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La píldora postcoital que se toma una vez al mes “existe, pero no se puede vender"
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“LOS MÉTODOS ACTUALES SON PELIGROSOS”

La píldora postcoital que se toma una vez al mes “existe, pero no se puede vender"

Un método contraceptivo poscoital que no provoca efectos secundarios y que está indicado para consumir con regularidad y sin limitación alguna

Foto: La nueva píldora anticonceptiva no necesitaría consumirse a diario y contendría menos hormonas. (Corbis)
La nueva píldora anticonceptiva no necesitaría consumirse a diario y contendría menos hormonas. (Corbis)

La investigación en torno a los métodos anticonceptivos sigue desarrollándose y produciendo avances de profundo calado. Pese a todo, muchos de ellos suelen quedarse olvidados en los laboratorios universitarios o, en el mejor de los casos, confinados en alguna revista científica sin apenas visibilidad para el grueso de la opinión pública. Esto mismo es lo que le ha pasado a la píldora anticonceptiva del mes después. Un método contraceptivo poscoital que no provoca efectos secundarios y que está indicadopara consumir con regularidad y sin limitación alguna. Científicamente es una realidad plausible y un grupo de investigadores de diferentes universidades de EEUU, Suecia y Reino Unido así lo ha corroborado en el estudio Embracing post-fertilisation methods of family planning: a call to action,publicado en el último número del Journal of Family Planning and Reproductive Health Care.

Los autores de la investigación conducida por Elizabeth Raymond reconocen en las conclusiones de su artículo que “los esfuerzos para comercializar esta píldora son inútiles debido a las controversias que levantaría entre los opositores al aborto”. Según se argumenta en el estudio, se trata de una píldora muy similar a la del día después, pero que suple todas sus carencias. Se podría utilizar de forma rutinaria, aseguran, y sería suficiente con tomarla una vez al mes o después de cada menstruación, sin importar el número de relaciones sexuales sin protección que se hayan tenido. Un método demasiado polémico y moralmente controvertido que dificulta la búsqueda de financiación para su desarrollo.

Otra de las resistencias que intuyen estos investigadores provendría de los fabricantes de preservativos, así como de la industria farmacéutica en general, pues el gasto en los métodos anticonceptivos tradicionales podría caer estrepitosamente. De hecho, en el caso de la píldora del mes después, dicen, podría ser suficiente con consumir dos dosis al año según los resultados de las pruebas preliminares.

Un método “más seguro y sIn efectos secundarios”

La polémica está servida. Los investigadores no están al margen de ella. Es más, parece que pretenden encenderla ellos mismos, y su call to action para conseguir apoyos y lograr introducir esta cuestión en la agenda pública da cuenta de sus verdaderas intenciones. Si la píldora poscoital de las 72 horas después ya generó fuertes resistencias sociales y políticas en muchos países, entre los que se incluye España, en este caso la oposición sería muchísimo más feroz. Si en opinión de los antiabortistas la píldora del día después puede suponer una interrupción del embarazo, en este caso se presupone que apenas generaría duda alguna.

Se podría utilizar de forma rutinaria sin consecuencias para la salud y sería suficiente con tomarla una vez al mes o después de cada menstruación

En el artículo académico los autores se arguye que la dicha píldora actuaría de forma similar al DIU en lo que a la fecundación se refiere. Es decir, “impide que el óvulo fertilizado se implante en el útero”, por lo que niegan que se pueda hablar de interrupción artificial del embarazo. Por otra parte, subrayan con una clara intención de rebajar la oposición de los antiabortistas, “la cantidad de hormonas que contiene la píldora del día después para prevenir la ovulación puede acabar dañando el revestimiento del útero, lo que reduce las posibilidades futuras de fecundación”. Unos riesgos que no se correrían con esta nueva píldora contraceptiva, según aseguran.

Conscientes de que la industria farmacéutica “no ha potenciado nada” las investigaciones sobre métodos anticonceptivos durante los últimos años, el grupo de científicos liderados por Raymond (perteneciente al Gynuity Health Projectsde Nueva York) ha decidido lanzar un dardo envenenado que “abra los ojos a la sociedad”. Desde su punto de vista, “los especialistas en planificación familiar no han propiciado el debate sobre los riesgos y los efectos a largo plazo de ciertos métodos anticonceptivos, aunque bien es cierto que aumentaría la desconfianza en ellos, lo que supondría un grave problema”.

“Técnicamente no se interrumpe el embarazo”

Al margen de los temores que puedan levantar entre la sociedad, los padres de la píldora del mes después creen firmemente que “debemos ser más abiertos y abrir el debate sobre las carencias y peligros de los métodos anticonceptivos más usados hoy en día, así como en la necesidad de desarrollar otros nuevos”. Como ejemplo, citan el preservativo femenino o el DIU al que se opuso originalmente la industria y que fue lanzado por grupos de investigación académica sin ánimo de lucro.

Para Raymond, el desarrollo de este nuevo método anticonceptivo se ganaría el favor de un alto porcentaje de mujeres que “no quieren medicarse con hormonas todos los días, sobre todo si no mantienen relaciones sexuales rutinarias”. La autora principal del estudio-manifiesto tampoco duda del éxito comercial que tendría esta píldora contraceptiva, “como indican todas las encuestas”, ya que además no generaría ningún problema ético relacionado con el aborto: “técnicamente no se interrumpe el embarazo en ningún caso”.

La investigación en torno a los métodos anticonceptivos sigue desarrollándose y produciendo avances de profundo calado. Pese a todo, muchos de ellos suelen quedarse olvidados en los laboratorios universitarios o, en el mejor de los casos, confinados en alguna revista científica sin apenas visibilidad para el grueso de la opinión pública. Esto mismo es lo que le ha pasado a la píldora anticonceptiva del mes después. Un método contraceptivo poscoital que no provoca efectos secundarios y que está indicadopara consumir con regularidad y sin limitación alguna. Científicamente es una realidad plausible y un grupo de investigadores de diferentes universidades de EEUU, Suecia y Reino Unido así lo ha corroborado en el estudio Embracing post-fertilisation methods of family planning: a call to action,publicado en el último número del Journal of Family Planning and Reproductive Health Care.

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