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Cómo ligar en menos de noventa segundos (según la ciencia)
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LOS MÁS GUAPOS NO SON LOS QUE MÁS ATRAEN

Cómo ligar en menos de noventa segundos (según la ciencia)

Según las últimas investigaciones, ser muy guapo no es garantía de nada; hace falta técnica (y táctica) para poder triunfar con el sexo contrario

Foto: Tocar la cara es el mayor gesto de interés que podemos realizar. (Corbis)
Tocar la cara es el mayor gesto de interés que podemos realizar. (Corbis)

Existen diversas fórmulas por las que cualquier muchimillonario estaría dispuesto a desembolsar una gran parte de su fortuna: la receta para la eterna juventud, la solución definitiva para todas las enfermedades, una máquina para generar oro a partir de basura y el secreto para ligar en menos de lo que canta un gallo.

Por eso, tantos libros, estudios científicos y experimentos se han dedicado a averiguar aquello que marca la diferencia a la hora de establecer una relación con el sexo opuesto. Y muchos de ellos han acabado con los tópicos manejados a la hora de ligar, como es que son los más guapos y atractivos los que se llevan a todas de calle. La forma física no sirve de nada sin la táctica y la técnica.

Según diversos experimentos realizados por la psicóloga de la Universidad de Webster en San Luis Monica Moore, es la primera impresión lo que importa y por lo que esos primeros dos minutos pueden ser clave. Nada nuevo bajo el sol, si no fuese porque la autora ha sido capaz de identificar hasta 50 clases diferentes de comportamientos que las mujeres utilizan para llamar la atención de sus potenciales parejas.

Poner ojitos, tocar la cara

Moore pasó 2.000 horas en diversos bares y contextos de ligoteo, observando de qué manera se producían las interacciones entre hombres y mujeres. Y llegó a la conclusión que aquellos que atraían a más personas del sexo opuesto no eran los más guapos, sino los que sabían, en primer lugar, hacer saber a la interesada que se encontraban disponibles; y, en segundo lugar, transmitir confianza a la hora de convencer a las potenciales candidatas.

Hacerse el interesante para que muestren más interés por ti no funciona

Según sus investigaciones, el comportamiento que pone énfasis en el atractivo físico apenas tenía éxito cuando eran los hombres los que daban el primer paso. Y, por el contrario, son las marcas de dominación social las que marcan la diferencia para ellos. El viejo truco de “cruel to be kind”, es decir, de hacerse el interesante para que muestren más interés por ti, no funciona: una condición esencial para triunfar en el amor es que la otra persona sepa sin duda que estás interesado en ella.

¿Cuáles son estas marcas? En muchos casos, aquellas que llamaban la atención de la mujer a través de la exhibición física (que no tiene nada que ver con ponerse a hacer abdominales en mitad del bar). Por ejemplo, echar más miraditas a la mujer o realizar movimientos de “maximización de espacio”, es decir, sujetar con una mano el respaldo de la silla contigua, desplazarse a la otra esquina de la habitación o incluso tocar cariñosamente a otros hombres… Siempre y cuando este gesto no sea recíproco.

Los cinco tipos de personas atractivas

Para Moore, existen cinco perfiles de personas que triunfan a la hora de entablar relaciones con el sexo contrario: el físico, el tradicional, el educado, el sincero y el juguetón. De entre todos ellos, el que tiene más éxito es el sincero, puesto que se basa en crear relaciones significativas con el sexo contrario. Además, son los que generan una mayor conexión personal y una mejor química sexual.

El juguetón muestra descaradamente sus intenciones pero, también, sus pocas ganas de mantener una relación seria

¿Cuáles son los pros y los contras de cada uno de ellos? El físico es aquel que desarrolla rápidamente relaciones, tiene una mayor química sexual y conecta de manera más estrecha con sus compañeros. El tradicional es el introvertido, aquel que cree que las mujeres han de dar el primer paso. El educado es aquel que intenta ocultar todos los signos que puedan delatar sus intenciones sexuales y, por lo tanto, el que raramente triunfa.

Sin embargo, hay otra categoría que tiene aún menos éxito que esta última: la del juguetón, que representaría la de aquellos cuya forma de ligar muestra inequívocamente que no hay ningún interés en una relación a largo plazo y apenas busca ningún sentido profundo en sus relaciones. Son los menos apreciados pero, afortunadamente para las mujeres, los menos comunes.

Dos gestos, una gran diferencia

Puede sonar simple, y seguramente lo sea, pero dos gestos tan sencillos como sonreír y tocar levemente a la otra persona pueden marcar la diferencia, afirma la psicóloga. Sonreír a alguien es una manera de decirle que ha llamado tu atención de entre un grupo de gente y que sientes una mínima empatía hacia ella. Pero no se trata únicamente de una señal con el objetivo de que la otra persona se entere de nuestro interés por ella, sino que también es una manera de resultar más atractivo ante la otra persona.

El contexto determina en un alto grado qué gestos demuestran interés y cuáles no

La investigación ha identificado dos tipos diferentes de toques, dependiendo del nivel de interés sexual que muestren. Los amistosos son, por ejemplo, el apretón en el hombro, la palmadita en la espalda y el apretón de manos, tres gestos que, por lo general, no suelen realizarse entre personas de distinto sexo. Con una diferencia: si esos gestos se realizan cara a cara o mediante un abrazo, sí son considerados como una aproximación amorosa.

¿Cuáles son aquellos gestos que denotan interés? Sobre todo, tocar la cara de la otra persona, pero también frotar el hombro o la cintura y un toque suave en el antebrazo. Por supuesto, todo ello debe realizarse en el entorno adecuado, ya que si esos gestos se realizan en, por ejemplo, una reunión familiar o una comida de negocios, raramente serán interpretados como gestos de interés. Por el contrario, en un pub a las cuatro de la mañana, se puede producir el efecto completamente opuesto y lo que en condiciones normales no es una seña de atracción, sea interpretado como tal.

No son las curvas, son los signos

Moore también tiene varios consejos destinados a las mujeres, especialmente a aquellas que se sienten más inseguras con sus cuerpos. Al igual que ocurría con los hombres, no son las hembras simétricamente perfectas o voluptuosas las que llamaban más la atención del sexo opuesto, sino las que envían más señales a sus potenciales parejas. En concreto, aseguraba un estudio de la psicóloga, “las mujeres que mostraban más de 35 gestos de demostración a la hora conseguían que se les acercasen más de cuatro personas”. Además, la variedad de gestos también era crucial.

Cuantos más gestos se hagan y más variados sean, más hombres se sentirán atraídos

Por el contrario, a aquellas mujeres que no hacían ningún gesto no se les acercaba ninguna persona. ¿Qué ocurría con las menos atractivas pero que sí mantenían un lenguaje corporal más elocuente? Que tenían más éxito que aquellas consideradas como guapas pero que, sin embargo, no hacían ninguno de los gestos que Moore considera como atractivos.

Entre ellos se cuentan arquear las cejas, guiñar un ojo, sacar pecho, cruzar las piernas, inclinarse hacia adelante, imitar el comportamiento gestual de la otra persona, sonreír y tocar tus labios con la lengua, señala la psicóloga. Cuidado: aunque parezca recomendable realizar dichos movimientos, si una intenta hacerlas todos a la vez, probablemente terminará pareciendo un mono de feria hiperactivo.

Existen diversas fórmulas por las que cualquier muchimillonario estaría dispuesto a desembolsar una gran parte de su fortuna: la receta para la eterna juventud, la solución definitiva para todas las enfermedades, una máquina para generar oro a partir de basura y el secreto para ligar en menos de lo que canta un gallo.

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