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10 problemas que tienen las parejas en la cama, resueltos (y no hablamos del sexo)
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10 problemas que tienen las parejas en la cama, resueltos (y no hablamos del sexo)

Hay muchos factores que pueden perturbar nuestro descanso nocturno, pero si dormimos en pareja, a nuestros problemas pueden unirse los de nuestro amor

Foto: Los ronquidos provocan numerosos problemas de pareja. (iStock)
Los ronquidos provocan numerosos problemas de pareja. (iStock)

Según un informe del Ministerio de Salud cuatro de cada diez españoles tienen problemas de sueño. Hay muchos factoresque pueden perturbar nuestro descanso nocturno, pero si dormimos en pareja, anuestros problemas pueden unirse los suyos. Dormir acompañado es a prioripositivo, pero también puede generar muchos problemas. Que se lo digan si no a las esforzadas parejas de los grandes roncadores o a quienes comparten cama con un sonámbulo que no para de moverse.

Según la estadounidense National Sleep Foundation una de cada cuatro parejas americanas duerme en camas separadas. En este porcentaje entran los matrimonios que no pasan por un buen momento, pero también aquellos que, sencillamente, no logran descansar en la misma cama. Y esto es un problema, pues renunciar a la intimidad y el vínculo que se forma compartiendo lecho puede ser el principio del fin de una relación.

Según explica en Health el doctor Michael Breus, psicólogo experto en problemas de sueño y autor de Buenas noches (Ediciones B), los problemas de sueño que sufren las parejas suelen ser siempre los mismos. Y tienen solución. Son estos.

1. Tu pareja ronca

Los ronquidos causan gran parte de los problemas de sueño en pareja, y son muy frustrantes. El que ronca no lo hace adrede ni sabe hacer nada para evitarlo, pero el que no ronca es incapaz de dormir por el ruido que genera su pareja.

Los ronquidos son habituales en mujeres y hombres, aunque son más comunes en estos últimos y se agrava con los años. “El sonido proviene de las vibraciones realizadas mientras se respira a través de unas vías respiratorias que se han estrechado”, explica el doctor Breus. En ocasiones esto ocurre por causas coyunturales (casi todo el mundo ronca cuando está resfriado), pero también por adoptar posturas que no son las mejores para respirar, como dormir boca arriba. En otras, se trata de un problema más complejo que requiere atención médica.

Roncar puede ser una señal de que padeces apnea del sueño (técnicamente, síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño o SAHS), un trastorno muy frecuente (lo padece el 4% de la población) pero no por ello poco grave, pues implica que la respiración se interrumpe en intervalos a lo largo del sueño. Este problema requiere atención médica y, para tratarlo correctamente es imprescindible evitar el alcohol, llevar una dieta sana para bajar de peso (está íntimamente relacionado con la obesidad) y dejar de fumar.

Un consejo para el que no ronca. Mientras tu pareja trata de solucionar el problema, Breus recomienda rodear tus oídos con una pared de almohadas, para reducir el ruido. Unos tapones también pueden ser buena idea.

2. Uno tiene calor, otro tiene frío

La temperatura óptima para un correcto descanso debe estar entre los 15 y los 18 grados centígrados. Es decir, tirando a fría. Pero, claro, hay personas más o menos frioleras, y no todas duermen con la misma ropa.

Hay parejas que se pasan la vida haciendo la guerra sucia: abriendo la ventana cuando uno de los dos está dormido o subiendo la calefacción sin avisar. Esto no sólo hará que los dos durmáis peor; además, generará problemas en la relación. Lo mejor que podéis hacer es acordar una temperatura, a medio camino entre vuestras dos preferencias, y ajustaros a ella. La persona que suele tener frío puede abrigarse más y la que tiene calor renunciar al pijama.

Comprar una cama más grande, explica Breus, también puede ser una opción. Una cama más grande implica mayor espacio, así que la persona menos friolera puede alejarse y evitar el calor que desprende la otra persona.

3. Tus hijos no paran de despertarte

No hablamos de los padres primerizos, para los que dormir bien es casi tarea imposible, sino de los padres que no se ponen de acuerdo sobre lo que hacer cuando su hijo, que ya duerme en su propio cuarto, tiene pesadillas o no logra conciliar el sueño y quiere dormir junto a ellos. Es habitual que una de las partes consienta que el niño pase la noche junto a ellos y a la otra le parezca que es mejor obligarle a dormir en su cuarto, para que aprenda a dormir solo.

Lo importante es que este conflicto se resuelva por la mañana, nunca en el momento, y se acuerde un criterio común. De lo contrario no sólo no peligrará el sueño de la pareja, además se agravará el conflicto a otros niveles.

4. Os gustan distintos tipos de colchones

Hay personas acostumbradas a dormir en colchones blanditos y otras que sólo pueden conciliar el sueño si el colchón es duro como una piedra. Por suerte, los fabricantes de colchones han pensado en este problema y hay diversas opciones para solucionar el problema sin acabar durmiendo en camas separadas. Existen colchones a medida, que se pueden diseñar con un lado firme y otro más blando, pero, además, existe la opción de unir dos colchones separados, para dormir juntos pero separados.

Muchas parejas dilatan la compra de una nueva cama que se ajuste a sus preferencias pues les parece una inversión innecesaria, pero un buen descanso es una de las mejores inversiones que pueden hacerse por el bienestar de la pareja.

5. Os acostáis y os despertáis a distintas horas

Ya sea por motivos laborales, o por costumbres muy arraigadas, lo cierto es que son pocas las parejas que se acuestan y se levantan al mismo tiempo. Se trata, además, de patrones muy difíciles de cambiar, por lo que lo mejor que podemos hacer es molestar lo menos posible a nuestra pareja. Llegad a un trato: el que se acueste el último promete entrar en la cama de la forma más sigilosa y no hacer nada que vaya a perturbar el sueño de su compañero, y el que se levante antes, promete hacer lo mismo al salir del cuarto.

Como apuntábamos anteriormente, a nivel afectivo no es bueno no compartir tiempo en la cama con tu pareja, así que lo ideal es buscar tiempos neutrales, como la hora de la siesta, para hacer las cosas que se hacen en la cama y no tienen nada que ver con dormir.

6. Tú necesitas luz, tu pareja oscuridad

La iluminación de la habitación también puede ser una causa de desencuentro en la pareja. Lo lógico es dormir con la luz apagada, pues la oscuridad promueve la producción de melatonina, una hormona que nos ayuda a conciliar el sueño, pero aún así hay personas que no se relajan ni se sienten seguras si no notan una mínima fuente de luz.

Solucionar este problema es muy sencillo: basta que la persona que necesita oscuridad total utilice los típicos antifaces, que son la mar de efectivos, y permita a su pareja mantener la persiana abierta o dejar encendida una pequeña luz.

7. Tu pareja es demasiado cariñosa

Dormir abrazado puede ser muy romántico, pero en la mayoría de ocasiones no es la forma más cómoda de conciliar el sueño, y hay personas que lo llevan peor que otras. Si tu pareja se duerme enseguida haciendo la famosa “cucharita” y tú eres incapaz de dormir con alguien pegado, lo mejor es que se lo digas. Que no puedas dormir con alguien abrazado no tiene nada que ver con que no le quieras, y tienes que dejarle claro que no puede tomárselo mal. Simplemente, no te gusta dormir pegado a nadie.

Tampoco es necesario renunciar a abrazarse porque uno de los dos no pueda dormir así. Podéis hacerlo un rato y luego separaros. No hay nada de malo en ello.

8. Tu pareja necesita dormir con la tele encendida

Hay personas que se han acostumbrado a dormir con la tele o la radio encendida y les cuesta conciliar el sueño sin escuchar el runrún de estos aparatos, y otras que son incapaces de dormir sin un silencio total. La solución pasa por que la persona que necesita ruido use auriculares o que la persona que necesite silencio use tapones. Es más fácil cortar por lo sano con el problema que andar discutiendo.

9. Os peleáis por las sábanas

Se trata de un clásico en las comedias sobre matrimonios y no es de extrañar, pues se trata de un problema muy habitual. ¿Quién no se ha levantado alguna vez en la mitad de la noche, muerto de frío, para comprobar que su pareja se ha enrollado en la manta dejándole a la intemperie?

Lo primero que tienes que recordar es que tu pareja no está dejándote sin sábanas a mala fe, el problema es que se mueve y acaba arrostrándolas. Si el problema sucede a menudo lo mejor, de nuevo, es tratar de ser prácticos: podéis tener cada uno vuestro propio edredón y compartir sólo la sábana bajera. Así no habrá nadie que te robe lo que es tuyo.

10. Tu pareja no deja de moverse

Aunque hay personas que se mueven más que otras, casi todo el mundo cambia de postura a lo largo de la noche, sin por ello despertarse. Las mujeres suelen ser más sensibles a los movimientos de sus compañeros, y se pueden despertar varias veces a lo largo de la noche debido a esto.

Si tu pareja se meneamucho, Breus recomienda que os hagáis con una cama más grande, en la que se notarán menos los movimientos, y utilicéis colchones en los que las sacudidas de tu compañero se amortigüen mejor.

Según un informe del Ministerio de Salud cuatro de cada diez españoles tienen problemas de sueño. Hay muchos factoresque pueden perturbar nuestro descanso nocturno, pero si dormimos en pareja, anuestros problemas pueden unirse los suyos. Dormir acompañado es a prioripositivo, pero también puede generar muchos problemas. Que se lo digan si no a las esforzadas parejas de los grandes roncadores o a quienes comparten cama con un sonámbulo que no para de moverse.

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