La guía definitiva para librate de una vez por todas de las peores manchas
Cuando abandonamos el hogar materno todos descubrimos una gran verdad: no basta echar una prenda a la lavadora para que una mancha se vaya
Dice el refrán que “no es más limpio el que mucho se lava, sino el que menos se ensucia”, pero, por muy cuidadosos que seamos, es inevitable encontrarse de vez en cuando con una mancha molesta. Cuando los jóvenes abandonan el hogar materno descubren una gran verdad que hasta entonces había permanecido oculta: no basta con echar una prenda a la lavadora para que una mancha se vaya. Hay manchas especialmente puñeteras, y sólo siguiendo unos pasos determinados, y usando un buen quitamanchas, lograrás acabar con ellas sin echar a perder la prenda afectada.
Hay diversas cuestiones que hay que tener claro para que nuestra ropa no acabe llena de lamparones que nunca lograremos quitar:
- Si tardamos en tratar una mancha ésta se agarrará más fuertemente a las fibras de la ropa y será más difícil quitarla. Lo mejor es limpiar la prenda inmediatamente, en cuanto veamos que se ha manchado.
- El eslogan que clamaba “el frotar se va a acabar” no era más que una trampa publicitaria. Las manchas no deben frotarse, pues sólo lograremos que la suciedad se agarre más fuertemente a la prenda.
- Es más fácil quitar las manchas si damos la vuelta a la ropa.
- Limpia siempre con movimientos circulares, desde el exterior hacia el centro.
Un lavado para cada tipo de mancha
Para abordar correctamente el lavado de una mancha tenemos que conocer de qué tipo es esta. En nuestra vida cotidiana nos encontraremos con tres tipos de manchas principales: de tanino, de grasa y de sangre. Pero, además, antes de acometer su lavado tendremos que conocer el tipo de tejido que se ha manchado. No es lo mismo eliminar una mancha en una camiseta de algodón que en un pañuelo de seda.
Manchas de tanino o de grasa
Los taninos son polímeros complejos responsables de la coloración de numerosas plantas. Aunque la palabra nos suena a chino, convivimos con ellos a diario, y son los culpables de que alimentos como el vino, las frutas, la salsa de tomate, el chocolate o el tétengan su color característico yprovoquen unas manchas tan difíciles de quitar. Las manchas de grasa incluyen todo tipo de aceites, aliños, mantecas o mantequillas. El procedimiento es el mismo para ambos tipos de manchas, pero distinto para cada tipo de prenda.
De algodón, lino y fibras sintéticas convencionales
- Aplica un quitamanchas directamente sobre la zona manchada.
- Abre el grifo del agua caliente, espera a que salga a la mayor temperatura posible, y coloca la zona a tratar debajo, para que el agua caiga con presión sobre la mancha. Deja que la prenda se empape.
- Si la mancha no se ha ido por completo, repite el proceso hasta que se vaya.
- Ahora sí, mete la prenda en la lavadora junto al resto de ropa sucia.
De seda, lana y sintéticos delicados
- Aplica un quitamanchas directamente sobre la zona manchada.
- Llena la pila del lavabo con agua tibia y agrega detergente para lavar a mano. Agita suavemente la prenda para que se enjabone y se empape en profundidad.
- Déjala en remojo 30 minutos (con la seda tienes que tener cuidado, si la dejas más tiempo se estropeará).
- Remoja la prenda en agua tibia hasta enjuagarla por completo. Escúrrela para eliminar el exceso de agua.
Manchas de sangre
Las manchas de sangre son especialmente difíciles de quitar. No puedes aplicar sobre ellas agua caliente, ya que la sangre puede impregnarse aún más en las fibras del tejido. Si manchas de sangre alguna prenda de seda o lana, mejor olvídate de lavarlas en casa y llévalas directamente a la tintorería. Para el resto de prendas sigue los siguientes pasos.
- Aplica un quitamanchas directamente sobre la zona manchada.
- Abre el grifo del agua fría y coloca la zona a tratar debajo, para que el agua caiga con presión sobre la mancha. Deja que la prenda se empape.
- Si la mancha no se ha ido por completo, repite el proceso hasta que se vaya. Al no poder usar agua caliente lo más probable es que tengas que repetirlo varias veces.
- Ahora sí, mete la prenda en la lavadora junto al resto de ropa sucia.
Manchas viejas o que no hayas conseguido quitar
Para lavar manchas que estén bien asentadas en la ropa (probablemente, porque no las has tratado a tiempo) lo mejor es que utilices agua oxigenada. Aplícala sobre la mancha después de empapar la prenda en agua caliente. Es segura para todos los colores, y es una buena alternativa a la lejía. Eso sí, no puedes usarla para tratar seda o lana.
Dice el refrán que “no es más limpio el que mucho se lava, sino el que menos se ensucia”, pero, por muy cuidadosos que seamos, es inevitable encontrarse de vez en cuando con una mancha molesta. Cuando los jóvenes abandonan el hogar materno descubren una gran verdad que hasta entonces había permanecido oculta: no basta con echar una prenda a la lavadora para que una mancha se vaya. Hay manchas especialmente puñeteras, y sólo siguiendo unos pasos determinados, y usando un buen quitamanchas, lograrás acabar con ellas sin echar a perder la prenda afectada.