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Así es ligar con un hombre más joven y así suele acabar la relación
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Así es ligar con un hombre más joven y así suele acabar la relación

La sociedad aún no ve con buenos ojos que una mujer salga con alguien diez años más joven que ella, aunque la situación está cambiando. Estas relaciones tienen ventajas, pero también problemas

Foto: En inglés se utiliza el término "cougar" para referirse a las mujeres de mediana edad que salen con hombres más jóvenes. (iStock)
En inglés se utiliza el término "cougar" para referirse a las mujeres de mediana edad que salen con hombres más jóvenes. (iStock)

Hasta hace relativamente poco, era habitual ver a un hombre maduro con una mujer mucho más joven, pero mucho más raro encontrar a una mujer de mediana edad con un jovencito. Casos como el de Demi Moore con Ashton Kutcher, a quien sacaba quince años de edad, han contribuido a que durante la última década estas relaciones se vean con mejores ojos, aunque desde luego, aún queda mucho camino por recorrer. O al menos eso es lo que sugieren las respuestas de algunas mujeres en la aplicación Whisper, que permite contar esos secretos que te atormentan de forma anónima y recibir la respuesta de otros usuarios.

La diversión y el control de la relación son dos buenos motivos por los que estas mujeres buscan a alguien más joven que ellas pero, como reconocen, hay un gran número de contrapartidas. No sólo ser mirados con desaprobación por los demás, sino también, tener más difícil conseguir una relación seria a largo plazo. Como explica en las páginas de The Daily Mail la experta en relaciones Tracy Cox, la diferencia entre sexos a la hora de tener hijos es un hándicap difícil de solventar: “Los hombres tienen mucho más tiempo para invertir en relaciones que no desean mantener a largo plazo”, recuerda. “Pero si una mujer está saliendo con un chico que no está ni de lejos preparado para tener hijos y su tiempo se acaba, tiene que tomar una decisión”. Algo que también ocurre con los hombres en el sentido contrario, que pueden echarse atrás cuando se dan cuenta de que no van a poder tener hijos naturales con su pareja.

Un salto generacional

No es esta la única dificultad a superar. Como recuerda Cox, algo muy habitual es que ambos miembros de la pareja tengan referencias personales, culturales y generacionales muy diferentes, un factor mucho más importante de lo que parece. Además, todas las relaciones implican que cada uno deba desempeñar un rol diferente, y en estos casos es habitual que una se sienta como la madre que cuida de su hijo, mientras que el otro termina hartándose de que un adulto le diga lo que debe hacer. Es lo que resume una de estas usuarias cuando afirma que “mi novio es seis años más pequeño que yo y a veces me parece que soy su niñera en lugar de su ligue”.

Mi chico juguete está muy bueno pero cuando abre la boca te das cuenta de que es muy joven, lo que a veces resulta embarazoso

Por lo general, sin embargo, las relaciones son bastante satisfactorias, tanto en el apartado emocional como en el sexual. La experta recuerda que la experiencia es un grado y que esta se complementa bien con la fogosidad juvenil, así que viene todo rodado: “Salgo con chicos más jóvenes porque me gusta pasar un buen rato y porque tengo una gran libido que los hombres de mi edad no pueden satisfacer”. Aunque, a veces, los jóvenes no resultan todo lo satisfactorios que podrían ser: “Amo a mi novio, pero su deseo sexual me mata. Eres ocho años más pequeño que yo, deberías querer hacerlo más a menudo”.

En ocasiones, la relación resulta deseable porque proporciona un mayor control a las mujeres: “Salgo con hombres más jóvenes porque no requiere tanto compromiso y tengo un control completo sobre la relación”, afirma una. “Salgo con jóvenes porque así puedo tener el control”, insiste otra. El refuerzo de la autoestima es también una ventaja importante a medida que los años empiezan a hacer mella: “Salgo con chicos jóvenes porque me hacen sentir más guapa y más atractiva, tan sencillo como eso”. Aunque a veces estas relaciones pueden causar el efecto totalmente contrario: “Mi novio es ocho años más joven y nunca me responde cuando le digo que le quiero. Esa inseguridad me devora viva”.

Miradas acusadoras en un mundo de adultos

La reacción de los demás juega, a veces, un papel importante en esta clase de relaciones. No necesariamente negativo, por otra parte: “Me solían pedir el DNI en los bares, pero ahora me encanta porque mi novio es mucho más joven”, explica una. “La mirada en sus caras cuando descubren la diferencia de edad es impagable”. En resumidas cuentas, y como confiesa otra de estas mujeres, simplemente les gusta y desearían que menos gente pensase que es algo extraño. Otra recuerda que, aunque fue el hombre el que se acercó a ella por primera vez, y a ratos le parezca una completa locura, es “sin ninguna duda” algo maravilloso. Algunas explican cómo se han sorprendido de sus propios gustos: “Siempre pensé que la idea de ser una cougar era extraña y que nunca lo iba a hacer, pero aquí estoy empezando a enamorarme de un tío más joven que yo”.

Cada pareja es un microuniverso diferente, y como tal, sus dificultades resumen bien las circunstancias personales de sus miembros: “Soy una madura que disfruta de los jovencitos, pero también estoy llenando el vacío de un divorcio no deseado”, llega a reconocer una usuaria. Otra se lamenta de haberse acostado con alguien más pequeño que había mentido sobre su edad, algo que descubrió cuando era demasiado tarde. A veces, donde no dan la talla estos hombres no es en la cama, sino en la vida diaria: “Mi chico juguete está muy bueno pero cuando abre la boca te das cuenta de que es muy joven, lo que a veces resulta embarazoso”. “La gente sigue molestándome porque mi novio es 11 años más joven que yo”, concluye otra. “Somos ambos adultos, así que, ¿por qué importa tanto la diferencia de edad?” Una pregunta pertinente de respuesta obvia: el problema está en la mirada del que juzga.

Hasta hace relativamente poco, era habitual ver a un hombre maduro con una mujer mucho más joven, pero mucho más raro encontrar a una mujer de mediana edad con un jovencito. Casos como el de Demi Moore con Ashton Kutcher, a quien sacaba quince años de edad, han contribuido a que durante la última década estas relaciones se vean con mejores ojos, aunque desde luego, aún queda mucho camino por recorrer. O al menos eso es lo que sugieren las respuestas de algunas mujeres en la aplicación Whisper, que permite contar esos secretos que te atormentan de forma anónima y recibir la respuesta de otros usuarios.

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