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La relación directa entre pasar mucho tiempo sentado y padecer cáncer
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La relación directa entre pasar mucho tiempo sentado y padecer cáncer

Pasar todo el día sentados es inevitable, aunque devastador. Aún más de lo que pensamos, como desvela una investigación recién publicada

Foto: Lo queramos o no, pasamos casi un tercio del día sentados. (Corbis)
Lo queramos o no, pasamos casi un tercio del día sentados. (Corbis)

Pasar todo el día sentados es inevitable, aunque devastador. Nos duele la espalda y el trasero, no quemamos calorías, hiere nuestras cervicales y, en definitiva, no contribuye en nada positivo a nuestra salud. Pero puede ser aún más grave, como desvela una investigación publicada en el último número del Journal of the National Centre Institute, que señala que aquellos que pasan la mayor parte del día sentados pueden tener hasta un 66% más de probabilidades de sufrir determinados tipos de cáncer.

A partir de la revisión de 43 estudios relacionados con el cáncer –que tenían en cuenta a 4 millones de personas, 70.000 de los cuales habían sufrido la enfermedad– y la vida sedentaria, los investigadores, encabezados por el doctor Graham Colditz de la Universidad de Washington, descubrieron que el mero hecho de estar sentados durante prolongados períodos de tiempo dispara la probabilidad de sufrir alguna enfermedad cancerígena. Sorprendentemente, ello afectaba por igual a la población que hacía alguna clase de deporte como la que llevaba a cabo un estilo de vida absolutamente sedentario. Tanto en uno como en otro caso, lo decisivo era pasar mucho tiempo sentado.

Cáncer de colon y de endometrio

Según los datos proporcionados por la investigación, la vida sedentaria se encuentra asociada con un 24% más de probabilidades de sufrir cáncer de colon un 32% más de probabilidades de sufrir cáncer de endometrio (el revestimiento del útero), y un 21% más de probabilidades de sufrir cáncer de garganta. En lo que respecta a las costumbres, ver la televisión estaba asociado con un 54% más de probabilidades de sufrir cáncer de colon y un 66% más de sufrir cáncer de endometrio.

Dichos porcentajes aumentaban a medida que se pasaba más tiempo sentado en el sofá. Así, por cada dos horas adicionales que los participantes pasaban sentados, el riesgo de sufrir cáncer de colon aumentaba en un 8%, y el de sufrir cáncer de endometrio, un 10%. Es decir, aquellos hombres que pasaban 10 horas al día sentados –algo relativamente normal dado que cada vez más tiempo de la jornada laboral se pasa frente al ordenador– tenían un 8% más de probabilidades de sufrir cáncer de colon que los que pasaban ocho horas y un 32% más de los que raramente pasan tiempo sentados.

En el estudio, Colditz manifiesta su preocupación, ya que la mayor parte de la población considera que hacer ejercicio acaba automáticamente con cualquier riesgo, cuando en realidad no influye en el tiempo que pasamos sentados. “La gente no cuentael tiempo que pasan sentados de la misma manera que el tiempo que hacen ejercicio”, señala en el editorial que acompaña la revisión de estudios. “Las directrices dicen que se debe limitar el tiempo que se pasa sentado sin profundizar en la cantidad o de qué manera”.

¿Qué hacer cuando no se puede hacer nada?

Si tan decisivo es pasar tiempo sentado se debe, principalmente, a su influencia en la obesidad de los participantes, que es una de las principales causas de la aparición de estos tipos de cánceres. En concreto, dedicar muchas horas a ver la televisión es peligroso no sólo por el sedentarismo en sí, sino porque en muchas ocasiones está vinculado al consumo de comida o bebida alta en azúcares y grasas.

El principal problema es que, dado que nos vemos obligados a pasar gran parte de nuestra jornada sentados (y muchas alternativas de ocio pasan por pasar grandes cantidades de tiempo en el sofá), resulta difícil escapar a dicha costumbre. Por ello, Colditz propone en el artículo algunas alternativas, como intentar salir de la oficina cada vez que se pueda, tanto para comer como para dar breves paseos que nos permitan estirar las piernas; intentar caminar en lugar de usar el transporte público (o, en el caso de que se emplee, quedarnos de pie) o evitar comer en el escritorio.

Pasar todo el día sentados es inevitable, aunque devastador. Nos duele la espalda y el trasero, no quemamos calorías, hiere nuestras cervicales y, en definitiva, no contribuye en nada positivo a nuestra salud. Pero puede ser aún más grave, como desvela una investigación publicada en el último número del Journal of the National Centre Institute, que señala que aquellos que pasan la mayor parte del día sentados pueden tener hasta un 66% más de probabilidades de sufrir determinados tipos de cáncer.

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