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Las diez frases que nunca dicen las personas que tienen mucho éxito
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‘NO’ NUNCA ES UNA OPCIÓN

Las diez frases que nunca dicen las personas que tienen mucho éxito

La mayor parte de artículos sobre líderes reproducen sus brillantes palabras y discursos, pero aún más importantes pueden ser sus elocuentes silencios

Foto: No sabemos qué frases no pronuncia este hombre, pero desde luego que '¿dónde está la barra libre?' no se encuentra entre ellas. (Corbis)
No sabemos qué frases no pronuncia este hombre, pero desde luego que '¿dónde está la barra libre?' no se encuentra entre ellas. (Corbis)

¿Qué es más importante, aquello que decimos, o aquello que no decimos? La mayor parte de artículos sobre líderes reproducen sus brillantes palabras. Al fin y al cabo, es más sencillo centrarse en los grandes discursos de la historia, en las sentencias célebres y en las palabras elocuentes, que en los silencios sepulcrales. No obstante, el éxito, especialmente el profesional, está aún más determinado por aquello que no hacemos (o a lo que decimos que no) que por lo que sí hacemos.

En un reciente artículo publicado en Entrepreneur,el emprendedor –valga la redundancia– Sujan Patel exponía una lista de 15 cosas que un líder nunca debe pronunciar en voz alta si quiere conservar su credibilidad o seguir inspirando a sus empleados, en cuanto que son una ventana abierta a sus debilidades, dudas o puntos flacos. Muchas de las frases que recogemos a continuación pueden resultar contaminantes, ya que sugieren a nuestros compañeros que no somos capaces de alcanzar los objetivos a los que debemos aspirar, por lo que no merece la pena intentarlo. En otras palabras, es preferible toparse de bruces con la realidad que ponerse palos en las ruedas desde un primer momento.

  • “No sé cómo podemos hacerlo”

Es normal que nos encontremos con dificultades en nuestra labor, pero la respuesta automática no debe ser un “no”. Más bien, tenemos que intentar abrir un proceso de búsqueda de soluciones para que la próxima vez que surja una dificultad, podamos hacerle frente.

  • “Lo hice yo solo”

Aunque fuese así, no hay nada más sencillo y barato para tener a un compañero o subordinado contento que reconocer su parte de responsabilidad en un éxito, por muy pequeña que esta fuese.

  • “Es muy pronto”

Si queremos parecer comprometidos con la empresa, no hay horarios (lo cual tampoco quiere decir que debamos trabajar las 24 horas del día). Si surge una buena oportunidad de negocio en nuestra agenda, debemos hacer lo posible por acudir a ella, aunque tengamos que reordenar nuestro horario. Algo que también se aplica a la frase “es demasiado tarde”.

  • “A ver si nos vemos”

Una muletilla que, con demasiada frecuencia, se encuentra exenta de todo contenido. Pero la gente que de verdad es apreciada es aquella que levanta el teléfono –o, más fácil, escribe un correo electrónico– y se pone en contacto con aquella persona a la que le debía una. Es una buena forma, además, de hacer contactos sin que parezca que estamos movidos únicamente por el interés profesional.

  • “Lo siento, estoy demasiado ocupado”

Quizá sea así y tu agenda esté llena hasta los topes, pero nadie quiere sentir que tienes otras prioridades más importantes. A menudo hace falta un mayor esfuerzo temporal, pero otras veces, es tan sencillo como buscar un hueco a lo largo del día para responder a una llamada o concertar una comida en un horario que venga bien a ambas partes.

  • “Eso fue idea mía”

De igual manera que nunca debemos llevarnos todo el mérito por un éxito, también debemos tener presente que las ideas no pertenecen a una única persona, y mucho menos, su realización. Resaltar aquellas ocurrencias de los demás que han funcionado es importante no sólo para motivarlos, sino para que en el futuro estos mismos estén dispuestos a admitir lo que has hecho bien.

  • “Nunca leo”

Está mal que nunca se te vea con un libro entre las manos, y también está mal que lo reconozcas, sobre todo haciendo alarde de ello. No sólo por la evidente necesidad de leer de vez en cuando ficción o no ficción, sino porque un buen libro, especialmente una novela, tiene la capacidad de relajarte. Y, si quieres llegar lejos, seguramente tendrás que afrontar una gran cantidad de estrés.

  • “No soy lo suficientemente bueno”

Un buen líder no debe tener abuela. De acuerdo, tampoco debe perder la conciencia de quién es y dónde se encuentran sus límites, pero sin una buena dosis de autoconfianza, nadie será capaz de creer en nuestros proyectos.

  • “Si la competencia no lo hace, nosotros tampoco”

Es obvio, pero solemos olvidarnos en el día a día: aquello que nos hará ganar terreno frente a la competencia directa no es en lo que nos parecemos, sino precisamente, lo que hacemos de manera distinta. Quizá no haya que hacer todo al revés de como lo hacen ellos, pero, como recuerda Patel, “copiar a los competidores es una causa frecuente de muerte para una compañía”.

  • “El descanso es para los perdedores”

Aunque hayamos insistido en que el compromiso (temporal y de esfuerzo) es esencial para que nuestra empresa llegue a buen puerto, todos necesitamos vacaciones, o simplemente, reservar un espacio de tiempo al día para desconectar.

¿Qué es más importante, aquello que decimos, o aquello que no decimos? La mayor parte de artículos sobre líderes reproducen sus brillantes palabras. Al fin y al cabo, es más sencillo centrarse en los grandes discursos de la historia, en las sentencias célebres y en las palabras elocuentes, que en los silencios sepulcrales. No obstante, el éxito, especialmente el profesional, está aún más determinado por aquello que no hacemos (o a lo que decimos que no) que por lo que sí hacemos.

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