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Descubren la causa principal del asma, el CaSR. Y podrá tener cura
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una vía terapéutica nueva

Descubren la causa principal del asma, el CaSR. Y podrá tener cura

Un equipo de investigadores británicos y estadounidenses –de la Universidad de Cardiff, el King College de Londres y la Clínica Mayo– asegura haber encontrado la causa principal de la enfermedad

Foto: El asma afecta especialmente a la población infantil. (Corbis)
El asma afecta especialmente a la población infantil. (Corbis)

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes: afecta a alrededor de 300 millones de personas en todo el mundo y en España la sufre el 5% de la población adulta y el 10% de los niños. Pero, pese a que se ha estudiado enormemente, su causa concreta sigue siendo un misterio.

Sabemos que el asma es una enfermedad autoinmune, que se desencadena debido a un fallo en nuestro sistema inmunitario, que ataca por error a las células del propio organismo, inflamando las vías respiratorias. Pero ¿cuál es el mecanismo que desencadena esta reacción?

Un equipo de investigadores británicos y estadounidenses –de la Universidad de Cardiff, el King College de Londres y la Clínica Mayo– asegura haber encontrado la causa principal de la enfermedad, un hallazgo que podría cambiar para siempre el tratamiento de la dolencia.

“Nuestros resultados son increíblemente emocionantes”, afirma la investigadora principal, la profesora Daniela Riccardi, de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Cardiff en la nota de presentación del estudio. “Por primera vez hemos encontrado una relación entre la inflamación de las vías respiratorias, que puede ser causada por factores ambientales desencadenantes, como los alérgenos, el humo del cigarrillo y de los coches, y la constricción de las vías respiratorias en el asma alérgico”. Y este nexo de unión ha resultado ser el receptor sensor de calcio(CaSR), una pieza que hasta ahora nadie había relacionado con el rompecabezas del asma.

“Nuestro trabajo muestra cómo estos factores desencadenantes liberan sustancias químicas que activan el CaSR en el tejido de las vías respiratorias y generan los síntomas de asma como la constricción, la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias”, explica Riccardi.

A por los ensayos clínicos

Aunque el estudio ha sido llevado a cabo en ratones y con tejido humano de las vías respiratorias, los científicos están convencidos de que su investigación revolucionará en unos años el tratamiento del asma.

Lo mejor del descubrimiento, al menos para los pacientes, es que abre una vía terapéutica que, además, cuenta ya con un gran desarrollo farmacéutico. “Usando calciolíticos, nebulizados directamente en los pulmones, hemos demostrado que es posible desactivar el CaSR y prevenir todos estos síntomas”, asegura Riccardi.

“En unos cinco años, podríamos estar en condiciones de tratar a los pacientes y potencialmente detener la aparición del asma”

Los calciolíticos fueron desarrollados para el tratamiento de la osteoporosis hace alrededor de 15 años, con el objetivo de fortalecer los huesos deteriorados logrando que el CaSR liberara una hormona anabólica. Aunque eran clínicamente seguros y su tolerancia era buena, no tuvieron éxito en el tratamiento de la enfermedad.

Este último descubrimiento ha proporcionado a los investigadores la oportunidad de volver a emplear estos fármacos, lo que podría acelerar el tiempo que se necesita para que puedan ser aprobados para su uso en pacientes de asma. Una vez que se obtengan fondos, el equipo pretende probar los medicamentos en los seres humanos.

“Si podemos demostrar que los calciolíticos son seguros cuando se administran directamente en elpulmón de las personas, a continuación, en uno cinco años, podríamos estar en condiciones de tratar a los pacientes y detener la aparición del asma”, asegura Riccardi.

En busca de financiación

Aunque el asma está bien controlado en algunas personas, alrededor de uno de cada 12 pacientes responde mal a los tratamientos actuales. Esta minoría, que aún así es abultada, absorbe en torno al 90% del coste sanitario asociado a la enfermedad.

“Este emocionante descubrimiento nos permite, por primera vez, hacer frente a las causas subyacentes de los síntomas del asma”, explica la doctora Samantha Walker, directora de investigación y políticas de la asociación Asthma UK, que ha ayudado a financiar la investigación. “El 5 por ciento de las personas con asma no respondea los tratamientos actuales por lo que nuevos descubrimientos podrían suponer un cambio de vida para cientos de miles de personas”.

“La investigación sobre el asma tiene una falta de financiación crónica”

La profesora Riccardi y sus colaboradores están buscando financiación para determinar la eficacia de los fármacos calciolíticos en el tratamiento de asmas que son especialmente difíciles de tratar, sobre todo los resistentes a los esteroides y el asma exacerbado por la gripe.

“Si esta investigación tiene éxito podríamos estar sólo a unos años vista de tener un nuevo tratamiento para el asma, y necesitamos urgentemente una mayor inversión para llevarlo más lejos a través de ensayos clínicos”, continúa Walker. “La investigación sobre el asma tiene una falta de financiación crónica; en los últimos 50 años sólo se han desarrollado un pequeño grupode nuevos tratamientos, por lo que la importancia de invertir en investigaciones como está es absolutamente esencial”.

De la investigación, además, no sólo se beneficiarían los asmáticos. Según el profesor de la Universidad de Cardiff Paul Kemp, coautor del estudio, la identificación de CaSR en el tejido de la vía aérea significa que el potencial para el tratamiento de otras enfermedades pulmonares inflamatorias más allá del asma es inmenso. Por ejemplo, podría aplicarse a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la bronquitis crónica, para los que actualmente no existe cura y que se prevé que para 2020 serán las terceras enfermedades que más muertes causen en el mundo.

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes: afecta a alrededor de 300 millones de personas en todo el mundo y en España la sufre el 5% de la población adulta y el 10% de los niños. Pero, pese a que se ha estudiado enormemente, su causa concreta sigue siendo un misterio.

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