Es noticia
Los diez consejos que debes seguir para hacer un café perfecto
  1. Alma, Corazón, Vida
DEJA DE BEBER EL de la máquina de la oficina

Los diez consejos que debes seguir para hacer un café perfecto

Lo bebemos a diario, pero no lo disfrutamos. Con dedicarle algo de tiempo y hacer algunos cambios podremos ser auténticos expertos de esta bebida

Foto: Un buen café es un lujo al alcance de todos. (iStock)
Un buen café es un lujo al alcance de todos. (iStock)

Consumimos café cada mañana e, incluso, más veces durante el resto del día. La capacidad estimulante no es la única virtud de esta bebida, pero sí la razón por la que la solemos beber. Al haberse adentrado tanto en nuestra rutina, hemos convertido al café en un producto muy consumido, pero no disfrutado. Nos levantamos pronto, sin apenas tiempo, lo que nos obliga a desayunar deprisa y corriendo o, directamente, hacerlo en el trabajo tomando ese líquido que sale de la máquina de vending y que definirlo como café sería muy generoso.

Disfrutar de un buen café, de su sabor y su aroma es uno de esos pequeños lujos que están al alcance de todos y que ayudarán a tener esos ratitos de goce personal y desconectar del tedio de la rutina diaria.

Como nunca es mal momento para introducirse en la cultura del buen café, os proponemos un decálogo que servirá de gran utilidad.

1. Compra granos recién tostados

El café envasado tiene un gran sabor y aroma… hasta que te acostumbras al del recién tostado. con el paso del tiempo las cualidades del grano de café van disminuyendo. El consejo que propone la revista Eating Well es adquirirlo en una tienda especializada o, incluso, comprarlo fresco y tostarlo en casa.

Y cuidado con los supermercados y la venta a granel, el oxígeno y el exceso de luz son los peores enemigos para el café.

2. Compra un buen café

Lo que no significa que gastes mucho dinero en café. El gusto es algo muy personal y existen decenas de variedades en el grano. El blue mountain es uno de los más caros, lujosos y valorados, pero no tiene por qué gustar a todo el mundo.

Más tostados, terrosos, químicos… La mejor solución es ir probando el que más se asemeje a nuestro gusto o, incluso, mezclar para lograr un sabor que sea único y especial para nosotros.

3. Mantenlo en condiciones óptimas

Para disfrutar de un grano en perfectas condiciones existen dos opciones: comprar continuamente o tener cuidado en su conservación. Una vez que se esté habituado, será mucho más cómoda y barata la segunda opción.

Para una buena conservación es recomendable seguir los siguientes consejos:

  • Mantenerlo a una temperatura fresca y lejos de cualquier fuente de calor.
  • Cerrar a conciencia el envase (puede usarse film transparente para mayor seguridad).
  • Moler solo el café que se va a consumir.

4. Muélelo tú mismo

Como cualquier otro producto natural, la industrialización facilita que podamos introducirlo en nuestra vida diaria, pero también empeora su calidad y virtudes. El molido industrial es enemigo del sabor y aroma del café. Además, el paso del tiempo también afecta negativamente a estas propiedades.

Comprar grandes botes de café molido parece que no es buen negocio si queremos disfrutar de una buena taza. Para moler el café nosotros mismos, solo necesitamos un molinillo manual. Si eres más perezoso puedes gastar algo más de dinero y adquirir un molinillo eléctrico.

5. Cuidado con el agua

Las aguas duras o con exceso de hierro son muy habituales en algunas regiones de España. Si vives en una de ellas, lo mejor que puedes hacer es utilizar filtros de agua o comprar embotellada, porque si no el café tendrá ciertos matices no deseados. Si, en cambio, habitas en una zona con una buena agua, la podrás consumir directamente del grifo.

Otro error muy habitual es dejar calentar demasiado el agua. Si te gusta quemarte la lengua y llorar de dolor con el primer sorbo de café, adelante. Pero para el resto de personas será suficiente con mantenerlo caliente, pero sin llegar al punto de ebullición o, al menos, esperar un poco antes de beberlo.

Ahora que llega el otoño y cada vez queda menos para el invierno, un consejo, que propone The Week, para no caer en el error de calentar demasiado el agua, consistirá en precalentar la taza. Eso sí, ten cuidado no vayas a pasarte y te quemes al cogerla.

6. Compra un buen filtro

Un mal filtro se desgasta mucho antes, acabará por dejar sabores no deseados y llenará toda la taza de posos que arruinen nuestro café. Existen filtros de un solo uso de gran calidad, pero si se quiere uno a largo plazo, es necesario rascarse el bolsillo y comprar uno de calidad. Es una inversión para muchos años y en este caso sí que se cumple el tópico de que lo barato sale caro.

7. Cuida el material

La cafetera, el molinillo, el filtro, la taza… En este particular equipo cada herramienta es decisiva en el resultado final. Los ciclos de cada uno son diferentes y es importante amoldarse a ellos. La taza ha de ser lavada en cada uso, pero otros pueden aguantan más tiempo. El mejor consejo es seguir las recomendaciones de uso y limpieza del fabricante.

8. Tómalo como quieras, pero bien

Cada maestrillo tiene su librillo y existen muchas formas para preparar un buen café. Lo habitual es hacerlo con cafetera, pero no es el único método. Lo importante es conocer el procedimiento y seguir los pasos correctos, porque en caso contrario cada día será una ruleta rusa para nuestras papilas gustativas.

9. Ten tu taza

En un hábito tan personal como tomar café, agradeceremos tener nuestra propia taza exclusiva con la que disfrutar el momento. Elige la que se amolde a tus necesidades y gustos. Por un lado, el tamaño y material son las dos variables que te harán disfrutar en mayor o menor medida del café. Por otro, elegir un diseño que nos guste, también ayudará a disfrutar de este momento.

10. Disfruta el momento

Los nueve consejos anteriores no valdrían de nada sin este último punto. Da igual solo o acompañado, tener un rato de calma y tranquilidad fuera del mundanal ruido debería ser algo a lo que nos obligáramos en nuestro día a día y qué mejor forma que con una buena taza de café en la mano.

Consumimos café cada mañana e, incluso, más veces durante el resto del día. La capacidad estimulante no es la única virtud de esta bebida, pero sí la razón por la que la solemos beber. Al haberse adentrado tanto en nuestra rutina, hemos convertido al café en un producto muy consumido, pero no disfrutado. Nos levantamos pronto, sin apenas tiempo, lo que nos obliga a desayunar deprisa y corriendo o, directamente, hacerlo en el trabajo tomando ese líquido que sale de la máquina de vending y que definirlo como café sería muy generoso.

Bienestar
El redactor recomienda