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Cómo combatir la obesidad con las hormonas que engañan al cerebro
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Cómo combatir la obesidad con las hormonas que engañan al cerebro

La obesidad es uno de los grandes problemas de la sociedad occidental: la mala alimentación, el sedentarismo y el poco tiempo destinado a procurarse y preparar

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Cómo combatir la obesidad con las hormonas que engañan al cerebro

La obesidad es uno de los grandes problemas de la sociedad occidental: la mala alimentación, el sedentarismo y el poco tiempo destinado a procurarse y preparar los alimentos, entre otros factores, hacen que un gran porcentaje de la población en países como México o EEUU padezcan obesidad. Ésta puede acarrear problemas de corazón y de diabetes, y aumenta en ocasiones el riesgo de padecer cáncer.

Una solución relativamente frecuente a este problema era la cirugía de derivación gástrica (baipás gástrico), pero ahora un grupo de investigadores en Londres han creado hormonas duraderas que engañan al cerebro del paciente, haciéndole creer que ya se ha ingerido la cantidad de comida necesaria.

Una alternativa a la cirugía

Los científicos del Imperial College London acaban de terminar una primera serie de pruebas con pacientes que ha dado resultados positivos, por lo que preparan ahora otra serie de ensayos de mayor recorrido.

La ventaja principal es que el uso de un medicamento proporciona una alternativa segura a la cirugía, que es a día de hoy muy cara y sólo puede llevarse a cabo con unos pocos pacientes.

El profesor Steve Bloom, jefe de la división de diabetes, endocrinología y metabolismo en el Imperial College, afirma que “el baipás gástrico funciona muy bien en los pacientes. No obstante, hay una pandemia mundial de obesidad, y las enfermedades relacionadas con ésta están siendo causa de muerte. No podemos esperar llevar la cirugía a media Europa, por ejemplo”. Así, los científicos se han planteado si es realmente necesario practicar la cirugía.En un principio se creía que la cirugía de derivación gástrica funcionaba a base de disminuir la cantidad de comida que puede contener el estómago

El año pasado se pusieron 5.400 baipases en el National Health Service y se ha comprobado que su éxito es grande a la hora de reducir el peso de los pacientes. Sin embargo, los enfermos que se someten a este tipo de cirugías pueden encontrarse con complicaciones. A menudo es necesario volver a realizar una cirugía más a fondo y, aunque los casos no son muchos, ha habido un reducido número de muertes. En definitiva, pasar por el quirófano siempre implica más riesgos que la ingesta de un medicamento.

En un principio se creía que la cirugía de derivación gástrica funcionaba a base de disminuir la cantidad de comida que puede ser contenida en el estómago. Pero se observó que los pacientes presentaban altos niveles en las hormonas que contribuyen a la sensación de saciedad. A los pacientes que se habían sometido a la cirugía no les apetecían los alimentos más grasos, de modo que se piensa que las hormonas también ayudan a modificar el deseo de comer.

Una solución a base de medicamentos

A raíz de estas observaciones, el profesor Bloom trata de investigar cuánto peso puede perderse usando tres de esas hormonas. Para ello, el Medical Research Council le ha proporcionado 2 millones de libras.

Los pacientes obesos llevarán una bomba alrededor de su cintura totalmente indolora que liberará dosis regulares de las hormonas (GLP-1, OXM y PYY). Éstas duran sólo unos pocos minutos en el cuerpo humano, por lo que su segregación debe ser constante. Pero el equipo de investigadores de Bloom ha desarrollado, además, versiones de estas hormonas que pueden durar hasta una semana en el organismo.

Este último hallazgo tiene mucha importancia si pensamos que, de este modo, los pacientes pueden controlar su apetito con una sola inyección semanal.Hay versiones de estas hormonas que pueden durar hasta una semana en el organismo

En palabras de Bloom, “la meta a largo plazo es crear fármacos duraderos, de modo que el paciente pueda recibir una inyección a la semana sin necesidad de baipás”. Las reacciones ante la cirugía, afirma el investigador, son muy variables según los pacientes, pero los efectos de un fármaco son más constantes y, en consecuencia, más controlables. “Con una medicina, la dosis puede modificarse fácilmente y eso proporciona un gran control sobre la pérdida de peso de los pacientes”, afirma el científico.

Por su parte, el portavoz del National Obesity Forum Tam Fray considera un acierto no enfocar la atención en el estómago: “Todos los impulsos vienen del cerebro”, dice, “así que si se le puede comunicar al cerebro que uno está lleno, eso debería solucionar los problemas con el exceso de comida”. Además, considera muy necesario el desarrollo de este tipo de fármacos “que nos hagan dejar de comer tanto como lo hacemos ahora”. 

La obesidad es uno de los grandes problemas de la sociedad occidental: la mala alimentación, el sedentarismo y el poco tiempo destinado a procurarse y preparar los alimentos, entre otros factores, hacen que un gran porcentaje de la población en países como México o EEUU padezcan obesidad. Ésta puede acarrear problemas de corazón y de diabetes, y aumenta en ocasiones el riesgo de padecer cáncer.