Si las mujeres fueran hombres: te contamos cómo sería la vida

La igualdad se va a abriendo camino en todos los ámbitos de nuestra vida, pero parece que aún no ha calado entre muchos anunciantes. Sí, la publicidad, como la sociedad, ha cambiado mucho en los últimos tiempos, pero sigue yendo varios pasos por detrás en lo que respecta a la igualdad.

Es cierto que, anteriormente, era más fácil detectar el machismo en las campañas publicitarias, pues este resultaba muy evidente, pero eso no quiere decir que el sexismo no siga presente. Los tiempos han cambiado y en la publicidad actual el mensaje machista suele ser (en ocasiones) más sutil y no tan visual.

Pero basta con hacer un pequeño ejercicio para darnos cuenta de que gran parte de los anuncios que vemos todos los días en la televisión y las vallas publicitarias son abiertamente sexistas. Un grupo de estudiantes de la Universidad de Saskatchewan (Canadá) ha elaborado un vídeo en el que se muestran populares anuncios protagonizados por mujeres, pero cambiando a estas por hombres. El resultado (que ha sido subitutlado en castellano por UPSOCL) da que pensar.

La historia se repite

No hay mes que pase sin que veamos algún anuncio en el que el machismo es flagrante.

En septiembre, Hipercor tuvo que retirar de la venta dos prendas para bebes de 36 meses en los que aparecían dos inscripciones diferenciadas por sexos: en el de color azul se leía “Inteligente como papá”, mientras que en el rosa estaba escrito “Bonita como mamá”.

En agosto, hablamos en estas páginas de un anuncio de Burger King (utilizado en Singapur) en el que se veía una hamburguesa dirigirse a la boca de una chica con la inscripción “It´ll blow your mind away”.

Y en primavera asistimos a la retirada de dos anuncios en nuestro país, uno en el que aparecía la imagen de una mujer junto al texto: “¡Agricultor! Si quieres algo mejor que un polvo... pide un Disperss” y el otro en el que Carrefour anunciaba un biquini con relleno destinado a niñas de 9 a 14 años.

Las polémicas se suceden una detrás de otra, y no parece que los anunciantes estén dispuestos a cesar de una práctica que les reporta claros beneficios comerciales. La Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) es clara al respecto en su Código de Conducta Publicitaria: “no se debe utilizar la imagen de la mujer como mero objeto, desvinculado del producto que se pretende promocionar”. A veces bastaría con que los anunciantes se hicieran caso a ellos mismos.