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Tras ser condenados a muerte injustamente y pasar 32 años en la cárcel, ¿llega el amor?
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Tras ser condenados a muerte injustamente y pasar 32 años en la cárcel, ¿llega el amor?

Una de las citas más célebres de Francis Scott Fitzgerald decía que en la vida americana no hay segundos actos. Sin embargo, la historia de Sonia

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Tras ser condenados a muerte injustamente y pasar 32 años en la cárcel, ¿llega el amor?

Una de las citas más célebres de Francis Scott Fitzgerald decía que en la vida americana no hay segundos actos. Sin embargo, la historia de Sonia “Sunny” Jacobs y Peter Pringle demuestra que quizá no sea así y que el amor es posible incluso después de haber vivido la peor de las experiencias. Ambos fueron condenados a muerte y, entre los dos, pasaron más de 32 años entre rejas, una cantidad de tiempo más que suficiente como para que truncar una vida para siempre. Especialmente después de que en ambos casos la condena fuese equivocada. Pero pasado ese tiempo, la vida pagó sus deudas y proporcionó a la pareja la oportunidad de volver a ser felices. Sonia y Peter se casaron en 2011 y ahora definen su vida en la campiña irlandesa como “maravillosamente idílica”.

Las dos historias tienen puntos de conexión que las sitúan casi en paralelo. Por ejemplo, la causa por la que dieron con sus huesos en la cárcel, que en ambos casos fue el asesinato de un policía. Sonia “Sunny” Jacobs era madre de dos hijos cuando fue apresada en Florida, en 1976. Tenía 28 años y, como ha explicado, simplemente tuvo la mala suerte de encontrarse “en el lugar equivocado en el momento equivocado”. Su pareja de aquel entonces, Jesse, no corrió la misma suerte que ella y fue ejecutado, a pesar de ser igualmente inocente. Pasó 17 años en la cárcel hasta que su sentencia fue revocada.

Cuando sales de la cárcel te das cuenta de que el mundo ha seguido adelante, pero tú noPor su parte, Peter pasó 15 años entre rejas y, al igual que en el caso de Sonia, su sentencia terminó siendo revocada. En su caso, ni siquiera se encontraba en el mismo condado en el que se produjo el asesinato cuando este tuvo lugar. “Cuando nos encontramos, nos dimos cuenta de que la cara de la injusticia es la misma en todas partes, en todos los países”, señaló la mujer. Dicho encuentro tuvo lugar en el año 1998, cuando se conocieron en una conferencia contra la pena de muerte en Irlanda. Compartir una experiencia límite probablemente fuese clave a la hora de arrancar con su historia de amor. Como explicaba Jacobs, “cuando sales de la cárcel te das cuenta de que el mundo ha seguido adelante, pero tú no”.

Cómo superar la furia y volver a empezar

La historia de la pareja ha sido relatada en This Morning, un programa matinal de la televisión británica. En él, los dos expresaron su deseo de ayudar a todos aquellos que pasaron por una situación semejante a la suya, a través de un centro de reinserción de convictos y que los ayude a alcanzar sus sueños. Como explicó Jacobs, “queremos compartir con los demás los métodos que utilizamos para sobrevivir a la cárcel”. Entre ellos se encontraba, por ejemplo, el yoga y la meditación, que los ayudó a evitar caer en la depresión. Al fin y al cabo, como señalaba Peter, aludiendo a su propia experiencia, “estamos cualificados de manera especial para ayudar a la gente que ha salido de la cárcel después de mucho tiempo”.

La pareja recuerda que este tipo de injusticias no afectan únicamente a los que están en la cárcel, sino también a los familiares de los mismos. “Al principio estaba muy furiosa y creía que todo lo que me habían enseñado era una mentira, incluso Dios, porque, ¿cómo habría permitido que ocurriese algo así a mi familia?”, confesó Sunny, que recordó que por aquel entonces sus hijos tenían nueve meses y 10 años, respectivamente, y que su estancia entre rejas los afectó dramáticamente. “Pero hubo un momento en el que tuve que tratar con mi furia o moriría”. Finalmente, la mujer consiguió sobrevivir para recordarnos que salir adelante y ser feliz es posible incluso cuando lo tienes todo en tu contra.

Una de las citas más célebres de Francis Scott Fitzgerald decía que en la vida americana no hay segundos actos. Sin embargo, la historia de Sonia “Sunny” Jacobs y Peter Pringle demuestra que quizá no sea así y que el amor es posible incluso después de haber vivido la peor de las experiencias. Ambos fueron condenados a muerte y, entre los dos, pasaron más de 32 años entre rejas, una cantidad de tiempo más que suficiente como para que truncar una vida para siempre. Especialmente después de que en ambos casos la condena fuese equivocada. Pero pasado ese tiempo, la vida pagó sus deudas y proporcionó a la pareja la oportunidad de volver a ser felices. Sonia y Peter se casaron en 2011 y ahora definen su vida en la campiña irlandesa como “maravillosamente idílica”.