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Seis estrategias para superar los baches vitales más complicados
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CONSEJOS PRÁCTICOS PARA HALLAR SOLUCIONES

Seis estrategias para superar los baches vitales más complicados

La diferencia entre las personas que superan un trauma vital y las que no reside en la forma de enfrentarse a este. Te contamos cómo hacerlo

Foto: Las estrategias para superar los baches vitales deben adecuarse a cada situación. (Corbis)
Las estrategias para superar los baches vitales deben adecuarse a cada situación. (Corbis)

Las experiencias vitales negativas como la pérdida de un ser querido, el fracaso o las rupturas sentimentales provocan un derrumbe emocional que puede convertirse en crónico. Inevitablemente, todo el mundo pasa por situaciones difíciles a lo largo de su vida, pero lo que diferencia a las personas que logran salir adelante de las que acaban traumatizadas es la forma de enfrentarse a estos acontecimientos adversos y la capacidad de resiliencia de cada uno, como recientemente explicaba a El Confidencial el afamado neuropsiquiatra Boris Cyrulnik.

Las estrategias para superar los baches vitales deben adecuarse a cada situación, como explica la profesora de psicologíay coach Susan Krauss en su último libro The Search for Fulfillment. La autora ha identificado las seis experiencias traumáticas más comunes y, a partir de ellas, ha elevadora una serie de consejos prácticos que permitan buscar soluciones.

El rechazo

La inestabilidad emocional provoca que se magnifique el rechazo de los demás, despertando los fantasmas de la autoinculpación, con situaciones tan banales como el amigo que no quiere quedar con uno o los desaires recibidos de un jefe. Sin embargo, cuando las personas que nos rechazan son una parte importante de nuestras vidas, como puede ser un familiar o una pareja, la autoestima suele sufrir un duro revés.

Para lidiar con estas situaciones, Krauss anima a alejarse de la autocrítica mediante el fomento de la autoestima. Para ello, dice, “hay que centrarse en las fortalezas de uno, olvidar las debilidades y buscar a otras personas que logren llenar el vacío provocado por el rechazo”.

La soledad

Como si de un círculo vicioso de tratase, cuando más tiempo pase uno sin mantener relaciones estrechas con los demás más difícil será recuperar el contacto, tanto con los viejos amigos como con personas desconocidas. La soledad nos hace pesimistas y nos lleva a desconfiar de los demás y de nosotros mismos.

La empatía y la capacidad para relacionarnos será muy difícil de potenciar si tenemos la creencia de que los demás van en nuestra contra o de que no caemos bien de antemano. Por eso, el primer paso es darnos cuenta de lo ilógicos que son los razonamientos negativos, explica la psicóloga.

El escepticismo se cura ejercitando la empatía con los demás, lo que seguro provocará su acercamiento, sus visiones positivas hacía nosotros y hará que corroboremos la falsedad de nuestras negativas sospechas. Cuando la soledad ya tiene un largo recorrido en nuestra biografía, será extremadamente difícil practicar el acercamiento hacia los demás porque nuestras capacidades relacionales y empáticas están prácticamente anuladas. En estos casos, una de las recomendaciones más frecuentes de los terapeutas es comenzar teniendo una mascota o rodearse de animales para recuperar la capacidad para dar y recibir cariño.

La pérdida de un ser querido y el trauma

La angustia es el sentimiento más frecuente cuando fallece una persona cercana a nosotros. El duelo es un proceso necesario por el que siempre hay que pasar, pero poco a poco hay que buscar motivaciones que nos permitan dar señales externas de recuperación si no queremos que nuestra vida “se rompa en pedazos, devaste nuestras relaciones familiares y subvierta nuestra propia identidad”, apunta Krauss.

El humor es un arma de superación que nos ayuda a salir adelante, pues distrae la ansiedad, el miedo o la tristeza

La experiencia de la pérdida de alguien genera muchas inseguridades, pues nos lleva a pensar que el mundo es injusto e impredecible. Por eso, es necesario eliminar estos pensamientos negativos lo antes posible continuando con nuestros hábitos cotidianos y siendo coherentes con nuestro estilo de vida anterior a la pérdida. La mejor estrategia para asumir la pérdida, insiste la psicóloga, no es otra que seguir con nuestras actividades ordinarias, lo que no significa que se necesite un tiempo de duelo, aunque no muy prolongado, para darnos cuenta de que tendremos que seguir afrontando el futuro sin esa persona.

La culpabilidad

Una de las principales causas de la infelicidad es el sentimiento de culpabilidad, con el cual es imposible alcanzar el bienestar. En la mayoría de ocasiones, la culpabilidad, que es subjetiva, tiene que ver con un trato injusto a nosotros mismos. Una cuestión que suele curarse a través de la comunicación con la persona a la que creamos haber ofendido o con otras del círculo cercano y conocedoras de los hechos que nos han llevado a experimentar esta sensación. Cuando la culpabilidad tiene que ver con un hecho objetivo, o que al menos así lo ve el grupo que nos rodea, las disculpas no arreglarán las cosas ni nos exonerarán de la situación, pero sí nos harán sentir un poco mejor. Lo más importante es perdonarnos a nosotros mismos porque, de lo contrario, será difícil volver a tomar las riendas de nuestra vida.

El fracaso

Potenciado por el rechazo, la soledad y la falta de autoestima, el fracaso es uno de los sentimientos más frustrantes que sólo se logra superar consiguiendo algún éxito o nuevas metas vitales. Siuno se marca pequeñas metas hacia culminar en un objetivo mayorserá más fácil motivarse e ir progresando poco a poco. Una vez se tengan claros los objetivos, habrá que establecer prioridades, intentando ser proactivos y tomando el control de nuestras vidas para mejorar y superar la sensación de fracaso.

Krauss aconseja buscar el apoyo de las personas cercanas para tener una mejor perspectiva sobre la situación que nos ha llevado a fracasar, además de buscar estímulos en otras áreas de la vida en las que sí podamos triunfar con más facilidad. El humor, comosucede con todas las experiencias negativas, es un arma de superación que nos ayuda a salir adelante, pues distrae la ansiedad, el miedo o la tristeza.

La baja autoestima

Se trata de una de las mayores amenazas para la salud emocional. Cuando uno comienza a cuestionarse su valía personal surgen las inseguridades y acaban cometiéndose errores o se dan pasos en falso. La baja autoestima también nos hace más vulnerables a las experiencias negativas, por lo que es una cuestión clave para poder superar cualquier tipo de adversidad. Para abandonar este sentimiento hay que hacer hincapié en las fortalezas y relativizar las debilidades. Para ver las cosas de forma más positiva hay que intentar llevar la iniciativa, celebrando y destacando los pequeños logrosque vayamos alcanzando, lo cual nos dará fuerza para recuperar la autoestima.

Las experiencias vitales negativas como la pérdida de un ser querido, el fracaso o las rupturas sentimentales provocan un derrumbe emocional que puede convertirse en crónico. Inevitablemente, todo el mundo pasa por situaciones difíciles a lo largo de su vida, pero lo que diferencia a las personas que logran salir adelante de las que acaban traumatizadas es la forma de enfrentarse a estos acontecimientos adversos y la capacidad de resiliencia de cada uno, como recientemente explicaba a El Confidencial el afamado neuropsiquiatra Boris Cyrulnik.

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