“La vida es un trozo de tiempo infinito si la compartes con quien amas”
“Tengo un mensaje importante que daros”, anuncia María de Villota en la introducción de 'La vida es un regalo' (Plataforma Testimonio), su libro póstumo
“Tengo un mensaje importante que daros”, anuncia María de Villota en la introducción de La vida es un regalo (Plataforma Testimonio). Se trata de un mensaje que “no es tremendo ni morboso”, sino que se parece a la vida: “increíble, sorprendente, dura, bonita”.
De no haber fallecido este viernes en Sevilla, la piloto de Fórmula 1 María de Villota habría presentado el próximo lunes ante los medios de comunicación este libro, en el que relata los cambios que operaron en su vida tras el grave accidente que sufrió el verano de 2012 y que le hicieron ver la vida como un regalo.
La piloto explica que el accidente y los momentos en los que se encontraba entre la vida y la muerte fueron para ella como un segundo nacimiento: “Sí, amigos, te regala volver a sentir el pulso de la vida como si te acabasen de parir”. Tristemente, el regalo que la vida concedió a la autora apenas fue de unos meses, pero unos meses que, como se desprende del libro, fueron duros y felices a partes iguales.
Superando pruebas
De Villota no niega en el texto lo tortuoso que fue el proceso que atravesó, pero recuerda que con tesón y el apoyo de su familia (y especialmente de su marido,Rodrigo García, con el que se casó este mismo mes de julio)consiguió salir adelante para contar lo aprendido. Un mensaje que ha destinado a todos aquellos que, como ella, han tenido que afrontar la adversidad o, simplemente, quieren aprender a vivir un poco mejor: “Deseo que, sin pasar por un accidente como el mío, podáis sentir la alegría de estar vivos y disfrutar del regalo de la vida”. Unas palabras que, a la luz de lo acontecido este viernes, adquieren un nuevo significado.
Al ver la cara de mi madre, mi actitud cambió radicalmente, como si me despertase de aquella pesadilla
La primera parte del libro está dedicada a relatar el accidente y los momentos inmediatamente posteriores al mismo, cuando muchos la dieron por muerta o no confiaron en que saldría alguna vez del coma. Mientras los médicos la operaban en el quirófano, De Villota vivió un extraño sueño, en el que se veía obligada a luchar con todas sus fuerzas para superar una prueba de la FIA, la Federación Internacional del Automóvil.
En un momento de dicho sueño, De Villota pensóen rendirse del todo, en decir “apagad ya todo, dejad mi cabeza en paz, quitad esas cuerdas de mis piernas, no voy a aguantar más”. Acto seguido, los técnicos la felicitaban, porque había superado la prueba. Se trataba, por supuesto, de una elaboración mental en duermevela del proceso sufrido en el quirófano y también de una metáfora del instante en el que su subconsciente decidió que todavía le quedaban cosas por hacer.
“¡¡¡Quita, bicho!!!”
Uno de los momentos más duros que tuvo afrontar De Villota fue el que concernía a su aspecto y que, como tantos otros, superó con humor. La piloto explica cómo se le cayó “el alma a los pies” cuando se observó por primera vez en un espejo, junto a su madre. Pero gracias a ellasacó fuerzas de flaqueza para hacer comedia de la tragedia.
La estela de María iluminará a muchas vidas truncadas que conseguirán nuevos logros
“Al ver yo su cara, mi actitud cambió radicalmente, como si me despertase de aquella pesadilla”, explica en el libro. “Entonces le dije con gracia al espejo: ‘¡¡¡Quita, bicho!!!’ y me eché a reír. Mi madre no pudo evitar reírse conmigo, aunque todavía tenía los ojos llorosos”. Cuando volvió a la habitación, le contó la historia a toda su familia. “Todos rieron. Habíamos dado otro paso”.
Tan importante fue su familia en la recuperación como Rodrigo, su pareja. María no estaba segura de cómo iba a reaccionar ante su apariencia, así que se sentó a su lado y le dijo que no quería que estuviese con ella “por pena”. “A lo mejor tienes que pensarte tranquilamente lo nuestro”. Rodrigo le respondió que estaba enamorado y que estaba seguro de querer estar a su lado. Pocos meses después, oficializarían su relación ante el altar.
La vida, un regalo que debemos aprovechar
El libro muestra una María de Villota entusiasta, feliz a la hora de rememorar alguno de los episodios cruciales de su vida. Por ejemplo, el 7 de marzo de 2012, el día que pasó a formar parte del equipo de pilotos del Marussia F1. Entonces se acordó de la niña “que quería ser piloto de Fórmula 1”y que consiguió cumplir sus sueños con “dedicación, esfuerzo, pasión y perseverancia”.
Emilio de Villota, padre de la corredora y también piloto de Fórmula 1, dedica en el libro una carta a su hija. En ella recuerda que él siempre había deseado que se dedicase “a cualquier otro deporte, desde luego lejos del mundo del motor”. La respuesta de María ante las reservas de su padre fue contundente: la dificultad y la actividad deportiva eran el desafío que quería superar, y así lo hizo. Emilio explica cómo la frase que mejor define la vida de su hija es “lo logró porque no sabía que era imposible”. Emilio cree que "la estela de María iluminará muchas vidas truncadas que conseguirán nuevos logros".
Nuestra vida es un trozo de tiempo mezquino si no apreciamos cuanto nos rodea
“Nuestra vida no es nuestra. Es un trozo de tiempo infinito si lo compartes con quien amas, con quien te necesita. Y el mismo trozo de tiempo mezquino si no aprecias esto y cuanto te rodea”, escribe María en la última página, dedicada al lector. A juzgar por las palabras con las que se expresa en el libro, estos últimos doce meses debieron equivaler a muchas eternidades.
“Tengo un mensaje importante que daros”, anuncia María de Villota en la introducción de La vida es un regalo (Plataforma Testimonio). Se trata de un mensaje que “no es tremendo ni morboso”, sino que se parece a la vida: “increíble, sorprendente, dura, bonita”.