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Estas jóvenes recibirán 18 millones de euros, pero sólo si cumplen unas condiciones
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Estas jóvenes recibirán 18 millones de euros, pero sólo si cumplen unas condiciones

El millonario Maurice Laboz pensó un peculiar plan para repartir su herencia apenas un año antes de su muerte: pedir a sus hijas que cumplan diversos objetivos si quieren cobrar pronto su dinero

Foto: Victoria, Marlena y Ewa: tres mujeres y una herencia. (Instagram/victorialaboz)
Victoria, Marlena y Ewa: tres mujeres y una herencia. (Instagram/victorialaboz)

Por lo general, una herencia tiene como objetivo garantizar el bienestar de los seres queridos que sobreviven al difunto y asegurarse de que las posesiones terrenales terminan en buenas manos. En algunos casos, los progenitores más adinerados deciden que sus hijos deben seguir sus pasos labrándose su futuro por su propia cuenta, por lo que deciden limitar el acceso a su dinero, como ocurre con los casos de Bill Gates o Warren Buffet. No tan frecuente es que se utilice la gran cantidad de dinero que los herederos percibirán como herramienta para manejar sus designios desde la tumba, pero eso es lo que ha hecho el millonario Maurice Laboz, que falleció a principios de este año.

Laboz, que labró su fortuna gracias a la inmobiliaria Daddy Dearest, ha dejado a sus hijas 20 millones de dólares (unos 18 millones de euros) de un total de 37 millones que serán destinados a beneficencia… Siempre y cuando cumplan las condiciones que ha diseñado para cada una de ellas, que se basan básicamente en seguir sus deseos sobre su vida personal y profesional, sobre todo en lo que se refiere a su matrimonio, maternidad y carreras profesionales. Si quieren el dinero de papá, las dos hermanas –Marlena, de 21 años y Victoria de 17– deberán seguir paso a paso el camino diseñado por su padre o, si no se ven capaces de ello, esperar hasta que cumplan los 35 años, cuando recibirán todo el dinero que faltaba hasta completar los 10 millones que les corresponden.

Un pacto desde el más allá

El trato es el siguiente, tal y como está preparado para cada una de las hermanas. Marlena, la mayor, obtendrá un adelanto de medio millón de dólares si se casa, pero siempre y cuando consiga que su marido no tenga acceso a su dinero. Aún más, hasta 750.000 dólares, obtendrá si se gradúa en una gran universidad… Y escribe un ensayo de 100 palabras sobre en qué planea destinar todo el dinero obtenido de la billetera de su padre. La revisión del mismo correrá a cargo de los fideicomisarios de la fortuna de Laboz, que decidirán si este dinero va a ser empleado correctamente.

Es una manera más habitual de lo que parece de controlar las cosas desde la tumba

Aunque no han trascendido los hipotéticos detalles sobre las condiciones (si las hay) que debe cumplir Victoria para conseguir un anticipo, sí lo han hecho el resto de metas que deben cruzar para obtener el dinero antes de los 36, a saber: en el caso de que su sueldo sea “decente” en el año 2020, percibiráuna paga anual de tres veces los ingresos que figuran en su declaración de la renta, una medida que innegablemente tiene como objetivo fomentar su búsqueda de trabajo; si tienen hijos y trabajan en su hogar, recibirán el 3% de su herencia cada mes de enero… pero sólo en caso de que sus retoños hayan nacido dentro del matrimonio. Por último, si cuidan de su madre, Ewa (que actualmente tiene 58 años), y de quien su padre se estaba divorciando cuando murió, conseguirán el mismo porcentaje que si tienen un hijo.

Este último ha sido también un punto un tanto polémico del testamento del millonario: Ewa, la viuda de Laboz, no recibía ni un dólar según el deseo de su marido –que considera que el contrato prenupcial la deja fuera de este reparto–, por lo que ha decidido que lo impugnará. En opinión del abogado Jeffrey Barr, que ha sido consultado por The New York Post, “es una manera de controlar las cosas desde la tumba”, y se trata de algo más común de lo que parece, especialmente entre aquellos padres que desean velar por el futuro de sus hijos. Algo propio de las personas más adineradas, añade el también abogado Oshrie Zek, que recuerda que el control sobre las personas que mantienen durante su vida puede prolongarse incluso cuando su cuerpo lleve años criando malvas.

Por lo general, una herencia tiene como objetivo garantizar el bienestar de los seres queridos que sobreviven al difunto y asegurarse de que las posesiones terrenales terminan en buenas manos. En algunos casos, los progenitores más adinerados deciden que sus hijos deben seguir sus pasos labrándose su futuro por su propia cuenta, por lo que deciden limitar el acceso a su dinero, como ocurre con los casos de Bill Gates o Warren Buffet. No tan frecuente es que se utilice la gran cantidad de dinero que los herederos percibirán como herramienta para manejar sus designios desde la tumba, pero eso es lo que ha hecho el millonario Maurice Laboz, que falleció a principios de este año.

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