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Las 10 grandes amenazas para tu vida sexual (y cómo evitarlas)
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Recuperar el deseo está en tu mano

Las 10 grandes amenazas para tu vida sexual (y cómo evitarlas)

Con el paso de los años el modo en la que mantenemos relaciones sexuales va modificándose en función de las expectativas, las circunstancias o la edad.

Foto: Una vida sexual satisfactoria es fundamental para ser felices y sentirnos plenos, ¿qué puede estar afectando a que la tuya no funcione? (iStock))
Una vida sexual satisfactoria es fundamental para ser felices y sentirnos plenos, ¿qué puede estar afectando a que la tuya no funcione? (iStock))

Con el paso de los años el modo en el que mantenemos relaciones sexuales va modificándose en función de las expectativas, las circunstancias o la edad. Sean de la forma que sean, lo importante es mantener una vida sexual activa y saludable, pero parece que no resulta tan sencillo.

La última encuesta sobre sexo «American Sex Survey» muestra que la mitad de los estadounidenses se encuentran insatisfechos con su vida sexual. La disfunción sexual (que afecta a un 44% de la población), la pérdida de interés, el estrés, los problemas de autoestima o las discusiones de pareja, son algunas de las causas que dañan nuestras relaciones sexuales –tanto a su cantidad como a su calidad– y terminan por afectar enormemente a nuestras vidas.

Como explica Erin Brockmeyer en GoLocalPDX, la situación se complica todavía más porque la gente evita hablar de los problemas que tienen en la cama por vergüenza o porque se sienten incómodos reconociendo que algo falla y puede ser por su culpa.

Una vida sexual satisfactoria es fundamental para ser felices y sentirnos plenos. Descubre qué puede estar amenazando tus relaciones y ponle solución.

1. Tener niños

Es cierto que “los hijos te cambian la vida”, pero no dejes que lo hagan a todos los niveles. Encontrar tiempo para estar a solas y practicar sexo cuando hay que adaptarse a los horarios y actividades de los niños suele ser complicado. A esto se le suma la falta de sueño y el estrés que suele derivar en discusiones de alcoba…

Es fundamental reservar momentos para la pareja al margen de la vida familiar. Brockmeyer propone organizar una cita a solas en la que sólo se permita hablar de temas relacionados con los niños y el hogar durante 10 minutos. El resto del tiempo conversar sobre la pareja, anécdotas pasadas, intereses comunes… Relacionarte como hacías antes de tener hijos.

Volviendo a ver a tu pareja como un ser atractivo con el que congenias, las ganas de practicar sexo juntos se reanimarán.

2. La falta de sueño

Aunque ante la pregunta de si al final del día preferían dormir o practicar sexo, el 61% de los estadounidenses escogieron la segunda, lo cierto es que no descansar bien puede derivar en la falta de interés por mantener relaciones consecuencia del cansancio físico y mental.

Además, a nivel hormonal la escasez de horas de sueño se traduce en menores niveles de testosterona en sangre (según un estudio se puede llegar a reducir hasta en un 15%) y, por ende, una disminución del apetito sexual.

¿Renunciar al sexo porque estamos cansados? Si quieres recuperar las fuerzas y estar activo sexualmente, necesitas buscar tiempo para dormir más horas. Hacer algo de deporte a diario nos ayudará a desconectar de los estreses diarios y a dormirnos antes –y, por tanto, más horas–.

3. La falta de sexo

Entramos en loop: un largo periodo con escasez de sexo puede derivar en no buscar practicarlo porque nos cansemos de tener siempre la iniciativa para tenerlo o porque directamente ya no tenemos ganas de encontrar el “momento adecuado”.

Como explica Brockmeyer, mientras “el cerebro masculino piensa en sexo con frecuencia independientemente de la cantidad que estén teniendo”, las mujeres tienen más necesidad de generar un deseo previo en el cerebro para que sus pensamientos se centren en practicarlo.

Si la falta de deseo se debe a un largo paréntesis, intenta anticipar el encuentro sexual mandándole mensajes provocativos a tu pareja para conseguir un estado de excitación previo, incluso antes de llegar a casa. Si su situación es que carece radicalmente de deseo sexual, acuda a un médico y plantéele su problema.

4. Disfunción eréctil

Ocurre más a menudo de lo que piensas. Se calcula que en todo el mundo, el 18,4% de los hombres mayores de 20 años padecen algún tipo de disfunción eréctil. Problema que aumenta con la edad y en personas con patologías como la diabetes.

La mayor parte de los hombres se avergüenzan ante este problema y no quieren hablar de ello. Como dice Brockmeyer, “si su salud física está teniendo algún impacto en su función sexual”, hacer ejercicio o llevar una alimentación saludable puede ayudar a terminar con el problema. Si nos encontramos con que la raíz está en problemas psicológicos, es necesario acudir a un médico para ponerle solución.

5. Depresión

Como decíamos, los problemas que afectan a la disminución del deseo sexual pueden ser físicos o psicológicos. En el caso de los segundos, pueden derivar en una depresión, patología que merma la capacidad de excitación sexual y aniquila el deseo.

Acudir a un especialista es fundamental para hacer frente a una depresión y conseguir mejorar nuestro estilo de vida para volver a recuperar nuestros instintos y deseos. En el caso de que nos prescriban antidepresivos, “asegúrate de solicitar un medicamento con pocos efectos secundarios a nivel sexual”, recomienda Brockmeyer.

6. Estrés laboral

Cuando estamos sobresaturados de trabajo y al terminar nuestra jornada laboral continuamos pensando en las tareas pendientes, atendemos a llamadas y contestamos emails, estamos dañando nuestra vida sexual. No tener trabajo afecta de la misma manera ya que no dejamos de pensar en conseguir uno y nuestra confianza y autoestima se ve afectada cada día más.

En cualquiera de los casos, si nuestro cerebro está ocupado en otras cosas no es capaz de desconectar para centrarse en sexo. Tómate al menos un rato al día en el que no pienses en trabajo –y dejes de atender a cosas relacionas– y relájate. Aprovecha ese momento para disfrutar de un buen rato de sexo: ¿hay mejor manera de desestresarse?

7. Mala comunicación (o incomunicación)

Si no se hablan los problemas de pareja –sean de cama o relacionados con cualquier otra actitud– tienden a crecer y aglutinarse hasta hacer una bola de complicaciones difícil de solucionar. Llegados a un punto extremo: ¿quién quiere acostarse con alguien con quien se lleva mal, no le entiende ni quiere escucharle?

Evítalo. Sobre todo no dejes que pase demasiado tiempo porque el problema se hará mayor y será complicado de solucionar. Una terapia de pareja puede ayudar para encontrar el camino que os devuelva al punto en el que todo comenzó a cambiar.

Ante todo afronta el drama con racionalidad. Ten en cuenta, como dice Brockmeyer, que “es posible que lo único que necesiten es practicar sexo” para acabar con esta racha de insatisfacción. Comunícate con tu pareja y mantén a salvo tu vida sexual.

8. El desequilibrio hormonal

Con la edad la menopausia afecta a las mujeres del mismo modo que a los hombres la disminución de testosterona: disminuye el deseo sexual.

Además de los tratamientos médicos que ayudan a regular esta carencia de excitación sexual, existen alternativas que van desde la acupuntura o medicina alternativa. Encontrar el equilibrio hormonal y recuperar el deseo.

Por su puesto, en esta nueva etapa de la vida, también es fundamental mostrarnos comprensivos con nuestra pareja y entender que son cambios naturales y tienen solución. Armaros de paciencia y descubrir lo placentero que es el sexo a partir de los 50.

9. Problemas de autoestima

La falta de autoestima y la poca confianza en uno mismo –que puede derivar de rupturas sentimentales, problemas laborales, discusiones familiares o con amistades, etc.– hace que nos sintamos menos atractivos y deseables, por lo que también nos afecta a la hora de mantener relaciones sexuales.

En ambos sexos, tener una mala imagen y percepción de nosotros mismos conduce a la disfunción sexual. De todos modos no te asustes: suele ser algo temporal. Si no eres capaz de salir de este estado de ánimo, debes acudir a un terapeuta para resolver los problemas de autoestima y recuperarte tanto a ti mismo como a tu vida sexual.

10. Algunas medicaciones

Como comentábamos, hay que tener cuidado con las contraindicaciones de algunos medicamentos de consumo generalizado como los antidepresivos. Efectos secundarios que acaban con tu vida sexual como la disfunción eréctil, la sequedad vaginal, falta de interés o la dificultad para alcanzar el clímax.

Es importante que no te sientas avergonzado ni culpable de lo que te ocurre y acudas a tu médico en busca de medicamentos alternativos para disminuir el problema sin que afecte a algo tan importante como poder disfrutar de relaciones sexuales plenas.

Con el paso de los años el modo en el que mantenemos relaciones sexuales va modificándose en función de las expectativas, las circunstancias o la edad. Sean de la forma que sean, lo importante es mantener una vida sexual activa y saludable, pero parece que no resulta tan sencillo.

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