Es noticia
Lo malo de ser guapo: tu sistema inmune es más débil (y coges la gripe)
  1. Alma, Corazón, Vida
EL PELIGRO OCULTO DE LA TESTOSTERONA

Lo malo de ser guapo: tu sistema inmune es más débil (y coges la gripe)

Un grupo de científicos ha vinculado los altos niveles de testosterona en los hombres con una pobre respuesta inmune a una vacuna contra la gripe

Foto: Los rasgos del atractivo masculino están íntimamente relacionados con la testosterona. (Corbis)
Los rasgos del atractivo masculino están íntimamente relacionados con la testosterona. (Corbis)

Según los científicos defensores del determinismo biológico de la belleza, nuestros cerebros están diseñados para reconocer los rasgos genéticos de aquellos especímenes que más convienen a la especie, que son los que despiertan un mayor deseo sexual. La gente que consideramos guapa es, por tanto, la mejor preparada para desenvolverse en el entorno de cazadores-recolectores en el que se desarrollaron nuestros genes actuales.

Las mujeres se sienten atraídas por los hombres con pómulos marcados y mandíbulas pronunciadas, que indican mayores niveles de testosterona, bajos niveles de cortisol (la hormona del estrés) y, supuestamente, un fuerte sistema inmune.

Pero esta teoría podría ser desmontada, al menos parcialmente, según los últimos descubrimientos. Un grupo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos), ha vinculado los altos niveles de testosterona en los hombres con una pobre respuesta inmune a una vacuna contra la gripe, como publica en su edición digital de este lunes la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Estos investigadores muestran que los hombres con cantidades relativamente altas de testosterona circulante se benefician en menor medida de un aumento en los anticuerpos protectores después de la vacunación contra la gripe que aquellos con niveles más bajos de testosterona y las mujeres, que tuvieron una respuesta de anticuerpos en general más fuerte a la vacuna que los hombres.

La resolución de una incógnita

Desde hace tiempo se sabe que, por razones que no están claras, los hombres son más susceptibles a la infección bacteriana, viral, fúngica y parasitaria que las mujeres y que los sistemas inmunes de los hombres no responden con tanta fuerza como los de las mujeres a las vacunas contra la gripe, la fiebre amarilla, el sarampión, la hepatitis y muchas otras enfermedades.

También se sabe que las mujeres, en promedio, tienen niveles más altos en sangre de las proteínas de señalización que las células inmunitarias movilizan para impulsar la inflamación, un componente clave de la activación del sistema inmune. Además, investigaciones anteriores en animales y en cultivo celular han revelado que la testosterona tiene propiedades antiinflamatorias, lo que sugiere una posible interacción entre la hormona sexual masculina y la respuesta inmune.

Sin embargo, el nuevo estudio no encontró ninguna relación entre los niveles circulantes de proteínas proinflamatorias y la capacidad de respuesta a la vacuna contra la gripe. Tampoco parece que la testosterona enfríe directamente la respuesta inmune sino que interactúa con un conjunto de genes de una manera que amortigua esa respuesta, explica el autor principal del estudio, Mark Davis, profesor de Microbiología e Inmunología y director del Instituto de Stanford para Inmunidad, Trasplante e Infección.

Una lectura genética

“Éste es el primer estudio que muestra una correlación explícita entre los niveles de testosterona, la expresión de genes y la respuesta inmune en los seres humanos”, resalta Davis, quien invita a la reflexión a las personas que toman suplementos de testosterona.

Los científicos han aprovechado una investigación longitudinal en curso en Stanford, en la que, desde 2008, a los participantes, que abarcan una amplia gama de edades, se les ha extraído sangre antes y después de recibir las vacunas antigripales anuales.

“La mayoría de los estudios no informan sobre las diferencias de sexo, un determinante importante de la variación en la respuesta inmune”, subraya otro de los autores del trabajo, David Furman, investigador asociado en el grupo de Davis. El equipo de Stanford, en colaboración con científicos de la organización de investigación gubernamental francesa INSERM, se dedicó a sondear esas diferencias.

En los hombres con altos niveles de testosterona, la activación de los genes del módulo 52 se correlacionaba con una reducción de los niveles de anticuerpos después de la vacunación

Estudios anteriores habían demostrado que algunos de los genes constitutivos de un grupo de multigenes (conocido como módulo 52) están involucrados en la regulación inmune y que la activación del módulo es de alguna manera impulsada por la testosterona. Por ello, Davis y sus colegas analizaron directamente los niveles de testosterona en los varones, separando a los 34 hombres en dos grupos: aquellos cuyos niveles circulantes de testosterona estaban por encima del nivel medio y el resto.

Estos expertos vieron que en los hombres con altos niveles de testosterona, la activación de los genes del módulo 52 se correlacionaba con una reducción de los niveles de anticuerpos después de la vacunación.

Un dilema evolucionista

El descubrimiento plantea un importante interrogante en relación a nuestras ideas sobre la evolución. La testosterona es la hormona masculina clave: hace que aumente la potencia muscular, que crezca la barba y que estemos dispuestos a asumir riesgos. Es la hormona que hace macho al macho pero parece que también lo hace más débil, deteriorando su sistema inmune.

Aunque no está mal tener un sistema inmune decente para responder a los patógenos, una reacción demasiado intensa a estos puede ser más dañina que el patógeno en sí

Las mujeres prefieren a los hombres con un mayor nivel de testosterona, algo que parece contradictorio con los resultados de esta investigación, pero podría no serlo tanto. Según Davis, los niveles altos de testosterona pueden conllevar una ventaja evolutiva menos evidente. “Debemos preguntarnos qué sexo es más dado a los encontronazos violentos, y a hacer daños corporales graves a otros especímenes de su mismo género”, ha explicado Davis.

Los hombres son propensos a sufrir heridas de sus encuentros competitivos, por no hablar de sus roles tradicionales en la caza, la defensa de los familiares y el transporte de las cosas, lo que aumenta su riesgo de infección. Aunque no está mal tener un sistema inmune decente para responder a los patógenos, una reacción demasiado intensa a estos (como ocurre con la gripe, el SARS, el dengue y muchas otras enfermedades), puede ser más dañina que el patógeno en sí. Las mujeres, que tienen una respuesta inmune más efectiva, son el doble de susceptibles a morir de sepsis, una inflamación excesiva de los tejidos provocada por una respuesta inmune exagerada. Así que, quizás, como sugiere Davis, contar con un sistema inmune más débil (pero no demasiado) puede ser más beneficioso para un macho dominante en la flor de la vida que tener otro más potente.

Según los científicos defensores del determinismo biológico de la belleza, nuestros cerebros están diseñados para reconocer los rasgos genéticos de aquellos especímenes que más convienen a la especie, que son los que despiertan un mayor deseo sexual. La gente que consideramos guapa es, por tanto, la mejor preparada para desenvolverse en el entorno de cazadores-recolectores en el que se desarrollaron nuestros genes actuales.