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El secreto más sencillo para saborear la vida hasta el fondo
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LA CLAVE DE LA FELICIDAD

El secreto más sencillo para saborear la vida hasta el fondo

Muchas son las maneras en que podemos aumentar nuestra felicidad o, al menos, una cierta sensación de la misma, según apuntan los últimos estudios

Foto: Debemos aprender a saborear con intensidad cada momento de la vida. (istock)
Debemos aprender a saborear con intensidad cada momento de la vida. (istock)

Muchas son las maneras en que podemos aumentar nuestra felicidad o, al menos, una cierta sensación de la misma, según apuntan los últimos estudios científicos. Dice Eric Barker, autor de Barking Up the Wrong Tree, que a menudo no practicamos ninguno de los hábitos que nos ayudarían a ser más felices y la mayoría de nosotros no lleva a cabo acciones conscientes en pro de su propia alegría. En este tipo de estudios, cuando se le pregunta a la gente por algo que hayan realizado últimamente y que les haya hecho felices, la mayor parte de ella es incapaz de identificar algún motivo de felicidad.

Pero Barker parece tener la solución. Afirma que, al margen de las infinitas cosas que pueden hacernos más felices, hay una extremadamente sencilla, aplicable a cualquier momento de la vida, y que nos ayudará a nivel general a disfrutar más de las cosas. Asegura, además, que todas las personas felices la practican.

El quid de la cuestión está, según este autor, en que la próxima vez que te suceda algo bueno debes parar un instantey apreciar el momento, concederle unos segundos, ser consciente del mismo. “Los viejos clichés como pararse a oler las rosas o el hecho de que lo importante son las pequeñas cosas son ciertos. Los investigadores en felicidad lo llaman saborear”, señala Barker en un artículode la revista The Week, donde nos da las claves para aprender a disfrutar del momento.

¿Qué es exactamente saborear, en este tipo de casos?

La mayoría de nosotros experimenta a diario el ritmo que impone la vida actual. Estamos ocupados y hacemos mil cosas a la vez:comprobar el correo mientras comemos o contestar un whatsapp desde una reunión de trabajo; subir las fotos del último viaje mientras trabajamos desde el ordenador o hablar por teléfono mientras redactamos un informe. Creemos que así optimizamos nuestro tiempo, pero en realidad esa diversificación hace que aprovechemos el tiempo mucho peor y, lo que es más importante, no disfrutamos tanto de las cosas. Si vemos una serie mientras cenamos no disfrutamos tanto de la cena ni apreciamos tanto la serie: las actividades que se simultanean se aprecian menos, porque uno no pone el 100% de su atención en ellas.

La atención

Ahí está, de hecho, la clave de ese saborear al que aluden los expertos: en la atención que destinamos a las cosas. Cuando ponemos verdaderamente toda atención en lo que estamos haciendo, estamos realmente en el momento y no pensamos en nada más, y disfrutamos aquello que nos ocupa de manera más intensa.

Además, debemos intentar centrar nuestra atención en las cosas positivas. Cuando dejamos volar la mente y reflexionamos acerca de aquello que nos va mal, nos sentimos mal (lógicamente). ¿Pero qué pasa si hacemos un esfuerzo consciente por enfocar nuestros pensamientos hacia las cosas positivas?

Lo explican muy bien en el libro Happiness: Unlocking the Mysteries of Psychological Wealth, que cita Barker: “El componente clave para saborear de manera efectivaes la concentración atenta. Tomándote el tiempo y el esfuerzo de apreciar lo positivo, eres capaz de experimentar un bienestar mucho mayor”.

El tiempo

Como fácilmente se puede deducir, la prisa es incompatible con este modo de saborear el momento. La indicación principal que ofrecen los expertos es la siguiente: para. Aunque sea un minuto. Deja de comprobar si tienes mensajes si estás con tus amigos. Deja de ver la tele si estás comiendo. Deja de navegar por internet si estás hablando por teléfono. Haz una sola cosa y hazla bien, tómate tu tiempo al hacerla y no tengas prisa. Reducir la velocidad, el ritmo de vida, nos ayuda a apreciar todo aquello que nos rodea.

Simplemente frenando el ritmo de vida y destinando nuestro tiempo a una sola actividad reducimos el nivel de depresión y aumenta nuestro disfrute de la vida.

Una mejora de las relaciones personales

Además, Barker asegura que el saborear las cosas mejora notablemente nuestras relaciones personales, en parte porque para poder saborearlas y disfrutarlas correctamente muchas veces debemos contarlas.

Si al llegar a casa por la noche compartimos las buenas noticias del día con nuestra pareja, estamos reviviéndolas, disfrutándolas nuevamente y, además, dándole a él o a ella la posibilidad de alegrarse también, mejorando la comunicación y compartiendo las cosas positivas que tenemos.

Barker recoge una cita del libro The How of Happiness: A New Approach to Getting the Life You Want que es muy esclarecedora a este respecto: “Compartir los éxitos y los logros con los demás está asociado a un gran bienestar y un nivel elevado de emociones placenteras. Así, cuando tú o tu pareja o tu primo o tu mejor amiga consigue algo, felicítales (o felicítate) y celébralo. Intenta disfrutar la ocasión al máximo. Regocijarse por los buenos momentos nos ayuda a vivir en el presente y a solidificar nuestras conexiones con los demás”.

Además, Barker hace otra importante apreciación: no todos los días hay algo que celebrar, pero si vas a tomar una caña con tu novio, aunque simplemente para descansar tras un duro día, siéntate tranquilamente, disfrútala y brindad, por el mero hecho de que estáis relajadamente tomando una caña.

La máquina del tiempo

Finalmente, Barker nos recuerda que el hecho de saborear puede funcionar como una máquina del tiempo, ya que no tiene por qué referirse sólo al momento presente. Recordar tiempos bonitos o pensar en un viaje o una fiesta futura son también pensamientos que ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo.

Muchas son las maneras en que podemos aumentar nuestra felicidad o, al menos, una cierta sensación de la misma, según apuntan los últimos estudios científicos. Dice Eric Barker, autor de Barking Up the Wrong Tree, que a menudo no practicamos ninguno de los hábitos que nos ayudarían a ser más felices y la mayoría de nosotros no lleva a cabo acciones conscientes en pro de su propia alegría. En este tipo de estudios, cuando se le pregunta a la gente por algo que hayan realizado últimamente y que les haya hecho felices, la mayor parte de ella es incapaz de identificar algún motivo de felicidad.

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