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Cómo saber si alguien está siendo infiel sólo con mirarle las manos
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Cómo saber si alguien está siendo infiel sólo con mirarle las manos

Un nuevo estudio ha analizado las características que hacen que las personas sean más o menos promiscuas, y parece que no tiene nada que ver con el género.

Foto: Descubrir si nuestra pareja nos está engañando está al alcance de nuestra mano. Nunca mejor dicho. (iStock)
Descubrir si nuestra pareja nos está engañando está al alcance de nuestra mano. Nunca mejor dicho. (iStock)

Desde el análisis de gestos, pasando por analizar una mirada o cómo es la forma de los pies, existen multitud de técnicas que pueden ayudarnos a descubrir cómo es alguien simplemente observándolo.

Muchas personas se aferran a estas actitudes o rasgos físicos para saber si les están mintiendo. Especialmente en temas amorosos, ya sea cuando se está empezando una relación y queremos prever sorpresas desagradables o cuando se llevan tantos años en pareja que surgen roces que hacen que la desconfianza esté a flor de piel, la posibilidad de descubrir si nuestra pareja nos está engañando parece estar al alcance de nuestra mano. Nunca mejor dicho.

Al menos así lo explica un nuevo estudio publicado en la revista Biology Letters que ha analizado las características que hacen que las personas sean más o menos tendentes a cometer infidelidades, y parece que no tiene nada que ver con el género. Esta vez la fidelidad depende de la longitud de los dedos de las manos.

El profesor Robin Dunbar, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, y el profesor John Manning, de la Universidad de Northumbria, han sido los autores de esta investigación según la cual la forma y disposición de los dedos de la mano podrían indicarnos si nos encontramos ante una persona promiscua o fiel.

Los investigadores además han llegado a la conclusión de que, pese a la creencia generalizada de que los varones suelen ser más tendentes a buscar relaciones sexuales fuera de la pareja, existen las mismas probabilidades de ser potencialmente infieles seamos mujer u hombre.

¿Tu pareja será fiel o promiscua? No le des más vueltas y mírale las manos. Y después, por si acaso, acuérdate también de preguntar y cerciorarte de que tus observaciones físicas concuerdan con la realidad.

Las manos a la vista

El estudio titulado «Stay or Stray? Evidence for Alternative Mating Strategy Phenotypes in Both Men and Women» parte de la base de que hay dos subpoblaciones distintas de seres humanos: una que está más interesada en aventuras amorosas a corto plazo y otro que prefiere mantener compromisos a largo plazo”, explica Camilla Turner en el Telegraph.

Los investigadores analizaron las respuestas de 575 personas norteamericanas y británicas sobre sus actitudes y deseos hacia el sexo sin compromiso. Encontraron que algunos de los encuestados eran más propensos a ser promiscuos mientras que otros mostraban más probabilidades de ser sexualmente fieles. Sin embargo, las diferencias no eran llamativas en cuanto a si se trataba de hombres o mujeres, tal y como podría esperarse.

Paralelamente a estas encuestas, analizaron las fotocopias de la mano derecha de 1.314 personas –572 hombres y 742 mujeres– para observar la proporción 2D 4D, es decir, las variaciones o coincidencias en la longitud de sus dedos índices y anulares, el segundo y cuarto dedo de la mano.

Promiscuos antes de nacer

La investigación encontró que aquellas personas cuyo dedo índice era más corto que el anular tenían más altos los niveles de testosterona. Este fenómeno se producía mientras se desarrollaban en el útero de sus madres y está relacionado, según la investigación, con la tendencia a la promiscuidad sexual de los individuos en su vida adulta.

“La proporción 2D 4D es un marcador anatómico que muestra la exposición a la testosterona fetal y la densidad del receptor de la misma, que refleja el nivel de efectos de la testosterona prenatal en el fenotipo de adultos” comenta Manning.

Mientras que el grupo cuyo dedo índice era más corto que el anular mostró un mayor grado de infidelidades, los individuos que tenían los dedos con una longitud similar eran más propensos a buscar relaciones a largo plazo, sin que se diesen diferencias según el género de los participantes.

Igualdad de sexos en la promiscuidad

“Utilizamos índices de comportamiento (sociosexualidad) e índices anatómicos (la exposición prenatal de testosterona y la proporción 2D 4D) de tres poblaciones humanas para demostrar que esto puede deberse a que hay dos fenotipos distintos subyacentes tanto en hombres como en mujeres”, explican Dunbar y Manning.

Tanto los hombres como las mujeres se dividen en dos grupos, uno más inclinado a ser infiel y el otro a ser leal: “Mientras que los hombres son más promiscuos y muestran mayor exposición a la testosterona prenatal que las mujeres en general, nuestros análisis también sugieren que estas variables ayudan a describir dos modelos de mezcla subyacentes, lo que sugiere la presencia de dos fenotipos relacionados con relaciones monógamas o promiscuas”, recoge el estudio.

Las apariencias engañan (o no)

No obstante, el profesor Dunbar considera que las diferencias de comportamiento fiel o infiel encontradas en los participantes son “sutiles” y “sólo son notables cuando observamos a grandes grupos de personas”.

“El comportamiento humano está influenciado por muchos factores, como el medio ambiente y las experiencias vitales, lo que supone que lo que ocurra en el útero podría tener un efecto modesto sobre algo tan complejo como las relaciones sexuales adultas”, continúa Dunbar.

Desde el análisis de gestos, pasando por analizar una mirada o cómo es la forma de los pies, existen multitud de técnicas que pueden ayudarnos a descubrir cómo es alguien simplemente observándolo.

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