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La regla del 70% que debes conocer para cambiar por completo tu vida sexual
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La regla del 70% que debes conocer para cambiar por completo tu vida sexual

Aún seguimos aferrándonos a ideas sobre el sexo desfasadas y contraproducentes, cuando deberíamos empezar a cambiar nuestra dieta entre las sábanas si queremos que todo el mundo disfrute

Foto: Debemos empezar a cambiar nuestras costumbres si queremos que los dos miembros de la pareja queden satisfechos. (iStock)
Debemos empezar a cambiar nuestras costumbres si queremos que los dos miembros de la pareja queden satisfechos. (iStock)

Que en lo referente a nuestra vida sexual nos seguimos guiando por mitos que no conseguimos desterrar no es nada nuevo. Algo que se agudiza aún más cuando se trata de conseguir que la mujer experimente el mismo placer que el hombre, ya que tendemos a pensar que su psicología y fisiología son semejantes a la del varón, cuando en realidad los puntos de coincidencia son escasos. Ocurre también entre los más jóvenes, puesto que la representación del sexo en el cine o la televisión no hace mucho por cambiar la imagen que de las relaciones existe. ¿Recuerdan cuándo vieron una película de Hollywood en la que la pareja hiciese algo distinto en la cama a un triste misionero? Incluso 50 sombras de Grey resulta pacata a tal respecto, en comparación con la larga variedad de posiciones y alternativas que existen.

El problema es que, de hacer así el amor, lo más probable es que la mujer no alcance el orgasmo y que el hombre termine aburriéndose con una posiciónprevisible y monótona, al mismo tiempo que la falta de satisfacción provoca que ambos terminen distanciándose. Frente a ello, Laurie Mintz, sexóloga y autora de Guía de una mujer cansada para tener sexo apasionado: reclama tu deseo y reinicia tu relación (Adams Media), explica en Psychology Today que debemos aplicar a nuestras relaciones sexuales la regla del 70%, o al menos tenerla siempre en mente.

El 70% es el porcentaje de mujeres que, según el InformeHite publicadoen 1974 por la sexóloga del mismo nombre, afirmaba que no podían tener un orgasmo a través del coito sin ningún tipo de estimulación en el clítoris. Sin embargo, la autora considera que el porcentaje debe ser aún mayor (incluso por encima del 90%), ya que muy pocas mujeres están dispuestas a admitir que no alcanzan el orgasmo con esa posición que, según nos han enseñado y nos siguen mostrando continuamente las películas, es el camino garantizado al orgasmo, ¿o no?

Aún más importante, este porcentaje es el que suman las mujeres que, según una encuesta realizada por la propia Mintz, suman las tres situaciones en las que ellas tienden a experimentar un mayor placer, a saber: la estimulación en el clítoris de manera manual (7%), el sexo oral (11%) y el coito junto con una estimulación directa en el clítoris (56%). La moraleja es clara para los hombres: mejor dejar de insistir con posiciones que no causan ningún placer e ir un poco más allá, a veces simplemente con un poco de trabajos manuales. Olvídate de la penetración y céntrate en el clítoris y recurre a todas esas posiciones (como el 69 o el coito con estimulación, por ejemplo en la posición de vaquera) que permiten que ambas personas disfruten al mismo tiempo.

Las joyas de la corona

Como señaló la última Encuesta Nacional de Comportamiento Sexual estadounidense, mientras que los hombres suelen llegar al orgasmo con mayor frecuencia durante el coito, las mujeres suelen hacerlo cuando el acto sexual incluye diversas actividades, del sexo oral hasta la estimulación pasando por la penetración: en la variedad está el gusto. No hay que perder de vista, para aquellos que quieran caer en la tentación del egoísmo (“bueno, puede que a ella no le guste la penetración, pero a mí sí y eso es lo que importa”) que la satisfacción de ambos miembros de la pareja es importante no sólo en el caso de que se trate de una relación romántica, sino también para conseguir una mejor química entre las sábanas y, por qué no, conseguir que la otra persona quiera repetir.

Cuando entendemos el rol del clítoris, el sexo es más fácil, más simple y más gratificante, y eso nos empuja a dar placer con nuestras bocas, cuerpos y manos

Sin embargo, la mayor parte de parejas siguen recurriendo frecuentemente al sexo vaginal sin estimulación para alcanzar el orgasmo. ¿El resultado? Como explica la sexóloga, que muy pocas mujeres se queden satisfechas, lo que las lleva a considerarse bichos raros y sentir cada vez más miedo hacia el acto sexual, que consideran que no está hecho para ellas. Algo en lo que salen perdiendo hombres y mujeres. Frente a ello, Mintz recomienda guiarse por las palabras de Ian Kerner, el autor de Ella primero: la guía del hombre sabio para dar placer a una mujer (William Morrow), que escribía en dicho libro que “cuando entendemos el rol del clítoris, entonces el sexo es más fácil, más simple y más gratificante, y eso nos empuja a dar placer con nuestras bocas, cuerpos y manos”.

Ahí se encuentra la clave: mejor olvidarse del pene durante unos instantes y centrarnos en otras partes del cuerpo, tanto el masculino como el femenino: “El sexo ya no es dependiente del pene, y podemos librarnos de las ansiedades habituales sobre el tamaño, el aguante y el rendimiento”. La receta es sencilla: si el 70% de los orgasmos femeninos provienen del sexo oral, la estimulación durante el coito y la masturbación, quizá debamos empezar a sustituir nuestro filete con patatas por algo un poco más sofisticado, menos aburrido y que deje igual de satisfechos a ambos. Algo así como un bufete con carne, pescado y verduras.

Que en lo referente a nuestra vida sexual nos seguimos guiando por mitos que no conseguimos desterrar no es nada nuevo. Algo que se agudiza aún más cuando se trata de conseguir que la mujer experimente el mismo placer que el hombre, ya que tendemos a pensar que su psicología y fisiología son semejantes a la del varón, cuando en realidad los puntos de coincidencia son escasos. Ocurre también entre los más jóvenes, puesto que la representación del sexo en el cine o la televisión no hace mucho por cambiar la imagen que de las relaciones existe. ¿Recuerdan cuándo vieron una película de Hollywood en la que la pareja hiciese algo distinto en la cama a un triste misionero? Incluso 50 sombras de Grey resulta pacata a tal respecto, en comparación con la larga variedad de posiciones y alternativas que existen.

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