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Los padres compiten con regalos para obtener mejor trato escolar para sus hijos
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Los padres compiten con regalos para obtener mejor trato escolar para sus hijos

Durante el periodo de aprendizaje escolar, el profesor es casi tan importante como los padres. Al fin y al cabo, un niño o un adolescente pasa

Foto: Los regalos pueden pretender comprar al profesor. (Corbis)
Los regalos pueden pretender comprar al profesor. (Corbis)

Durante el periodo de aprendizaje escolar, el profesor es casi tan importante como los padres. Al fin y al cabo, un niño o un adolescente pasa más tiempo con el docente que con sus progenitores. Es verdad que no sólo es importante aquello que en el colegio se nos enseña, sino también el trato y el cariño con que nos trata un profesor, ya que éste también nos está educando y se sitúa en una posición de referente que puede ejercer una gran influencia sobre el alumno.

La importancia de los profesores

Quizás es la gran importancia que tiene el educador lo que nos impulsa a hacerle regalos al final del curso, en señal de cariño y agradecimiento. No es raro que el alumno le haga una pulsera, un cuadro, una foto, un dibujo o que aparezca con una caja de bombones al final del año. Sin embargo, este sano reconocimiento del cariño que se le tiene al profesor parece haber dado una insana vuelca de tuerca.

Los regalos al final del año escolar se han convertido en una competencia entre los padres por ver quién hace el mejor regalo y obtener así un trato preferente hacia su hijo.

Cuánto gastar en un regalo

Los padres no dudan a la hora de destinar una parte de sus escasos ingresos al regalo de rigor de fin de curso

Un estudio realizado reciente en Reino Unido ha concluido que, de las 1.149 familias que participaron en el sondeo, más de la cuarta parte se siente presionada a la hora de comprar un regalo para el profesor de su hijo.

La competitividad entre los padres está haciendo que éstos derrochen cantidades considerables de dinero con el fin de garantizar el éxito (social y académico) de su hijo en el colegio. El hecho sorprende porque muchas familias que se enfrentan a notables dificultades económicas no dudan a la hora de destinar una parte de sus escasos ingresos al regalo de rigor de fin de curso. La cantidad media que se gastan los padres en los presentes alcanza los 10 libras (casi 12 euros) según una encuesta realizada en Reino Unido y dirigida por el sitio web Netmums. Los resultados de la misma revelaban, además, que el porcentaje de padres que se gastaban más de 20 libras (unos 23 euros) ascendía al cincuenta por ciento.

Qué regalar

Los obsequios más frecuentes son cajas de bombones y regalos semejantes, pero las familias ahora están destinando sus ahorros ala compra de artículos de lujo, como cestas de Harrods, collares de Tiffany o sesiones de spa.

Este tipo de regalos sorprenden cuando observamos que cerca de un 10 por ciento de los padres harecortado el presupuesto familiar con el fin de obsequiar al docente con un presente destacable. La mayoría afirman que lo único que pretenden con estas compras es mostrar su aprecio, pero cerca de un cuarto reconoce que los profesores esperan un regalo.

Los regalos a los profesores son también un modo de distinguirse económicamente

Algunos padres han llegado a admitir que si compran artículos caros es porque esperan que su hijo reciba a cambio un trato especial frente al resto de los alumnos.

La situación se ha agravado tanto en algunos colegios que los regalos a los profesores se han prohibido, con el fin de frenar la competitividad monetaria de los padres. Hay que destacar que esta carrera por ver quién hace el mejor regalo no sólo tiene por objeto la adulación al profesor: es también una manera de distinguirse económicamente y de jactarse de los posibles financieros de cada cual. Pero tal vez el colegio de los niños no sea el lugar para ufanarse de ello.

Por otro lado, la mayoría de las profesoras a las que se ha preguntado alegan que están contentas con cualquier regalo hecho a mano por el alumno: no hay mejor signo de que han hecho bien su trabajo.

Qué ejemplo estamos dando

Lo peor de esta práctica no es lo beneficiosa o no que pueda resultar para padres o alumnos, sino el ejemplo que con ella se está dando a los niños. Intentando beneficiarles, lo que se les enseña con este tipo de actitudes es que las cosas se consiguen a golpe de tarjeta. Estamos, incluso, infravalorándoles, ya que da la impresión de que no pueden ser bien tratados por sus propias actitudes o por su éxito académico, sino que es necesaria una compensación económica para que se sientan a gusto.

Durante el periodo de aprendizaje escolar, el profesor es casi tan importante como los padres. Al fin y al cabo, un niño o un adolescente pasa más tiempo con el docente que con sus progenitores. Es verdad que no sólo es importante aquello que en el colegio se nos enseña, sino también el trato y el cariño con que nos trata un profesor, ya que éste también nos está educando y se sitúa en una posición de referente que puede ejercer una gran influencia sobre el alumno.