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El hombre que te enseña a no malgastar los millones heredados de tu familia
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PETER LEACH EDUCA A LOS RICOS

El hombre que te enseña a no malgastar los millones heredados de tu familia

Lo has conseguido. Tras años de sangre, sudor y lágrimas (y una acertada visión empresarial), tu empresa ha llegado a lo más alto y has conseguido

Foto: El hombre que te enseña a no malgastar los millones heredados de tu familia
El hombre que te enseña a no malgastar los millones heredados de tu familia

Lo has conseguido. Tras años de sangre, sudor y lágrimas (y una acertada visión empresarial), tu empresa ha llegado a lo más alto y has conseguido amasar miles de millones. El futuro parece garantizado para tu pareja y tus descendientes, que nunca más tendrán que preocuparse por problemas mundanos como el desempleo o los sueldos bajos. Si necesitan trabajo, no tienes más que crear un puesto para ellos. Sin embargo, poco a poco, una duda comienza a surgir en tu fuero más interno. ¿Y si son malcriados y echan a perder todo por lo que has luchado a lo largo de tu vida? Con el objetivo de que eso no ocurra, cada vez más escuelas para multimillonarios están abriendo sus puertas, con el fin de salvaguardar el patrimonio de los grandes magnates.

Peter Leach & Partners es una de ellas, y una de las pocas que ha dado la cara en los medios de comunicación. La mayor parte de este tipo de empresas intentan mantener un perfil bajo para evitar poner en peligro la privacidad de sus clientes, pero la firma del veterano escritor Peter Leach ha querido mostrar su actividad en las páginas de The Times. Leach es un viejo conocido del asesoramiento financiero para familias, y ya depositó gran parte de su conocimiento en el libro Family Businesses: The Essentials (Profile Books). En dicho volumen, el autor revisaba todos los potenciales problemas con los que una firma familiar puede llegar a enfrentarse en su negocio. Ahora, sus ideas sirven de motor para una consultaría fundada en 2008, cuyo principal lema es “resolver hoy los problemas de mañana”.

La destrucción causada por la riqueza

Leach, que no ha proporcionado el nombre de ninguno de sus clientes, señala que algunos de ellos disfrutan enormamente del dinero que han obtenido, pero que para muchos otros, es una fuente de incertidumbre y sufrimiento. “La riqueza puede ser altamente destructiva”, explicaba el asesor. Tanto es así que muy pocos negocios familiares consiguen sobrevivir el cambio de manos de padres a hijos. Según señalan las estadísticas, tan sólo un 12% de este tipo de empresas consigue sobrevivir más de dos generaciones.

La familia Gucci es el mejor ejemplo de cómo acabar con una gran firma por las disputas familiaresUno de los principales problemas que identifica Leach es que muchos de estos herederos se encuentran de buenas a primeras con cantidades ingentes de dinero pero ninguna experiencia en el mundo de sus negocios. Cuando sus padres consiguieron su fortuna, habían pasado décadas sacando adelante sus empresas. Sin embargo, muchos de estos hijos carecen de la formación necesaria, especialmente para manejar negocios de tal magnitud. Y no sólo eso, sino que en los casos en que la empresa haya de dividirse entre varios hermanos o familiares, es probable que cada uno de ellos tenga una visión diferente de la compañía de sus padres, o unos intereses incompatibles con los del resto.

Otra de las dificultades que ha encontrado Leach en su trabajo es que es mucho más difícil comunicarte con tus socios si estos son, al mismo tiempo, tu familia, con la que te has criado y a la que te unen lazos que van más allá de lo puramente laboral. Por eso, el primer paso en el proceso, indica el consultor, es entrevistar a cada miembro de la familia por separado con el objetivo de conocer sus auténticas aspiraciones e ideas sobre la firma. ¿El último paso? Redactar una especie de constitución familiar donde se pongan por escrito los principios que regulen su comportamiento.

El ejemplo que Leach utiliza en su libro es precisamente el de la familia Gucci. La muerte de su fundador, Guccio, enfrentó durante décadas a los hermanos Aldo, Rodolfo y Maurizio y a su primo Paolo. Acusaciones mutuas, muertes trágicas y luchas sin fin por el poder fueron los factores que hicieron al autor calificar a dicha familia como “los Borgia modernos” y a utilizarlos como ejemplo de todos aquellos errores en los que puede caer un negocio familiar.

Una desconfianza ¿justificada?

Está fuera de duda que muchos magnates desconfían de la capacidad de sus retoños para seguir sus pasos. Una encuesta realizada por Barclays demostraba que un tercio de los multimillonarios no creen que sus hijos puedan cuidar correctamente de su patrimonio económico. La compañera de Leach, Alexandre Sharpe, indicaba que muchos de los magnates que pasaban por la industria ocultaban a sus hijos de manera intencionada el auténtico valor de su fortuna para evitar problemas. Peter Leach & Partners aconseja a los padres que inculquen a sus retoños desde pequeños los valores y la importancia de la empresa, y que sean conscientes de la manera en que todos esos millones comenzaron a formar parte del patrimonio de la firma.

Warren Buffett ha afirmado en alguna ocasión que sus hijos no heredarán su fortunaComo afirma Leach, que tus hijos saquen adelante tu firma no depende únicamente de la capacidad de estos para saber qué hacer con su dinero, sino también de haber sabido ser un buen padre. “Los padres que han conseguido que sus hijos fuesen criados con unas expectativas correctas y humildad, sin que el dinero se interpusiese, son los que lo están haciendo bien”, explicaba el autor. “Tienen dinero, pero sus hijos no son alimentados con cucharas de plata. Los chicos quieren trabajar y las familias valoran más una ética de trabajo que una ética de ‘quedarse en casa y conseguir el cheque’”.

Pero algunos padres no parecen pensar eso de sus hijos. Es el caso de Warren Buffett, que en alguna ocasión ha afirmado que sus hijos no heredarán su cuantiosa fortuna. O de Aaron Spelling, que renunció a traspasar su fortuna a su hija Tori después de que esta accediese a participar en una sitcom sobre la familia. Andrew Carnegie resumió lo que todos estos desencantados progenitores pensaban de sus hijos con la célebre sentencia “el padre que deja a su hijo una enorme riqueza, generalmente, adormece el talento y la energía de éste”. Quizá tenía razón: R.E. Turner, padre de Ted Turner, vendió su empresa antes de que llegase a manos de su hijo, al que consideraba un incompetente. Finalmente, Ted recuperó la compañía y superó con creces el legado de su padre.  

Lo has conseguido. Tras años de sangre, sudor y lágrimas (y una acertada visión empresarial), tu empresa ha llegado a lo más alto y has conseguido amasar miles de millones. El futuro parece garantizado para tu pareja y tus descendientes, que nunca más tendrán que preocuparse por problemas mundanos como el desempleo o los sueldos bajos. Si necesitan trabajo, no tienes más que crear un puesto para ellos. Sin embargo, poco a poco, una duda comienza a surgir en tu fuero más interno. ¿Y si son malcriados y echan a perder todo por lo que has luchado a lo largo de tu vida? Con el objetivo de que eso no ocurra, cada vez más escuelas para multimillonarios están abriendo sus puertas, con el fin de salvaguardar el patrimonio de los grandes magnates.