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La condición necesaria (y desconocida) para perder peso cuando haces deporte
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EL ESTUDIO QUE ESPERABAN LOS GIMNASIOS

La condición necesaria (y desconocida) para perder peso cuando haces deporte

Al hacer ejercicio quemamos calorías, pero nuestro apetito aumenta, ¿cuál es la mejor forma de controlarlo? Un equipo de científicos tiene la solución

Foto: Ejercitar en interiores puede ser más beneficioso de lo que se pensaba. (iStock)
Ejercitar en interiores puede ser más beneficioso de lo que se pensaba. (iStock)

Aunque para adelgazar es conveniente hacer ejercicio, no todo el mundo que hace ejercicio adelgaza. Si nuestro entrenamiento no va acompañado de dieta la práctica deportiva no tiene porque ir acompañada de una pérdida de peso e, incluso, puede hacer que ganemos algún kilo.

Este fenómeno ha sido bien estudiado por nutricionistas y quinesiólogos. Al hacer ejercicio quemamos calorías, pero nuestro apetito aumentay, si no controlamos este, podemos acabar comiendo más de lo que hemos gastado. El problema es que este fenómeno no opera igual en todas las personas, ni en todos los tipos de ejercicio.

Es sabido que la natación aumenta mucho más nuestro apetitoque un ejercicio equivalente practicado en tierra firme. Hasta la fecha la mayoría de investigadores pensaban que esto se debía al tipo de esfuerzo necesario para mantenernos a flote, que requiere el trabajo de muchas partes del cuerpo a la vez, pero parece que no es cierto. Lo que hace que tengamos más o menos apetito es la temperatura del entorno en el que realizamos el ejercicio. Un hallazgo de un grupo de investigadores británicos que podría tener enorme implicaciones en el diseño de programas de adelgazamiento.

En invierno, mejor el gimnasio

Los investigadores, de las universidades de Aberden y Birmingham, reclutaron un grupo de hombres y mujeres sedentarios y con sobrepeso, que son los que habitualmente tienen más dificultades para perder peso cuando la práctica de ejercicio no va acompañada de una dieta estricta.

En el laboratorio, los científicos midieron la tasa metabólica, la capacidad de resistencia, y los niveles de las hormonas relacionadas con el apetito de los participantes. Tras esto les pidieron que anduvieransobre una cinta a ritmo moderado (al 60% de la capacidad máxima de cada uno) durante 45 minutos.

En la primera sesión la temperatura de la sala se mantuvo en unos cómodos 20 grados centígrados y en la segunda se bajo a unos 8 grados. En ambos casos la humedad de la sala permaneció en un 40%.

Después de cada sesión los participantes descansaron 45 minutos mientras los investigadores analizaban su sangre para medir el nivel de hormonas. Tras esto, fueron invitados a comer en un gran bufé, sin saber que lo que iban a comer iba a ser analizado al detalle.

La mayoría de los participantes comieron más calorías y, en particular, más carbohidratos, tras haberse ejercitado en la sesión fría, algo que contradice el mito bastante extendido que asegura que si pasamos frío al ejercitarnos adelgazamos más. En realidad ocurre lo contrario, una temperatura mayor demanda un mayor esfuerzo del cuerpo, pues tiene que disipar la acumulación de calor interno. Cuando ejercitas a una temperatura fría, ha explicado el autor principal del estudio Daniel Crabtree a The New York Times, “no tienes que bombear sangre a la superficie para expulsar el calor”.

Aunque para adelgazar es conveniente hacer ejercicio, no todo el mundo que hace ejercicio adelgaza. Si nuestro entrenamiento no va acompañado de dieta la práctica deportiva no tiene porque ir acompañada de una pérdida de peso e, incluso, puede hacer que ganemos algún kilo.

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