Por qué las mujeres se sienten atraídas por los triángulos amorosos (y los hombres no)

Hacer un trío es considerada una de las fantasías sexuales preferidas por los hombres, pero, pese a la idea generalizada, ¿sabías que en realidad les atraemás un trío de dos hombres y una mujer?

Al margen del ámbito sexual –aunque sin obviarlo radicalmente–, y acercándonos más al terreno de lo sentimental;a las mujeres les ocurre lo mismo. Tan sólo con remitirnosahistorias literarias y cinematográficas, nos encontramos con infinidad degiros en las tramas que derivan en la clásica batalla de dos hombres peleando por el amor de una mujer.

El doctor David J. Leyse plantea en Psychology Today y en su libro Insatiable Wives: Women Who Stray and the Men Who Love Them (Rowman & Littlefield), a qué se debe esta pasión femenina por los triángulos amorosos.

Ficción o realidad, “esta trama es increíblemente común”. Desde las antiguas leyendas griegas hasta los tríos amorosos que ocurren en clásicos del cine como Casablanca o Star Wars, el imaginario común sabe que a las mujeres les atraen las historias sobre relaciones “a dos bandas”.

El poder de decidir, la subida de autoestima o sentirse deseadas, son algunas de las múltiples razones que encuentra el doctor para explicar lo que él denomina el Fenómeno de la abeja reina (Queenbee phenomenon).

El trío como fantasía sexual: ¿mayoría femenina o masculina?

Como decíamos antes, casi contra todo pronóstico, diferentes estudios sobre el consumo de pornografía en internet han demostrado que el que se dirige particularmente al público masculino está “dominado por imágenes de mujeres solteras con varios hombres”.

Ley explica esta atracción en base a los comportamientos instintivos y –casi siempre– inconscientes. Parece que biológicamente “los cuerpos de los hombres reaccionan a las señales de competencia de esperma”, lo que explicaría que sientan mayor excitación sexual al ver a una sola mujer con varios varones.

El doctor se remite a la historia de la evolución para justificar este acto inconsciente en el que, en sociedades no monógamas, los hombres compiten “no sólo por el sexo, sino también para conseguir el control de la concepción”.

A las mujeres les atraen ‘los malos’ pero se quedan con ‘los buenos’

Hombres y mujeres, explica el doctor, “reaccionan a estas señales de competencia sexual de forma inconsciente”. En el caso de las féminas, estos deseos también se ven influenciados por los ciclos menstruales y los niveles de oxitocina en sangre. Así, y según una investigación, ellas serán más propensas a ser infieles cuando están ovulando.

Pero no llama tanto la atención cómo influye el estado hormonal en la atracción porla infidelidad, como que las mujeres “suelen ser más orgásmicas cuando están con un hombre que no es su pareja primaria”.

El autor no habla de matrimonio ni de que visualicen a este segundo hombre como un futuro marido. Al contrario, las mujeres buscan hombres asertivos, descarados y vigorosos muy alejados de la tradicional figura paterna. La influencia de los niveles de testosterona en su cuerpo, explican el porqué de esta atracción.

Es curioso que el doctor explica que cuando una mujer es infiel, “a menudo esperaal menos 24 horas antes de tener relaciones sexuales con su pareja oficial”. Ley explica que esto puede deberse a que traten de evitar que les pillen o al respeto por ellos, pero se remite de nuevo a los instintos animales para plantear que, precisamente, “esperar 24 horas también puedeaumentar las probabilidades de concepción por ese otro hombre” en lugar de su compañero oficial.

El deseo de ser amadas y poder escoger

Más allá de las explicaciones biológico-instintivas, existen determinados “factores psicológicos inconscientes” que entran en juego para que una mujer se sienta atraída por la idea de atraer a dos hombres a la vez.

Ley explica por qué ser amada y deseada por dos hombres resulta “más emocionante y estimulante que por uno solo” a través del mencionado Fenómeno de la abeja reina,que se basa en los “poderosos sentimientos de atracción, autoestima y confianza que algunas mujeres obtienen al ser deseadas por varios hombres”.

Aunque sea de forma figurada, como plantea Ley, empatizando con las protagonistas de esos triángulos de amor de película, “situar a una mujer en la cúspide de la atención y el deseo de varios hombres, dispara el interés y el entusiasmo femenino”. No sólo se trata de poder “conseguir” un compañero mejor, sino de la “capacidad de elegir” que aumenta su confianza y poder.