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La marihuana es menos peligrosa que el alcohol, afirma un estudio
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REEVALUANDO LOS PELIGROS DE LAS DROGAS

La marihuana es menos peligrosa que el alcohol, afirma un estudio

Diversas investigaciones habían sugerido que la marihuana no era tan mala como pensábamos. Una recién publicada sugiere que es mucho menos letal que el alcohol, la nicotina u otras drogas

Foto: Un manifestante pide la legalización de la marihuana en Brasilia (Madrid), en la Marcha de la Marihuana de la pasada primavera. (Efe/Fernando Bizerra Jr.)
Un manifestante pide la legalización de la marihuana en Brasilia (Madrid), en la Marcha de la Marihuana de la pasada primavera. (Efe/Fernando Bizerra Jr.)

Durante décadas, la marihuana fue una de las drogas recreativas más perseguidas. Viejas películas como Reefer Madness (Locura por el cannabis) son tan sólo una muestra de la paranoia que en sociedades como la americana de los años 30 existía sobre el cannabis. Como mostraba el drama de Louis J. Gasnier, la adicción a los porros conducía al robo, al asesinato, a la violación y al suicidio. Sin embargo, diversas investigaciones, aun reconociendo los peligros de la marihuana, han relativizado su carácter dañino, especialmente en comparación con otros productos como el alcohol o el tabaco.

El último de ellos acaba de ser publicado en el último número de Scientific Reports, una subsidiaria de Nature. La conclusión es clara: “Los resultados confirman que el riesgo de la marihuana ha sido sobrevalorado en el pasado”. No sólo eso, sino que propinan un severo revés a las bebidas alcohólicas. “En contraste, el riesgo asociado al alcohol puede haber sido infravalorado a menudo”. El tabaco y el diazepam son otras dos sustancias adictivas más letales que el cannabis, según sus resultados.

A diferencia de otras investigaciones que han utilizado un índice terapéutico a la hora de comparar el peligro asociado a una sustancia, la nueva investigación recurre al método del margen de exposición (MOE, de margin of exposure). Este margen representa la cantidad máxima de exposición a una sustancia que no produce un efecto adverso mensurable en animales o humanos, dividida entre la cantidad real de exposición en humanos de una población. En otras palabras, cuanto menor sea dicho margen, más dañina resultará una sustancia.

Esta medida señala el impacto real que una sustancia causa en una sociedad y no tan sólo entre sus usuarios particulares. Según los datos presentados por el estudio, el cannabis, tanto a nivel individual como social, se encuentra por encima de los niveles seguros en cuanto a mortalidad. En cuanto a nivel individual, tanto el alcohol como la nicotina, la cocaína y la heroína encajan dentro de la categoría del riesgo alto (con un MOE menor a 10); a nivel social, tan sólo el alcohol lo hace.

Los autores explican esta divergencia: “para un consumidor individual y frecuente de alcohol o heroína, el riesgo de morir de una sobredosis o de cirrosis aumenta sensiblemente”. La diferencia se encuentra cuando se analiza la sociedad en su conjunto, lo que lleva a los autores a defender un mayor control legislativo del alcohol y el tabaco: “En la sociedad entera, las decenas de miles de muertes relacionadas con el alcohol superan con mucho las muertes por sobredosis de drogas”, afirman. “Actualmente, los resultados de MOE apuntan a priorizar la gestión del riesgo en el alcohol y el tabaco antes que en las drogas ilegales. Los altos niveles MOE del cannabis, que se encuentran en un riesgo bajo, sugieren un enfoque regulatorio legal estricto antes que el actual enfoque de prohibición”.

Como señalábamos, no es la primera vez que los efectos adversos de la marihuana se ponen en entredicho. Robert S. Gable publicó en 2004 una revisión de 3.000 estudios que sirvió como base para establecer una jerarquía en la peligrosidad de las drogas recreativas. En dicho texto, Gable recordaba que la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos publicó en 2001 un documento en el que negaba una petición para reclasificar la marihuana como sustancia más segura a pesar de reconocer que “tiene un bajo nivel de toxicidad en comparación con el abuso de otras drogas”.

Ello no quiere decir, por supuesto, que la marihuana sea una sustancia inocua. Los estudios más críticos con la marihuana, como el que fue publicado en el año 2013 en la revista Addiction, hacen énfasis en las perjudiciales consecuencias a largo plazo del consumo de cannabis. No obstante, el estudio también sugería que es muy difícil sufrir una sobredosis de cannabis (Cristoher Ingraham de The Washington Post sitúa la cifra entre los 238 y los 1.133 cigarros al día), que es menos peligroso para conducir que el alcohol y que puede causar adicción… pero en un porcentaje, el 9%, inferior al de la nicotina (32%), la cocaína (17%) o el alcohol (15%).

Más preocupantes resultan los problemas cognitivos que puede ocasionar en el largo plazo, y que fueron reflejados en una investigación publicada en Pnas en el año 2012; la posibilidad de acelerar la psicosis; el dañino efecto que causa en los pulmones en forma de bronquitis; o los problemas cardiacos a los que da lugar, entre muchos otros efectos secundarios que aún se siguen analizando.

Sin embargo, la investigación realizada por Dirk W. Lachenmeier y Jürgen Rehm no pone el énfasis en las bondades de la marihuana, sino en los peligros de otras sustancias bien vistas socialmente como el alcohol o el tabaco, con un mayor riesgo asociado que la demonizada marihuana pero mucha mejor reputación.

Durante décadas, la marihuana fue una de las drogas recreativas más perseguidas. Viejas películas como Reefer Madness (Locura por el cannabis) son tan sólo una muestra de la paranoia que en sociedades como la americana de los años 30 existía sobre el cannabis. Como mostraba el drama de Louis J. Gasnier, la adicción a los porros conducía al robo, al asesinato, a la violación y al suicidio. Sin embargo, diversas investigaciones, aun reconociendo los peligros de la marihuana, han relativizado su carácter dañino, especialmente en comparación con otros productos como el alcohol o el tabaco.

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