'Me duele la cabeza' o por qué el deseo sexual de las mujeres es así
La ciencia explica cómo la 'hormona del amor' afecta más al deseo sexual en mujeres que en hombres. ¿Cómo mejorar nuestros niveles de oxitocina?
Aunque parece que los clásicos tópicos sobre la baja libido y poco deseo sexual de las mujeres parecen estar tocando fin –ya iba siendo hora–, la ciencia sigue tratando de dar explicación a las variaciones entre hombres y mujeres a la hora de practicar sexo.
Como ya se sabe, la oxitocina, conocida como la ‘hormona del amor’, es la encargada de regular el comportamiento sexual de ambos sexos, pero una reciente investigación ha demostrado que disminuyendo los mismos niveles de esta hormona en machos y hembras –porque se ha probado en ratones–, el deseo se inhibe casi por completo en ellas mientras que los hombres apenas notan reducción en las ganas.
Oxitocina bien. Pero esto es a nivel hormonal. Tampoco podemos olvidarnos de la atracción visual, los deseos que surgen del roce, el interés o el trato que estemos recibiendo por parte de la otra persona. Vamos, que es importante. Porque, quizás, dice que le duele la cabeza aunque esté ‘a tope’ de oxitocina. Pero esto ya son discusiones de alcoba.
Sin oxitocina somos como ‘bloques de lego’
La investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Rockefeller en Nueva York y publicada en la revista Cell, se basó en analizar en detalle cómo la ‘hormona del amor’ afecta al comportamiento sexual y social en hombres o mujeres realizando pruebas en ratones de ambos sexos.
Para ello, retiraron genéticamente los mismos niveles de oxitocina de los ratones hembras y machos. Al reducir los niveles descubrieron que las hembras no se acercaban a los machos para aparearse ni durante la etapa sexualmente receptiva de su ciclo hormonal.
Como explica Nathaniel Heintz “cuando se interrumpió la actividad de estas neuronas, los ratones hembra perdieron interés en los ratones machos durante el celo y pasaron aproximadamente la misma cantidad de tiempo con ellos que con un bloque Lego”.
Sin embargo, en la misma etapa de celo, “conservaban un nivel normal de interés social con otras hembras” mientras que con los machos la interacción se daba una vez finalizada esta etapa.
El cambio, “el comportamiento social de los ratones macho no se vio afectado por el silenciamiento de estas neuronas”. Se percibió una disminución en su deseo sexual pero mucho más baja que en el caso de las hembras.
Diferencias funcionales en decisiones instintivas
Es decir, los resultados demuestran que la oxitocina afecta más a las mujeres y que "hay una diferencia funcional en cómo respondieron los ratones machos y hembras".
Y esto manipulando apenas una pequeña cantidad de neuronas: menos de un 1% de la corteza prefrontal del cerebro, área que activa el comportamiento en los mamíferos donde se dan lugar las decisiones basadas en los instintos.
En opinión de Heintz, "estos hallazgos sugieren que identificar las interacciones sociales que estimulan la producción de oxitocina ayudará a coordinar las complejas respuestas de comportamiento provocadas por el cambio de las situaciones sociales en todos los mamíferos, incluyendo los seres humanos".
Cómo aumentar los niveles de oxitocina en tu cuerpo de modo natural
Aunque, como decíamos al principio, no todo depende de la ‘hormona del amor’ e intervienen otros muchos factores más allá de los instintos, no suena nada mal la idea de poder incrementarla en nuestro cuerpo cómo y cuándo queramos (y de un modo mucho más sencillo de lo que imaginas).
Mientras inventan el fármaco a nivel usuario –existir, existe, pero esta la oxitocina solamente se comercializa para mejorar las funciones periféricas, como por ejemplo para provocar o inducir un parto–, existen sencillas técnicas para incrementar los niveles de amor y deseo:
- Un simple abrazo o una caricia: tal cual. El simple contacto físico estimula la producción de oxitocina en nuestro cuerpo y lo mismo puede sacarnos una sonrisa de complicidad al abrazar a alguien que despertar levemente nuestros deseos de practicar sexo (todo depende de a quién abracemos, cómo y por qué).
- Un masaje: se considera una de las prácticas que aumentan la oxitocina en mayores niveles y menos tiempo. Incluye placer, satisfacción, contacto físico… Cancha libre para la ‘hormona del amor’.
- Escuchar música (y cantarla): Activamos nuestra parte más sociable y divertida (según lo que escuchemos y, aún más importante, según lo mal que cantemos).
- Acariciar a tu perro (y no, no penséis en Sorpresa Sorpresa): el contacto con animales domésticos aumenta nuestros niveles de oxitocina, no sólo en nosotros, también en ellos. Lo que explica que los perros estén más contentos y sean más sociables con amos que les den cariño constante.
- Practicar yoga: como ya comentamos hace unos días, ir al gimnasio aumenta las ganas de prácticar sexo, y precisamente los ejercicios que se practican en yoga son los perfectos preliminares: tacto, olfato, oído… Todo se activa y el cuerpo entra en calor.
Eso sí, como todo en la vida, con cierta medida. Es recomendable realizar un ‘consumo responsable’ de este tipo de prácticas para no terminar convirtiéndonos en unos osos amorosos.
Aunque parece que los clásicos tópicos sobre la baja libido y poco deseo sexual de las mujeres parecen estar tocando fin –ya iba siendo hora–, la ciencia sigue tratando de dar explicación a las variaciones entre hombres y mujeres a la hora de practicar sexo.