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Los trucos que debes conocer para cocinar más rápido y mejor
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SIMPLES IDEAS QUE PROBABLEMENTE NO CONOCES

Los trucos que debes conocer para cocinar más rápido y mejor

Cocinar se ha vuelto a convertir en una prioridad, pero muchas de las técnicas que nuestras madres conocían han sido olvidadas. Hay muchos trucos

Foto: Cuánto más cocines, más trucos tendrás para ahorrar tiempo y dinero. (Rainer Berg/Corbis)
Cuánto más cocines, más trucos tendrás para ahorrar tiempo y dinero. (Rainer Berg/Corbis)

Durante mucho tiempo las comodidades de la vida moderna y los progresos de la industria alimentaria nos han alejado de los fogones. Por suerte, parece que el interés por la cocina está creciendo en los últimos años, debido quizás al auge de exitosos programas de televisión, pero también a la creciente percepción de que la despreocupación por lo que comemos ha llegado demasiado lejos.

Cocinar se ha vuelto a convertir en una prioridad, pero muchas de las técnicas que nuestras madres conocían han sido olvidadas. No hablamos de cómo cortar una cebolla, preparar un filete, o saber cuándo unos huevos revueltos están en su punto (algo que tampoco muchos saben hacer correctamente), sino de pequeños ingenios para ahorrar tiempo en la cocina sin necesidad de contar con un instrumento para cada cosa.

Estos 16 consejos parecen de lo más simple, pero son verdaderamente útiles, pues hacen que manches menos, aproveches mejor los alimentos y vayas más rápido, tres aspectos que son esenciales para todo cocinero.

1. Aprovecha al máximo los limones

placeholder (André Karwath/CC)

Al extraer el zumo de un limón para una receta la mayoría de personas se limitan a cortar el limón el dos y estrujarlo, obteniendo una cantidad ridícula de zumo. Para maximizar la cuantía del zumo basta con hacer rodar el limón por la encimera, antes de cortarlo, apretándolo contra ésta suavemente. También puedes introducirlo 20 segundos en el microondas (si no necesitas que el líquido este frío). Tras esto realiza un corte longitudinal, no trasversal. Gracias a esto podrás obtener tres veces más zumo.

2. Mantén el pan fresco

La mejor manera de mantener el pan lo más fresco posible de un día para otro es meterlo en una bolsa de plástico con un tallo de apio y cerrar ésta. El pan absorberá la humedad del apio, y estará más fresco. Como el apio no tiene un sabor fuerte no afecta al gusto del pan.

3. Dejar de llorar al cortar las cebollas

¿Harto de llorar como un condenado cuando picas una cebolla? Prueba uno de estos trucos. Pela y corta la cebolla debajo del grifo, esto evitará que los gases que hacen llorar a tus ojos impregnen la atmósfera. Puedes probar también a impregnar tu cuchillo con zumo de limón, el ácido reacciona con la cebolla y hace que libere menos gases. Otro truco, por absurdo que parezca, consiste en mascar chicle. Esto hace que respires por la boca y no por la nariz, lo que hace que los gases resulten menos agresivos.

4. Servir el cava

(Blai Carda/Global Image)

En las celebraciones siempre acabamos perdiendo muchísimo tiempo sirviendo los vinos espumosos, una bebida sobre la que desconocemos muchas cosas. Un truco para servir el cava o champán más rápido y sin derramar una gota consiste en enjuagar las copas antes de servir el mismo con un vino blanco. Esto no afecta al sabor del espumoso, pero evita que las burbujas suban tan rápido, lo que permite servir todas las copas a la vez sin que se derrame una gota.

5. Aprovechar bien el jengibre

Aunque la raíz del jengibre no se usa mucho en España, en cuanto queremos experimentar con otro tipo de cocinas nos encontramos con que no tenemos ni idea de como pelarla. Cómo tiene muchas protuberancias y recovecos, lo mejor es que antes de pelarla la frotemos suavemente con el reverso de una cucharilla. Esto hace que sea más fácil seguir todos los contornos y minimiza los desperdicios. La misma técnica se puede usar para pelar otro tipo de raíces o tubérculos que se nos resistan.

6. Conservar el color de los vegetales

Para que los vegetales conserven su color al ser cocinados, basta añadir un poco de zumo de limón a la olla o sartén. Se trata de una técnica particularmente efectiva cuando cocinamos vegetales de tonos rojizos (como la lombarda o la remolacha) y aquellos blancos (como el nabo o la coliflor), ya que la acidez del limón ayuda a preservar los flavonoides, unos compuestos que además de ser responsables de la pigmentación de los vegetales son muy saludables. La técnica no funciona con los vegetales verdes, cuyo color es responsabilidad de la clorofila, pues se ennegrecen en contacto con el limón.

7. Cortar tomates cherry a toda velocidad

Los tomates cherry se suelen utilizar en la cocina partidos por la mitad y, si nos toca usar muchos, cortarlos de uno en uno puede ser un aburrimiento. Busca en tu cocina dos tapas de tupper de un tamaño similar, mete los tomates entre ellas (como si fuera un sándwich) y, sujetando el ingenio con delicadeza, corta los tomates horizontalmente con un cuchillo afilado. Más fácil imposible.

8. Hacer cubitos de hielo más rápido

¿Vienen invitados a casa y te acabas de dar cuenta de que casi no queda hielo? ¿No hay ninguna gasolinera cerca? ¿No existen tiendas 24 horas en tu barrio? No desesperes. En vez de hacer los cubitos con el agua fría del grifo, hazlos con el agua caliente: se harán mucho más rápido. Este fenómeno, aparentemente contradictorio, se conoce como el efecto Mpemba, nombrado así en honor a su descubridor, el físico tanzano Erasto Mpemba.

9. Arreglar una sopa demasiado salada

¿Al hacer una sopa te has pasado con la sal? Prueba a echar una patata pelada y cortada en cuatro trozos. Actuará como una esponja absorbiendo parte de la sal. No te la comas, estará dura y saladísima. También puedes probar a echar algo más de agua o una pizca de azúcar moreno.

10. Alarga la vida de frutas y verduras

Organizar la nevera correctamente nos permitirá ahorrar tiempo y dinero. (Corbis)

Un truco sencillo puede hacer que tus frutas y verduras aguanten mucho más en el depósito del frigorífico. Sencillamente, pon una hoja de papel de cocina en el fondo del recipiente. Este absorberá el agua sobrante que acelera el envejecimiento de los vegetales. Para conservar mejor las hierbas, como el perejil o la albahaca, guárdalas cubiertas en papel de cocina y dentro de una bolsa de plástico.

11. Desgrasar eficazmente un guiso

Si después de preparar una sopa, salsa o guiso crees que ha quedado muy grasiento, apaga el fuego y deja que repose durante 10 minutos. Verás la grasa flotando. Puedes tratar de quitarla con una cuchara, pero un método más eficaz consiste en echar unos cuantos cubitos de hielo. La grasa que esté cerca de los cubos se solidificará junto a estos, y será más fácil de retirar. Tienes que hacerlo rápido, pues los hielos se derretirán enseguida.

12. Eliminar el olor de tus manos mientras sigues cocinando

Tras pelar cebollas y ajos tus manos adquieren un olor bastante desagradable. Si estás en plena faena, basta con que frotes éstas con una chuchara de acero inoxidable, que absorbe el olor. El azufre de las plantas es atraído por los metales como el acero.

13. Pelar muchos ajos, muy rápido

Golpea una cabeza de ajos con la mano (o con la base de una cacerola) para separar los dientes. Coloca estos en un bol de metal y pon otro similar encima, creando una especie de esfera. Agita con fuerza los boles. Tendrás todos los ajos pelados en un santiamén.

14. Reciclar el aceite sin conservar el olor de lo que has cocinado previamente

Si quieres reusar el aceite sin acumular olores innecesarios prueba a calentarlo en una cacerola a temperatura baja, añade un poco de jengibre en rodajas y deja que se haga durante 15 minutos. El jengibre se irá ennegreciendo muy lentamente, absorbiendo los olores y sabores, y cuando lo retires el aceite estará mucho más presentable.

15. Conservar mejor quesos y cremas

Para lograr que el requesón, el queso fresco, la crema agria o la crème fraiche se conserven en tu nevera durante más tiempo basta con darle la vuelta a sus recipientes. Esto creara un vacio que dificultará la aparición de bacterias. Obviamente, asegúrate de que el recipiente está bien cerrado.

16. Trabajar con chiles o pimientas de cayena

placeholder (Diego Delso/CC)

A todo el que ha cocinado con chiles o cayena le ha ocurrido en alguna ocasión: después de cortarlas, te llevas una mano al ojo (u otras partes delicadas) y acabas viendo las estrellas. Aunque no seas tan tonto para que te ocurra esto, para manipular este tipo de alimentos es mejor protegerse. Puedes usar guantes, pero basta con que untes tus manos con algún tipo de aceite vegetal. Esto basta para que no acabes con ardores por todo el cuerpo.

Durante mucho tiempo las comodidades de la vida moderna y los progresos de la industria alimentaria nos han alejado de los fogones. Por suerte, parece que el interés por la cocina está creciendo en los últimos años, debido quizás al auge de exitosos programas de televisión, pero también a la creciente percepción de que la despreocupación por lo que comemos ha llegado demasiado lejos.

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