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¿Quieres adelgazar? La ciencia explica por qué te cuesta tanto dejar el dulce
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¿Posible Solución para la diabetes y la obesidad?

¿Quieres adelgazar? La ciencia explica por qué te cuesta tanto dejar el dulce

Muchos científicos equiparan hábitos como comer compulsivamente o ingerir dulces a diario con el efecto que tiene la cocaína u otros fármacos en el organismo.

Foto: ¿En ocasiones sientes como si el cuerpo te pidiese dulce? La ciencia sabe por qué, y tiene una solución. (iStock)
¿En ocasiones sientes como si el cuerpo te pidiese dulce? La ciencia sabe por qué, y tiene una solución. (iStock)

¿Necesitas comer una onza de chocolate todos los días antes de acostarte? ¿Notas cómo, en ocasiones, parece como si el cuerpo te pidiese dulce? Podría no ser un simple capricho u apetencia o puede que seas adicto al azúcar, pero tiene solución.

Son muchos los científicos que equiparan hábitos como comer compulsivamente o ingerir dulces a diario –dos de las principales amenazas para la salud humana– con el efecto que tiene la cocaína u otros fármacos.

Un reciente estudio realizado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y publicado en la revista Cell parece haber revelado la existencia de un circuito neural relacionado con la acción a cambio de recompensa que controla el consumo compulsivo de azúcar. Esta conexión ha sido identificada en ratones y se cree que podría ser la clave para combatir la diabetes y la obesidad en los seres humanos.

Órdenes de tu cerebro

La estructura del cerebro es la que nos impulsa a comer sin control alimentos dulces y ricos en azúcares. Los investigadores plantearon la hipótesis de que existe un camino o circuito neuronal que conecta las dos regiones del cerebro involucradas en las conductas relacionadas con la recompensa (el hipotálamo lateral y el área tegmental ventral, regiones cerebrales supuestamente implicadas en conductas relacionadas con la búsqueda de una recompensa como comer, tener sexo o la adicción a las drogas) para determinar el consumo compulsivo o normal de alimentos.

Para comprobarlo, modificaron artificialmente una vía neural de los cerebros de un conjunto de ratones a los que continuaron alimentando correctamente dejándoles comer libremente y en cualquier momento la comida que quisiesen: dulce o salada.

La activación de la vía del hipotálamo lateral y el área tegmental ventral en los ratones causó que los roedores se sobrealimentaran y buscaran consumir más azúcar, incluso cuando decantarse por los alimentos dulces tenía como respuesta una descarga eléctrica en las patas. Por el contrario, la inhibición de la misma vía redujo este comportamiento compulsivo pero no disminuyó la búsqueda normal de comida.

Un mundo dulce

El estudio sugiere que el control de la alimentación de los animales hambrientos se debe a las conexiones entre diferentes circuitos neuronales. Kay Tye, coordinador del estudio, asegura que “los circuitos cerebrales han evolucionado para buscar la mayor cantidad de energía y esta se encuentra principalmente en los alimentos azucarados”.

En opinión del experta nuestras conexiones neuronales se han ido modificando en tiempos de escasez de alimentos hacia empujarnos a comportamientos impulsivos en cuanto al consumo de dulces. Sin embargo, “en nuestra sociedad de hoy en día, no hay escasez de alimentos sabrosos y ricos en azúcares o altos en grasas, los cuales a menudo están más disponibles que los productos frescos o las proteínas”, comenta Tye.

Solución la obesidad y la diabetes tipo 2

“Todavía no nos hemos adaptado a un mundo donde hay un exceso de azúcar, por lo que estos circuitos que hoy nos impulsan a alimentamos con dulces pueden estar provocando un nuevo problema de salud”, explica el investigador.

A pesar de que la obesidad y la diabetes tipo 2 son dos de los principales problemas de nuestra sociedad, muchos tratamientos no abordan la causa primaria: los malos hábitos alimenticios. El descubrimiento de que un circuito neuronal específico es el que nos conduce a un consumo compulsivo de azúcar podría marcar el camino para el desarrollo de tratamientos farmacológicos específicos contra estos dos problemas de salud tan comunes en nuestros días.

“Nuestros hallazgos son emocionantes porque plantean la posibilidad de que podemos desarrollar un tratamiento que frene selectivamente los impulsos compulsivos por la comida sin tener que alterar el comportamiento de alimentación saludable”, explica la investigadora.

¿Necesitas comer una onza de chocolate todos los días antes de acostarte? ¿Notas cómo, en ocasiones, parece como si el cuerpo te pidiese dulce? Podría no ser un simple capricho u apetencia o puede que seas adicto al azúcar, pero tiene solución.

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