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La desaparición de la joven Emanuela Orlandi, uno de los casos más oscuros del Vaticano
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La desaparición de la joven Emanuela Orlandi, uno de los casos más oscuros del Vaticano

Emanuela tenía quince años y unos meses, y era una niña atractiva para su edad. Estudiaba segundo de bachillerato y sus notas no solían ser buenas,

Foto: La desaparición de la joven Emanuela Orlandi, uno de los casos más oscuros del Vaticano
La desaparición de la joven Emanuela Orlandi, uno de los casos más oscuros del Vaticano

Emanuela tenía quince años y unos meses, y era una niña atractiva para su edad. Estudiaba segundo de bachillerato y sus notas no solían ser buenas, y menos aún en conducta. Formaba parte de una familia vaticana que había estado al servicio de los papas durante un siglo y residía dentro de la Santa Sede. Emanuela Orlandi desapareció la noche del miércoles 22 de junio de 1983, dando lugar a uno de los misterios más oscuros de la etapa reciente del Vaticano.

El caso Orlandi tuvo lugar en la Italia convulsa de finales de los 70 y primeros de los 80. Alí Agca había disparado contra Juan Pablo II, las tensiones internas entre los partidarios de una retórica más suave contra el comunismo y quienes postulaban planteamientos mucho más duros estaban en pleno auge, y servicios secretos de todo tipo tenían el Vaticano en su punto de mira, y más aún tras estallar el caso de las finanzas vaticanas. Incluso Agca llegó a declarar que Emanuela había sido secuestrada por la logia masónica P2, de Licio Gelli.

El mismo día en que fue denunciada la desaparición de Emanuela, Juan Pablo II regresó de la Polonia de Solidaridad y Lech Walesa, y a los pocos días, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, expresaba su solidaridad con la familia de Emanuela y aseguraba que no perdía su esperanza en que “los responsables de este caso tengan sentimientos humanos”, lo cual resultaba paradójico, toda vez que daba por sentado que se había producido un secuestro, un asunto que no era evidente aún para la policía.

A partir de ese momento, se multiplicaron las especulaciones, que iban desde teorías que responsabilizaban a los servicios secretos búlgaros (por orden de Moscú) hasta la autoatribución del hecho por parte del supuesto Frente de Liberación Turco Anticristiano Turkesh, un grupo completamente desconocido. Entre ambas explicaciones, muchas otras. Pero la que cobró más fuerza fue aquella derivada del testimonio de un sacerdote, en teoría recibido en secreto de confesión, que aseguraba que Emanuela “había subido al coche de un alto prelado, desde donde fueron a Civitavecchia y pasaron la noche juntos…Conozco a… y es un hombre demasiado tentado por la carne para ser clérigo y siempre ha tenido negocios con gente turbia”.

Corrado Augias, escritor y periodista italiano, ha tratado de aclarar este oscuro episodio en un capítulo de Los secretos del Vaticano. Luces y sombras de la historia de la Iglesia (Ed. Crítica), del cual reproducimos un fragmento a continuación.

Emanuela tenía quince años y unos meses, y era una niña atractiva para su edad. Estudiaba segundo de bachillerato y sus notas no solían ser buenas, y menos aún en conducta. Formaba parte de una familia vaticana que había estado al servicio de los papas durante un siglo y residía dentro de la Santa Sede. Emanuela Orlandi desapareció la noche del miércoles 22 de junio de 1983, dando lugar a uno de los misterios más oscuros de la etapa reciente del Vaticano.