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La clave para no engordar no está en la comida sino en cómo y cuándo duermes
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La clave para no engordar no está en la comida sino en cómo y cuándo duermes

El número de horas de sueño está directamente relacionado con el peso corporal. Cuanto más tarde nos acostemos, más posibilidades tendremos de engordar y más se

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La clave para no engordar no está en la comida sino en cómo y cuándo duermes

El número de horas de sueño está directamente relacionado con el peso corporal. Cuanto más tarde nos acostemos, más posibilidades tendremos de engordar y más se disparará el apetito por los alimentos con un alto contenido calórico y de carbohidratos, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Laboratorio del Sueño y Cronobiología del Hospital Universitario de Pennsylvania, y publicado en la revista Sleep. Los resultados de la investigación demuestran la influencia de la cantidad y calidad del sueño sobre la salud de las personas sanas, que podrían sufrir otra serie de alteraciones metabólicas derivadas de la apnea obstructiva del sueño (AOS), una enfermedad que tiene un fuerte impacto en la calidad de vida.

El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de desarrollar insomnio, ansiedad o estrés. Estos últimos son otros factores que influyen en el aumento de peso, lo que convierte los problemas de sueño en un círculo vicioso que nos llevará a ganar cada vez más kilos. De hecho, la mayoría de personas que sufren obesidad mórbida tienen un grado de prevalencia muy alto de apnea obstructiva del sueño. Los investigadores llegaron a estas conclusiones después de analizar la evolución de un grupo de 225 personas sin sobrepeso, con edades comprendidas entre los 22 y los 50 años, a las que se controló en condiciones de laboratorio durante 18 días consecutivos.El riesgo de obesidad también es mayor cuando se duerme en exceso

A los participantes se les dividió en dos grupos. Al primero se le restringió el tiempo de sueño a cuatro horas por noche (de 04:00 a 08:00 horas), mientras que al segundo grupo se le impuso una duración de diez horas de sueño diarias. El horario de las comidas era el mismo para ambos grupos, aunque también tuvieron la posibilidad de picar entre horas. Como resultado, los participantes del primer grupo aumentaron significativamente de peso, mientras que los del segundo se mantuvieron en sus valores previos al inicio del experimento. El riesgo de obesidad también es mayor cuando, por el contrario, se duerme en exceso.

La falta de sueño hace desaparecer la sensación de saciedad

Los autores de la investigación advierten en sus conclusiones que una sola noche de desvelo es suficiente para alterar los ritmos normales y tender a comer más alimentos ricos en grasas. El cansancio físico es uno de los efectos más visibles en las personas que duermen mal o poco, pero también lo es el aumento del apetito, principalmente durante las horas nocturnas en las que se está despierto. De hecho, otros estudios previos ya habían demostrado que el insomnio hace que bajen los niveles de las hormonas de la saciedad (principalmente la leptina), por lo que se tiene una sensación de hambre mucho mayor.

El sexo es un factor determinante a la hora de cuantificar el aumento del peso por la falta de sueño. Según los resultados del estudio, los hombres ganaron más kilos que las mujeres, por lo que ellos tienen más riesgo de sufrir obesidad. Una realidad que ya ha sido ampliamente estudiada en hombres que trabajan en turnos de noche.

Los investigadores consideran que en las últimas décadas se han generalizado entre la población los malos hábitos de sueño que, unidos al sedentarismo y a la mala alimentación, perjudican gravemente la salud. El periodo vacacional, en el que suelen sucederse las salidas nocturnas y las comidas copiosas, es una de las épocas del año que más riesgos implica a la hora de ganar peso. Es por ello que se recomienda no alterar demasiado los hábitos alimenticios e intentar dormir las horas suficientes, sobre todo en el caso de los más pequeños, para que no se cronifique el insomnio. 

El número de horas de sueño está directamente relacionado con el peso corporal. Cuanto más tarde nos acostemos, más posibilidades tendremos de engordar y más se disparará el apetito por los alimentos con un alto contenido calórico y de carbohidratos, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Laboratorio del Sueño y Cronobiología del Hospital Universitario de Pennsylvania, y publicado en la revista Sleep. Los resultados de la investigación demuestran la influencia de la cantidad y calidad del sueño sobre la salud de las personas sanas, que podrían sufrir otra serie de alteraciones metabólicas derivadas de la apnea obstructiva del sueño (AOS), una enfermedad que tiene un fuerte impacto en la calidad de vida.