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Las claves principales para asegurarte de que tu médico te escucha de verdad
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¿RECIBES UNA ATENCIÓN PERSONALIZADA?

Las claves principales para asegurarte de que tu médico te escucha de verdad

Pocos son los doctores que se salen del carril que le marcan los protocolos. La personalización, que es la clave de toda buena práctica médica, no existe

Foto: Por obligación o desidia muchos médicos se limitan a tratar a los pacientes siguen un protocolo marcado. (iStock)
Por obligación o desidia muchos médicos se limitan a tratar a los pacientes siguen un protocolo marcado. (iStock)

Los médicos reciben decenas de pacientes al día y, muchas veces, no tienen tiempo para tratar a todos de forma individualizada. Hoy en día, la práctica médica funciona gracias a protocolos: el médico escucha qué le pasa a un paciente, valora rápidamente que le puede ocurrir y sigue una serie de pasos para confirmar que le sucede aquello que parece podría sucederle. Para ello se utilizan cuestionarios y pruebas estandarizadas: si superas determinados niveles, se hacen determinadas cosas. Pocos son los doctores que se salen del carril. La personalización, que es la clave de toda buena práctica médica, brilla por su ausencia.

No cabe duda de que los protocolos son necesarios, pero en ocasiones pueden dar lugar a la realización de pruebas innecesarias o, lo que es peor, a determinar que un paciente “no tiene nada” cuando sí tiene “algo”.

La doctora Leana Wen, que trabajó mucho tiempo en las urgencias de un hospital, explica en la revista Women´s Health, como la burocracia médica puededar lugar a errores: “Aseguran que los procedimientos complejos se hacen correctamente y ofrecen una garantía adicional a los pacientes, pero pueden provocar un enfoque de la medicina parecido al de un libro de recetas, pues se dan las mismas medicinas, y se hacen las mismas pruebas, a todo el mundo. Desgraciadamente, esto puede provocar unos cuidados excesivos, pero también diagnósticos incorrectos y daños”.

En su opinión, los pacientes deben tener una actitud proactiva. Si vamos al médico porque nos duele algo, o nos encontramos mal, tenemos que preocuparnos porque éste nos ofrezca una respuesta satisfactoria, y no se limite a seguir un protocolo que, quizás, para nosotros no funciona. Para asegurarnos de que nuestro médico nos ofrece una atención personalizada, hay cinco cosas que debemos hacer siempre que vayamos al ambulatorio.

1. Insiste en contar tu historia

Según la doctora Wen, el 80% de los diagnósticos pueden hacerse gracias a la información que sobre la enfermedad ofrece el propio paciente. El problema es que muchos pacientes, por no decir la mayoría, no saben explicar bien qué les pasa (o, directamente, mienten). Los médicos, por otro lado, tienen poco tiempo para escuchar sus historias, y es por eso que, en vez de analizar bien lo que los pacientes tienen que contar, prefieren limitarse a mandar pruebas.

Para lograr que nuestro médico nos entienda, y nos atienda de forma personalizada, tenemos que saber lo que vamos a contarle antes de entrar en consulta y, además, debemos asegurarnos de que nuestra disertación sea corta: a ser posible de no más de 30 segundos.

2. Ofrece respuestas abiertas a preguntas cerradas

No es difícil saber cuando nuestro médico nos está sometiendo a un test. Le has explicado qué te pasa, ha tocado algo en su ordenador y, de repente, te está haciendo preguntas a las que sólo puedes responder con “sí” o “no”. Si quieres que tu médico tenga más información, trata de no contestar sólo “sí” o “no”. Si, por ejemplo, te preguntan “¿te sientes cansado?”, no te limites a decir “sí”. Explica cuáles son tus circunstancias personales, por ejemplo, que normalmente tienes mucha energía y corres 10 kilómetros al día, y descde hace dos semanasapenas puedes salir de la cama. Esto ayudará a al médico a tener un contexto de lo que pasa y, dado el caso, ofrecerte una atención personalizada, que no se refleja en ningún test.

3. Pregunta por tu diagnóstico antes de hacerte pruebas

Cuando vayan a someterte a una prueba, pregunta cuál es el posible diagnóstico. En ocasiones, eso basta para que dejen de tratarte de forma protocolaria. Toda prueba debe estar justificada por un posible diagnóstico, pero en ocasiones, cuando un médico está perdido, manda un análisis de sangre para tener algo por lo que empezar. No es que esto sea necesariamente malo, pero tienes derecho a saberlo. Pregunta también por los resultados de las pruebas. Si el médico no ha encontrado nada, pero tú sigues teniendo el problema, pregunta por los siguientes pasos que debéis seguir.

4. Pregunta por tratamientos alternativos

No nos referimos a alternativas pseudocientíficas, sino a los distintos tratamientos y pruebas disponibles para resolver un problema. Hay muy pocas situaciones en las que sólo exista una prueba o tratamiento a seguir. Si tu médico te dice que tienes que hacer esto y lo otro, pregunta qué alternativa tienes. A veces incluso esperar no es mala opción. Además, el simple hecho de obligar a tu médico a discutir esto hace que acabe estudiando mejor tu caso.

5. Hazle saber a tu médico que quieres formar parte de la toma de decisiones

Si sigues pensando que tu médico se está limitando a seguir una receta en vez de estudiar tu caso de forma individual, pídele que explique el proceso que está siguiendo. No seas maleducado. Simplemente dile que quieres aprender, y saber qué van a hacer contigo. Quizás tu médico está tan acostumbrado a seguir el protocolo que ni se plantea salir de éste, pero tu petición puede hacer que se centre en tu caso y tus características individuales.

Los médicos reciben decenas de pacientes al día y, muchas veces, no tienen tiempo para tratar a todos de forma individualizada. Hoy en día, la práctica médica funciona gracias a protocolos: el médico escucha qué le pasa a un paciente, valora rápidamente que le puede ocurrir y sigue una serie de pasos para confirmar que le sucede aquello que parece podría sucederle. Para ello se utilizan cuestionarios y pruebas estandarizadas: si superas determinados niveles, se hacen determinadas cosas. Pocos son los doctores que se salen del carril. La personalización, que es la clave de toda buena práctica médica, brilla por su ausencia.

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