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La guía real de la buena educación (y es esencial para los profesionales)
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NO SÓLO HAY QUE SERLO, TAMBIÉN PARECERLO

La guía real de la buena educación (y es esencial para los profesionales)

Por despiste o por desconocimiento, es frecuente que se cometan errores en los aspectos más básicos de la cortesía y en los pequeños detalles que marcan la diferencia. Aprende a evitarlo con esta guía

Foto: No hace falta inclinarse ante tus compañeros para demostrar un poco de respeto. (iStock)
No hace falta inclinarse ante tus compañeros para demostrar un poco de respeto. (iStock)

Un profesional ha de seguir la filosofía de la mujer del César. No solo debe serlo, sino parecerlo. En muchas ocasiones, a la hora de afrontar nuestro trabajo, tenemos una gran predisposición y ganas de hacer bien las diferentes tareas. Pero, o bien por despistes, o bien por desconocimiento, no es extraño que se cometan errores en los aspectos más básicos y en los pequeños detalles que marcan la diferencia.

En Business Insider nos ofrecen algunos de los consejos que siempre hemos de seguir a la hora de quedar como un auténtico crack en el trabajo o, por lo menos, mejorar sustancialmente la imagen de cara al público, jefes y otros compañeros.

1. Estar de pie cuando te presentan a alguien

Es simple educación, no cuesta nada y si no se hace, puede generar desconfianza. Si estás sentado y muy ocupado, al menos haz el ademán de levantarte.

Tender la mano es una buena opción si no sabemos qué hacer al conocer a alguien

2. Di siempre nombre y apellido

Si tu nombre es compuesto, quizá no sea necesario decir ambos y con el más utilizado puede ser suficiente. Sea como sea, al presentarse, mejor utilizar nombre y apellido. No solo se mostrará una mayor seriedad, sino que recordar el nombre será más sencillo para la otra persona.

3. Dar siempre la mano

Parece una obviedad, pero a todo el mundo le ha ocurrido en alguna ocasión que ha llegado ese incómodo momento en el que no se sabe cómo saludar al otro, se suceden los movimientos torpes y llegan los nervios. La solución para ello es sencilla: tener siempre la mano tendida cuando se presenta una nueva persona. Más aún, si tu cargo es superior al del interlocutor, para así poder evitar que se pueda sentir cohibido.

4. Di gracias... Pero lo justo

Mostrar agradecimiento es un aspecto básico de cualquier relación, por lo que no va a serlo menos en el mundo laboral. Cualquier aspecto que te afecte de manera positiva en el trabajo debe ser correspondido con agradecimiento, pero sin abusar. No es recomendable que en una conversación se de las gracias más de dos veces, según la coach Barbara Pachter. La razón es que puede diluir su resultado, dar una imagen de 'pobrecillo' o acabar convirtiéndose en poco menos que el osito de peluche de la oficina.

5. Revisa la dirección del correo electrónico

Es una auténtica bobada que no nos cuesta ningún esfuerzo. En cambio, nos ayuda a evitar cualquier situación incómoda. Nombres que empiecen por Al- o por Ma- son muchos, así que la posibilidad de error es evidente... Y recuerda poner en copia oculta a los diferentes destinatarios

6. Come con educación

Esta norma es aplicable a todos los campos de la vida, no solo en el entorno laboral, pero en una comida de negocios conviene estar más pendiente todavía. Es común que algunas personas descuiden este aspecto, y la imagen que se genera puede llegar a ser realmente lamentable si no se cuidan correctamente los modales. Ocurre los mismo si se trata de ser demasiado distinguido: puede acabar pareciendo un auténtico pedante.

Si la otra persona se enrolla, hay que tener siempre una excusa que te dé vía libre para escapar de la manera más digna posible

Al final, la clave reside en el sentido común, la utilización correcta de cubiertos, mantener una velocidad adecuada, mantenerse erguido, etc.

7. No pedir el producto más caro de la carta

A la hora de elegir qué comer en una comida de trabajo o de negocios, es conveniente elegir bien los productos de la carta. Da igual que cada uno pague lo suyo, se vaya a escote, invites o te toque ser invitado.

Elegir los platos o vinos de mayor precio puede generar una situación incómoda con el resto de comensales de la mesa. Un buen consejo es preguntar a los acompañantes qué les apetece comer o pedir consejo directamente al camarero.

8. Despedirse educadamente

No todos los momentos tienen la misma importancia. Al igual que es importante crear una buena imagen inicial, también es recomendable dejar un buen recuerdo. Para ello, no hay nada más útil que tener una despedida bien preparada. Dar de nuevo la mano, recalcar que ha sido agradable conocerle o haber compartido ese rato (aunque no lo haya sido), avisar de que si es necesario, tiene tu número, volver a recordar que os veréis tal día... Y si la otra persona se enrolla, tener siempre una excusa que te de vía libre para escapar de la manera más digna posible.

Un profesional ha de seguir la filosofía de la mujer del César. No solo debe serlo, sino parecerlo. En muchas ocasiones, a la hora de afrontar nuestro trabajo, tenemos una gran predisposición y ganas de hacer bien las diferentes tareas. Pero, o bien por despistes, o bien por desconocimiento, no es extraño que se cometan errores en los aspectos más básicos y en los pequeños detalles que marcan la diferencia.

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