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Íñigo Errejón: "Habrá cambio de sistema político y de partidos, pero se estabilizará"
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debate sobre EL FIN DE LA CLASE MEDIA

Íñigo Errejón: "Habrá cambio de sistema político y de partidos, pero se estabilizará"

Debate intenso y de ideas en El Confidencial:Imma Aguilar, Rafael Rubio e Íñigo Errejón debatieron sobre el fin de la clase media y sus derivas políticas

La clase media fue el pivote sobre el que se asentó la estabilidad de las sociedades occidentales en la segunda mitad del siglo XX. El aumento en el nivel material de buena parte de la población, sostenido por la mejora de los salarios, pero también por las prestaciones que trajo el Estado del bienestar, fue decisivo para que los valores sociales girasen hacia la seguridad y la continuidad:la gente común confiaba en los expertos, creía en las instituciones y pensaba que un futuro mejor les estaba esperando a la vuelta de la esquina, a ellos y a sus hijos. La clase media aportaba a la sociedad esa fijeza que demandaba para sí misma.

Esas no son, sin embargo, las características que dan forma a nuestro mundo. Toda clase de transformaciones, que han sido especialmente sensibles en el mundo del trabajo, han dualizado una sociedad en la que cada vez menos gente está situada en medio, y han acelerado los cambios políticos. El Confidencial organizó una mesa para debatir sobre esta clase media en declive en la que estuvieron presentes Imma Aguilar Nácher, asesora de Entesa en el Senado y jefa de campaña de Eduardo Madina en las primarias socialistas, Rafael Rubio, experto en comunicación política (ha trabajado como consultor de comunicación para Mariano Rajoy y la Jornada Mundial de la Juventud) yprofesor de derecho en la Universidad Complutense de Madrid, e Iñigo Errejón, director de campaña de Podemos en las elecciones europeas y su hombre fuerte en comunicación política. El debate fue moderado por Esteban Hernández, periodista de El Confidencial y autor de El fin de la clase media(Ed. Clave Intelectual).

En la conversación aparecieron varios de los elementos que configuran la política de nuestro tiempo, como son el deterioro material de una sociedad donde “quienes bajan un escalón lo tienen muy difícil para volver a subir” (Imma Aguilar), en la que “la clase media “está empezando a expresar su descontento fuera de los canales establecidos” (Íñigo Errejón) y cuya deriva política amenaza “con llevarse por delante las instituciones”. Estamos pasando “del bipartidismo a la bipolarización” (Aguilar), lo cual Errejón entiende lógico en un momento en el que “está regresando la política, que siempre implica pasión y que comporta la confrontación entre ideas sustancialmente distintas”.

Un mundo en constante evolución

Desde esa perspectiva fueron analizados el cambio de eje izquierda/ derecha por el de arriba/ abajo y del ciudadano común frente a la élites, que parece el modelo imperante a partir de ahora, el enorme deterioro de los partidos europeos de centro izquierda y del papel y la definición del término populismo.

Temas como la asunción como inevitables de las tasas de paro, la culpa de los sindicatos y de su monopolio respecto de la situación actual o el papel esencial del trabajo en la autorrealización humana (como afirmaba Rubio a partir de unas declaraciones del Papa Francisco) también fueron objeto de debate, al igual que el papel central del ocio (Errejón explicó por qué salimos de juerga los viernes por la noche y nos comportamos como marqueses) o la efectividad real de las nuevas herramientas de participación política a la hora de configurar partidos e instituciones más abiertas.

En definitiva, una serie de asuntos a cuyo través puede leerse este mundo en el que lo nuevo no ha aparecido aún y lo viejo no ha terminado de marcharse, y que queda simbolizado con precisión en la crisis que está viviendo esa capa social a la que todos parecíamos pertenecer, la clase media.

NOTA: Para el correcto visionado del vídeo, hay que dejar transcurrir la entradilla íntegra, y aparecerá entonces el menú.

La clase media fue el pivote sobre el que se asentó la estabilidad de las sociedades occidentales en la segunda mitad del siglo XX. El aumento en el nivel material de buena parte de la población, sostenido por la mejora de los salarios, pero también por las prestaciones que trajo el Estado del bienestar, fue decisivo para que los valores sociales girasen hacia la seguridad y la continuidad:la gente común confiaba en los expertos, creía en las instituciones y pensaba que un futuro mejor les estaba esperando a la vuelta de la esquina, a ellos y a sus hijos. La clase media aportaba a la sociedad esa fijeza que demandaba para sí misma.

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