Muere apuñalado el rey del ‘simpa’
Todos los restaurantes de la turística ciudad de Gante le conocían. Se fue sin pagar de más de 100 locales y siempre pedía lo más caro de la carta
Todos los restaurantes de la turística ciudad de Gante, en Bélgica, le conocían. Su modus operandi era siempre el mismo. Entraba en el local, pedía uno de los platos más caros de la carta -sentía especial debilidad por las langostas- y el mejor brandy. Y sin que nadie se enterara, desaparecía sin pagar. Su nombre era Titus Clarysse, bautizado como el rey del simpa, tal como se conoce en España a esta delictiva costumbre.
Clarysse ya había protagonizado alguna que otra historia en los medios locales. No en vano, durante un periodo de cinco años, se fue sin pagar de más de 100 restaurantes. Pero su eterna barra libre ha terminado. La Policía lo ha encontrado muerto: alguien loha apuñalado.
Aunque la policía belga asegura desconocer de momento el móvil del asesinato, no se descarta que el autor del crimen sea algún hostelero vengativo. Tim Joiris, presidente de la Federación de Hoteles y Restaurantes de Gante, ha explicado a Associated Pressque es reacio a creer que alguien del gremio haya llegado tan lejos: “¿Maldecirle? Puede. Pero, ¿matarle? Eso no tiene sentido”.
Al final conocíamos su cara, pero en una terraza de verano llena de gente sabía cómo pasar desapercibido
Según ha explicado Joiris, el dueño de uno de los establecimientos en los que Clarysse practicóuno de sus simpas, el susodicho “era un problema para todo el mundo. Y lo que es peor, durante mucho tiempo nadie sabía cómo tratar con él. Al final conocíamos su cara, pero ya sabes, en una terraza de verano llena de gente, él sabía cómo pasar desapercibido”.
Un ratero profesional
El rey del simpa logró irse sin pagar en todo tipo de establecimientos. “Lo hizo en todos los sitios”, asegura Joiris. “Grandes restaurantes, terrazas… Lo intentóen todas partes”. Clarysse, además, no se limitaba nunca a pedir un bocadillo. Se llevaba hasta las migas. “Lo pedía siempre todo, el menú completo”, asegura el hostelero. “Se sentaba y, después de acabarse el menú, se pedía otra cerveza o un brandy”.
A Joiris, en cualquier caso, le extraña que haya acabado apuñalado: “No estamos hablando de un tipo agresivo. Simplemente era un jeta”.
El periódico belga De Standaard ha informado de que Clarysse vivía gracias a un subsidio municipal y solía tener amistades peligrosas. La Policía, en cualquier caso, no descarta ningún escenario.
Hace dos años Clarysse participó en un recital de poesía. Este fue su poema:
Duro como una roca
tan suave como una roca
muerto como una piedra
tener un corazón de piedra
todo está construido en piedra
una piedra nunca se detiene
Todos los restaurantes de la turística ciudad de Gante, en Bélgica, le conocían. Su modus operandi era siempre el mismo. Entraba en el local, pedía uno de los platos más caros de la carta -sentía especial debilidad por las langostas- y el mejor brandy. Y sin que nadie se enterara, desaparecía sin pagar. Su nombre era Titus Clarysse, bautizado como el rey del simpa, tal como se conoce en España a esta delictiva costumbre.