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“Que me dé las gracias”: a la cárcel por mandar 21.807 mensajes a su ex
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EL PELIGRO DEL ACOSO TRAS UNA RELACIÓN

“Que me dé las gracias”: a la cárcel por mandar 21.807 mensajes a su ex

Un hombre francés de 33 años ha sido condenado a pasar 10 meses en prisión (aunque al final sólo estará cuatro) por llamar y escribir a su ex 21.807 veces

Foto: El acosador no paró de llamar y escribir a su ex durante 10 meses. (Corbis)
El acosador no paró de llamar y escribir a su ex durante 10 meses. (Corbis)

Tras una ruptura es normal que alguna de las partes pase por un mal momento y trate de recuperar el contacto de su ex. Por desgracia, las investigaciones psicológicas sugieren quelas exparejas tienen por lo general relaciones de amistad de peor calidadque los amigos de sexos opuestos que nunca han salido juntos. Y esto es especialmente cierto cuando el noviazgo ha finalizado de forma traumática o la ruptura no ha sido mutua.Pero, si ya es una mala idea tratar de retomar el contacto con tu ex nada más dejaro, pero es tratar de hacerlo cuando la otra persona no quiere verte ni en pintura. Aeso no se le llama “ser pesado”, se le llama “acoso”.

Según ha sabido AFP, un hombre francés de 33 años ha sido condenado a pasar 10 meses en prisión (aunque al final sólo estará cuatro) por llamar y escribir a su ex 21.807 veces.

En la corte de Lyon el acusado reconoció que su comportamiento había sido estúpido, pero trato de explicar que, si fue tan pesado con su ex, fue porque le debía algo por haber arreglado su apartamento: “Entonces mi lógica era que hasta que no me devolviera el dinero o al menos me diera las gracias no iba a dejar de llamarla”.

Durante 10 meses, el acosador hizo una media de 73 llamadas al día a su ex. “Ella trató de bloquear su línea, pero cuando lo hizo empezó a llamar a sus padres y al trabajo”, ha explicado en el juicio Manuella Spee, abogada de la víctima, una profesora de 32 años.

Hasta que ella no le dio las gracias por arreglar su apartamento, durante un encuentro con un mediador, su ex no dejo de llamarla. Desde entonces no han vuelto a hablar, pero el hombre, que está ahora mismo bajo tratamiento psiquiátrico, tendrá que pagar por sus actos: una multa de 1.000 euros y cuatro meses de prisión.

“Me digo a mi mismo, en retrospectiva, que fui un estúpido”, ha reconocido el acusado ante el juzgado. Pero, aunque desconocemos la historia, quizás su ex tampoco actúo de la manera más inteligente.Aunque no todos los casos de rupturas traumáticas acaban como este, hay que saber marcar los límites desde el principio para que no exista la posibilidad de que nos ocurra algo así.

Quizás no tienes ninguna intención de ser amigo de tu ex, pero como él se empeña, acabas cediendo. Pero esto sólo empeorará las cosas. Si no quieres ver a tu expareja, por la razón que sea, házselo saber, aunque le duela, lo contrario os hará daño a ambos. Si ella sigue sin entender que no quieres verle, y empieza a incurrir en comportamientos cercanos al acoso, busca ayuda en tu familia y amigos, ysi la cosa se pone fea, acude a las autoridades.La ira, los celos, la obsesión, y la necesidad de control preceden al acoso: ten mucho cuidado si tu expareja se comporta de este modo. Y aléjate de ella.

Tras una ruptura es normal que alguna de las partes pase por un mal momento y trate de recuperar el contacto de su ex. Por desgracia, las investigaciones psicológicas sugieren quelas exparejas tienen por lo general relaciones de amistad de peor calidadque los amigos de sexos opuestos que nunca han salido juntos. Y esto es especialmente cierto cuando el noviazgo ha finalizado de forma traumática o la ruptura no ha sido mutua.Pero, si ya es una mala idea tratar de retomar el contacto con tu ex nada más dejaro, pero es tratar de hacerlo cuando la otra persona no quiere verte ni en pintura. Aeso no se le llama “ser pesado”, se le llama “acoso”.

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