. No quería hacer que una persona con discapacidad se sintiera señalada, pero ahora cree haber cometido un error y su comportamiento deja de ser natural. Es entonces cuando la situación se torna realmente incómoda.

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