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Consejos para dejar un trabajo: la carta de renuncia más original de la historia
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"es un tipo majo, despidámoslo"

Consejos para dejar un trabajo: la carta de renuncia más original de la historia

Renunciar a un trabajo nunca es sencillo, y menos aún si debemos redactar una carta de renuncia y no tenemos mucha experiencia en dicho terreno

Foto: Sherwood Anderson, escritor estadounidense. (Corbis)
Sherwood Anderson, escritor estadounidense. (Corbis)

Renunciar a un trabajo nunca es sencillo, y menos si debemos redactar una carta de renuncia y no somos muy duchos en el asunto. Por eso hemos recogido algunas de las cosas que no deben faltar en tu carta de renuncia, sean cuales sean los motivos por los que has decidido renunciar a tu puesto de trabajo.

1. La información

Hay que incluir siempre, como en cualquier documento profesional, las referencias pertinentes: el hombre, la dirección actual, el número de teléfono y la dirección de correo electrónico. Es muy probable que el empresario guarde toda esa información en el expediente o en una base de datos, pero nunca está de más añadir los datos personales, aunque sólo sea para asegurarse de que saben dónde enviar el finiquito (si lo hay).

2. Apreciaciones

Una carta de renuncia no es un libro de reclamaciones, ni un foro de quejas ni —desde luego— tu muro de Facebook. Al margen de cómo te sientas de cara a tu empresa, la carta debe rezumar profesionalidad, y el punto final de tu relación con la compañía debe ser elegante. Recalcar, incluso, algo positivo, lo que has aprendido mientras trabajas allí o algún aspecto que se maneje bien en la empresa tampoco sobra: recuerda que pueden ser una referencia a la que consultarán tus próximos jefes.

3. Temas prácticos

En la carta se debe precisar claramente la fecha del último día que trabajarás. Deberías darles un mínimo de dos semanas, lo cual no sólo te dejará en un buen lugar sino que, además, te permitirá seguir obteniendo ingresos mientras estás a la busca de un nuevo trabajo.

4. La transición

Ayudar en el cambio de puestos tampoco está de más. Recuerda que, aunque estés enfadado o frustrado, no te hace ningún bien dejar un mal recuerdo en tu empresa. Puedes ofrecerte, por ejemplo, para aleccionar y entrenar al que será tu sustituto.

5. Apertura al diálogo

Puedes añadir una línea para comunicarle a tu jefe que, si ellos lo desean, tú estás dispuesto a tener una entrevista con la empresa para explicar las razones de tu salida, si ésta así lo requiere. Tal vez la compañía sospecha que tienes algún problema en particular, o quiere comprobar que no hay dificultades en ningún departamento. Si no quieren saber por qué te vas, no importa: tú les habrás dado la oportunidad en cualquier caso.

La carta de renuncia más original

Como otros muchos creadores famosos —entre ellos, F. Scott Fitzgerald—, el escritor estadounidense Sherwood Anderson comenzó dedicándose a la publicidad: la defendió, la vendió y, finalmente, fue redactor de publicidad en la empresa Taylor Critchfield Co.

No obstante, con 41 años el narrador era ya un novelista de éxito que podía vivir de lo que escribía y decidió librarse de las ataduras del mundo empresarial para sumirse de lleno en la ocupación que más le satisfacía: la de escritor.

Así, en 1918 Anderson escribió la que es probablemente la mejor carta de renuncia jamás escrita, que se halla recogida en el libro Funny Letters from Famous People (Three Rivers Press, 2004), editado por Charles Osgood. La epístola dice así:

“Querido Barton:

Tiene usted empleado a un hombre que creo desde hace tiempo que debe ser despedido. Me refiero a Sherwood Anderson. Es un tipo con una gran habilidad, pero desde hace mucho tiempo estoy convencido de que no pone su corazón en el trabajo.

No hay duda de que este hombre, Anderson, ha sido de algún modo un ornamento para nuestra organización. Su pelo, por ejemplo, al ser tan largo y revuelto aporta un artístico descuido a su aspecto personal, que tanto impresiona a hombres como Frank Lloyd Wright o Mr. Curtiniez of Kalamazoo cuando llegan a la oficina.

Pero Anderson no es realmente productivo. Como ya he dicho, no pone el corazón en este trabajo. Creo que debería ser despedido y, si usted no hace lo propio, me gustaría pedirle permiso para despedirle yo mismo. En consecuencia, sugiero que Anderson sea invitado a romper su relación con la compañía a principios de la semana próxima. Es un tipo majo. Será fácil desilusionarlo, pero pongámosle de patitas en la calle.

Respetuosamente,

Sherwood Anderson”.

Plagada de ironía, sentido del humor y sutileza, la carta de renuncia de Anderson resulta brillante. Sin embargo, probablemente nosotros, en caso de necesidad, debamos limitarnos a seguir los puntos prácticos arriba mencionados. Al fin y al cabo, no somos un gran escritor como lo fue él.

Renunciar a un trabajo nunca es sencillo, y menos si debemos redactar una carta de renuncia y no somos muy duchos en el asunto. Por eso hemos recogido algunas de las cosas que no deben faltar en tu carta de renuncia, sean cuales sean los motivos por los que has decidido renunciar a tu puesto de trabajo.

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