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Peor que los países del Este: España suspende en el Índice Global del Talento
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Peor que los países del Este: España suspende en el Índice Global del Talento

El descenso de la inversión en I+D y la fuga de cerebros está haciendo mella en la capacidad de España para competir en el mercado internacional

Foto: España obtiene una buena parte de su nota gracias al número de licenciados y a la calidad de las escuelas de negocios. (Esade)
España obtiene una buena parte de su nota gracias al número de licenciados y a la calidad de las escuelas de negocios. (Esade)

El descenso de la inversión en I+D y la paralela fuga de cerebros está haciendo mella en la capacidad de España para competir en los mercados internacionales y desarrollar el talento necesario para ello. Según el Índice Global de Competitividad del Talento (GTCI), elaborado por Adecco y la prestigiosa escuela de negocios Insead, España se sitúa más de seis puntos por debajo de la media de los 103 países analizados (en conjunto representan un 86% de la población mundial y suma el 96,7% del PIB mundial). En términos generales, nuestro país ocupa el puesto número 35, por detrás de otros como Polonia, Letonia, Catar o Montenegro.

La peor nota obtenida por España en las 43 variables utilizadas para configurar el índice es la referente a la relación entre la paga y la productividad, que nos sitúa en la quinta posición empezando por la cola. Los resultados tampoco son nada positivos en cuanto a flexibilidad del mercado de trabajo (puesto número 88), panorama empresarial (puesto 84) y alcance de la formación del personal laboral (80). Pese a todo, España se sitúa por encima del resto de países denominados PIGS, pues Italia está una posición por debajo, Portugal tres, y Grecia veintiuna. Otro de los mayores escollos a los que se enfrenta el país es la formación profesional, escasa y de mala calidad.

Los países que lideran este ránking en calidad, retención y captación del talento son Suiza, Singapur, Dinamarca, Suecia y Luxemburgo. En el lado contrario de la clasificación se encuentran Argelia, Burkina Faso, Irán, Mali y Etiopía.

La formación superior y las business school, dos muros de contención

Los puntos fuertes en los que destaca España son, por este orden, la calidad de sus escuelas de negocios, el número de médicos por habitante, el porcentaje de graduados universitarios, la apertura interna de los mercados, el porcentaje de mujeres parlamentarias y los niveles de tolerancia hacia la inmigración. En lo que se refiere a escuelas de negocios, nuestro país es el único de Europa que tiene tres centros en el top ten, según el último ranking europeo elaborado por el diario económico Financial Times. El IE Business School se coló por primera vez en el primer puesto, ESADE escaló de la séptima a la quinta posición; y el IESE, pese a sus buenos resultados, bajó del cuarto al sexto puesto. EADA es la cuarta, y última, institución española que aparece en el ranking –que tiene ochenta puestos–, concretamente en la posición 23.

La universalización del acceso a la formación superior y la calidad de las escuelas de negocios españolas están actuando como muros de contención ante la actual situación económica y laboral. Para Ilian Mihov, decano de la escuela de negocios Insead “existe una gran disparidad entre las habilidades que las compañías necesitan y lo que los mercados laborales pueden ofrecer. Las instituciones educativas están bajo presión para ofrecer las habilidades que la economía de conocimiento global demanda. Por ello, estos temas exigen un esfuerzo de colaboración entre gobiernos, empresas, organizaciones laborales y escuelas de negocios”.

El talento se ha convertido en uno de los recursos clave del mercado laboral y, por tanto, un concepto que debe ser comprendido y analizado a nivel cuantitativo por los responsables en la toma de decisiones, según Patrick de Maeseneire, CEO del Grupo Adecco. La competitividad del talento afecta a factores determinantes como las cifras de desempleo de un país, la inmigración, la educación o el crecimiento económico, siendo clave tanto para recuperar la prosperidad tras la crisis, disminuir las cifras de desempleo juvenil, mantener el auge de las economías emergentes o hacer que los países reduzcan sus niveles de pobreza.

La maquinaria europea sigue bien engrasada

Si se atiende a los países europeos que conforman el análisis, España se situaría en la posición 23 de los 38 analizados. Sin embargo, el GTCI pone de manifiesto que Europa lidera el talento, pues de los diez primeros países de la clasificación los únicos que no pertenecen al Viejo Continente son Singapur y Estados Unidos. Tras los ya citados Suiza y Dinamarca, se sitúan Suecia, Luxemburgo, Holanda, Reino Unido, Finlandia, Islandia, Noruega y Bélgica.

En Europa se pone de manifiesto la brecha norte-sur: los países del norte se sitúan como más competitivos que en el sur en cuanto al talento. Sin embargo, Dinamarca supera a sus vecinos nórdicos destacando en variables como la apertura entre los funcionarios públicos o su eficacia gubernamental. Además, otras de las razones para que Dinamarca se sitúe en tercera posición, son la flexibilidad de su mercado laboral y una mayor protección social que sus vecinos del norte de Europa.

En torno al 21% de los trabajadores europeos están sobrecualificados y el 13% están infracualificados para sus puestos de trabajo, lo que tiene una repercusión importante sobre los sueldos y la productividad. Además, en 2009, más de un tercio de las empresas de la Unión Europea tuvieron dificultades para contratar personal en puestos cualificados.

placeholder En menos de una década, el mercado chino tendrá un déficit de 20 millones de trabajadores cualificados. (corbis)

El frenazo en seco de los BRICS

La escasez del talento también amenaza el crecimiento de los países emergentes, sobre todo de los denominados BRICS (Brasil, Rusia, India y China). Al poner el foco en la manufacturación y en los servicios, con una mano de obra barata, la falta de talento seguirá aumentando, generando “un superávit de trabajadores de baja cualificación”, según las conclusiones del informe. Además, la demanda de nuevas capacidades y talentos probablemente continuará cambiando a mucha más velocidad que la capacidad para proporcionarlos.

En Asia, la demanda de trabajadores altamente cualificados excede ampliamente la oferta. Por ejemplo, en China, es posible que en 2020 se enfrenten a una falta de capacitación de más de 20 millones de trabajadores con formación universitaria, mientras la necesidad de Indonesia de trabajadores cualificados podría pasar de 55 millones a 113 millones en 2030.

Otro de los retos no resueltos a los que se enfrentan los BRICS es la creciente división digital, ya que millones de personas no dominan las habilidades informáticas básicas. Junto a esta disfunción, el informe apunta que las economías en desarrollo y emergentes carecen de las habilidades necesarias para construir la infraestructura de apoyo de una economía competitiva, o para competir en los mercados de trabajo más intensivos.

El descenso de la inversión en I+D y la paralela fuga de cerebros está haciendo mella en la capacidad de España para competir en los mercados internacionales y desarrollar el talento necesario para ello. Según el Índice Global de Competitividad del Talento (GTCI), elaborado por Adecco y la prestigiosa escuela de negocios Insead, España se sitúa más de seis puntos por debajo de la media de los 103 países analizados (en conjunto representan un 86% de la población mundial y suma el 96,7% del PIB mundial). En términos generales, nuestro país ocupa el puesto número 35, por detrás de otros como Polonia, Letonia, Catar o Montenegro.

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