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Esta mujer va a morir el 1 de noviembre, y quiere que todo el mundo sepa por qué
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LUCHA POR UNA MUERTE DIGNA

Esta mujer va a morir el 1 de noviembre, y quiere que todo el mundo sepa por qué

Brittany Maynard sufría terribles dolores de cabeza hasta que, finalmente, el 1 de enero de este año, descubrió qué ocurría: era víctima de un tumor cerebral

Foto: Maynard quiere que otros estados se planteen aprobar una Ley de Muerte Digna. (Compassion Choices)
Maynard quiere que otros estados se planteen aprobar una Ley de Muerte Digna. (Compassion Choices)

Brittany Maynard había pasado varios años de su vida sufriendo terribles dolores de cabeza hasta que, finalmente, el 1 de enero de este año, descubrió qué ocurría: estaba siendo víctima de un tumor cerebral de gran tamaño. Apenas nueve días después de ese diagnóstico inicial, fue sometida a una craneotomía y a la extirpación parcial de su lóbulo temporal, con el objetivo de detener el crecimiento del tumor. Apenas tres meses después, llegaron más malas noticias: el cáncer había seguido creciendo y los doctores sólo le daban seis meses de vida.

Una perspectiva terrible para una mujer de 29 años que hacía apenas uno que había contraído matrimonio con su marido, Dan Diaz, y con el que había planeado forma una familia cuanto antes. “Cuando te comunican algo así y tienes 29 años, te sientes como si fueses a morir mañana”, ha reconocido.

Los médicos recomendaron un tratamiento de radioterapia completo, pero Maynard echó un vistazo a los efectos secundarios y no le hicieron ninguna gracia: habría perdido todo el pelo y su cuero cabelludo habría sufrido quemaduras de primer grado. Su calidad de vida, en general, habría empeorado sensiblemente. Así que, junto a su familia y amigos, llegó a una conclusión: ningún tratamiento podría salvar su vida.

La muerte que reafirma la vida

No obstante, sin tratamiento, el tiempo que le quedaba no sería particularmente fácil. Maynard sufre glioblastoma, un cáncer caracterizado por su rápido crecimiento a otras regiones del cerebro. Los cuidados paliativos, por lo tanto, podrían convertirla en adicta a la morfina y, aun así, no garantizaban que sus cualidades cognitivas no quedasen mermadas. Además, dada su juventud, es probable que el proceso se prolongase durante mucho tiempo, por lo que ella y su familia decidieron abandonar su hogar de San Francisco y desplazarse al estado de Oregon, uno de los cinco estados americanos donde existe una Ley de Muerte Digna.

Allí,los médicos confirmaron que Maynard cumplía las características necesarias para acceder al medicamento que acabará con su vida cuando ella decida. No fue nada fácil, no sólo por la enfermedad de la joven, sino también porque provocó que la familia tuviese que buscar un nuevo hogar y nuevos médicos, y que su marido tuviese que pedir una excedencia en su trabajo. Como recuerda en su carta publicada en CNN, no todos comparten su suerte de poder hacer borrón y cuenta nueva, por lo que casi puede considerarse una privilegiada.

Desde entonces, Maynard se ha convertido en una de las grandes activistas por una muerte digna en Estados Unidos, y por eso ha querido aparecer en todos los medios explicando su misión y grabando un vídeo para la organización en la que es voluntaria, Compassion and Choices. En él, deja bastante claro que no es una suicida, ya que ha dispuesto de la medicina durante semanas pero no se ha planteado tomarla hasta la fecha prevista.

“No me levanto y la miro todos los días, pero sé que estará ahí para cuando la necesite”, explicaba. En el mismo vídeo, su marido recuerda que “entre el sufrimiento y poder decidir cuándo es suficiente, proporciona un gran alivio saber que esta opción existe cuando decida recurrir a ella”. Además, recuerda que se trata de una elección ética, puesto que es eso, una elección: “El paciente puede cambiar de opinión en el último minuto”. Maynard explica que no cree que otros enfermos deban seguir sus pasos, pero sí quiere reivindicar el derecho a decidir cómo serán los últimos compases de tu existencia. Para ella, esta solución ha eliminado una gran parte de miedo, incertidumbre y dolor de su vida.

Maynard ha decidido que el 1 de noviembre sea el día en el que dejar este mundo. Como explicaba a la revista People, planea despedirse de la vida en la cama que actualmente comparte con su marido, rodeada de sus seres queridos, su marido, su padre y su padrastro, así como su mejor amigo, escuchando su música preferida.

Mientras tanto, está estrujando su tiempo al máximo, viajando con sus amigas y su madre por todo el mundo. Como esta recordaba, Maynard siempre ha sido una aventurera, y por ello ha decidido viajar más ypasar más tiempo con sus seres queridos. “Carpe diem”, concluye en dicho vídeo. “Aprovecha el momento, haz lo que te gusta y olvida el resto”. Después de su muerte, sus compañeros seguirán luchando por extender la Ley por la Muerte Digna a otros estados como Colorado, Connecticut o Nueva Jersey.

Brittany Maynard había pasado varios años de su vida sufriendo terribles dolores de cabeza hasta que, finalmente, el 1 de enero de este año, descubrió qué ocurría: estaba siendo víctima de un tumor cerebral de gran tamaño. Apenas nueve días después de ese diagnóstico inicial, fue sometida a una craneotomía y a la extirpación parcial de su lóbulo temporal, con el objetivo de detener el crecimiento del tumor. Apenas tres meses después, llegaron más malas noticias: el cáncer había seguido creciendo y los doctores sólo le daban seis meses de vida.

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