La dieta del éxito de Murray: es posible comer mucho pero de forma saludable

El domingo fue un día histórico para el tenis en Reino Unido. Andy Murray se hizo con el trofeo de Wimbledon, que no ganaba un súbdito de la corona británica desde que Fred Perry, más conocido por fundar la marca de ropa que lleva su nombre, levantara la copa del Grand Slam en 1936.

La que debía ser la esperanza del tenis británico ha tardado en despuntar, pero en su éxito lo menos importante ha sido su desarrollo técnico. El juego de Murray siempre ha sido excelente, pero no era suficiente para batir a los grandes. Lo que de verdad ha hecho que Murray llegue a lo más alto ha sido una completa transformación de sus hábitos de vida: empezando por la alimentación, y acabando por un decisivo cambio mental, algo que, según Novak Djokovic (que perdió la final con el escocés), ha sido fundamental para que lograra la victoria.

Como saben bien los aficionados al tenis, si hay algo en lo que fallaba Murray era en su capacidad de concentración. Sus miedos e inseguridades eran constantes, y siempre acababa siendo víctima de un miedo escénico atroz. Pero todo ha cambiado en la mente del tenista desde que su nuevo entrenador Ivan Lendl le pusiera en manos del psicólogo Alexis Castorri. Desde entonces Murray se enfrenta a los partidos mucho más calmado y no gasta su energía en polémicas. Y, lo que es más importante, no incurre en hábitos perniciosos: como atiborrarse a Big Mac y jugar como un poseso al Call of Duty, videojuego al que se reconoció adicto. 

Una nueva dieta, medida al milímetro

2009 fue un año decisivo para Murray. Aunque ya era una de las estrellas del tenis mundial, sus hábitos de vida, al margen de los intensos entrenamientos, dejaban mucho que desear. Su novia le dejó en la estacada porque, tal como reconocieron fuentes cercanas a la pareja al tabloide The Sun, el jugador se pasaba todo el día pegado a la PlayStation. El que había sido su entrenador hasta 2008, Brad Gilbert, confirmó que había tenido problemas con el deportista por su adicción a los videojuegos, a los que dedicaba siete horas al día.

Su alimentación tampoco era la adecuada para un deportista de élite. Murray reconoció en esa época que no podía evitar visitar un McDonalds de vez en cuando y, aunque su dieta no era del todo mala, le faltaba fuerza para enfrentarse a los grandes. Fue entonces cuando se puso en manos del preparador físico Jez Green, que cambio su dieta por completo. Su objetivo: elevar la masa del tenista hasta los 88 kilos, cuatro más que su peso en aquella época.

Murray come hasta 50 piezas de sushi después de cada partidoMurray reconoció entonces que debía “comer toneladas” si quería aumentar su peso al tiempo que entrenaba cuatro o cinco horas al día. Pero, por supuesto, no valía cualquier tipo de comida. La decisión de Green fue clara: el sushi sería parte fundamental de la dieta del tenista. Dese entonces, el tradicional plato japonés es obligatorio en los menús del tenista, y en abundancia: llega a comerse 50 piezas de una sentada. Siempre come sushi tras cada partido y se encarga de que su equipo busque un buen restaurante japonés en la zona en la que está compitiendo.

La dieta de Murray está sometida a un estricto control. Todos los días se somete a un análisis de orina, para conocer los porcentajes de agua y minerales de ésta y asegurarse de que su hidratación es correcta.

El sushi no es lo único que Murray come en cantidades ingentes. En total ingiere unas 6000 calorías repartidas en seis comidas al día y bebe seis litros de agua. Para desayunar toma un yogurt, un bagel de mantequilla de cacahuete y un batido de proteínas. De comida y cena, además del sushi, toma carne roja, pasta y arroz. Pero hay tres elementos completamente prohibidos en su dieta: los alimentos precocinados o de comida rápida, el alcohol y el azúcar.

La dieta de Murray es excesivamente calórica para la mayoría de los mortales, pero no para alguien con un gasto físico tan grande como el del tenista. Tal como explicaba el entrenador Nino Severino al Daily Mail, “Andy es un jugador muy físico, y cada vez que sus pies golpean el suelo su cuerpo se rompe en pedazos. Es por eso que necesita reponer la pérdida de proteínas, pues es necesario para su reconstrucción”. Y el sushi es perfecto para cumplir este papel: se trata de un aporte equilibrado de proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales, libre de grasas y rico en omega-3, perfecto como reconstituyente después de un esfuerzo físico intenso. No en vano la dieta japonesa es una de las más saludables del mundo, aunque si queremos disfrutar de sus ventajas, tendremos que tomar raciones más pequeñas que las de Murray, o hacer tanto ejercicio como el.