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“El mayor caso de censura científica desde que la Iglesia prohibió el trabajo de Galileo”
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“El mayor caso de censura científica desde que la Iglesia prohibió el trabajo de Galileo”

El psiquiatra y neurólogo británico David Nutt es uno de los mayores expertos mundiales en materia de drogas. Fue presidente del Consejo consultivo sobre el abuso

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“El mayor caso de censura científica desde que la Iglesia prohibió el trabajo de Galileo”

El psiquiatra y neurólogo británico David Nutt es uno de los mayores expertos mundiales en materia de drogas. Fue presidente del Consejo consultivo sobre el abuso de drogas del ministerio del Interior británico hasta 2009, cuando le obligaron a dimitir por su tendencia a dar titulares polémicos a los tabloides ingleses.

Aunque Nutt es un personaje respetado en determinados ámbitos científicos, es más conocido por el gran público por haber afirmado que “el consumo de éxtasis no es más arriesgado o peligroso que la adicción a montar a caballo” o que los banqueros nos metieron en la crisis “porque consumían demasiada cocaína”. Su discurso con respecto a las drogas es contundente y persistente. En su opinión, las leyes que limitan el uso de determinadas drogas en ensayos clínicos están frenando enormemente la investigación médica en todo lo relativo a los trastornos psiquiátricos.

Nutt ha vuelto a la carga esta semana con un artículo publicado junto a dos compañeros en la revista Nature Reviews Neuriosience en el que asegura que la legislación sobre drogas ha sido diseñada para seguir criterios políticos, no científicos, y la prohibición absoluta de sustancias como el cannabis, el MDMA o el LSD son “el peor caso de censura científica desde que la Iglesia Católica prohibió los trabajos de Copérnico y Galileo”.

Un campo de estudio obstaculizado por las leyes

En opinión de Nutt, las convenciones de la ONU sobre drogas de los años 60 y 70, en las que se prohibió el uso clínico de diversas drogas psicodélicas, son responsables del retraso en el desarrollo de tratamientos innovadores para combatir el trastorno por estrés postraumático y la depresión, y el bloqueo de gran parte de la investigación en neurociencia. Nutt, y muchos científicos que le apoyan, cree que estas drogas tienen un enorme potencial de uso terapéutico que no puede desarrollarse debido a la restrictiva legislación que opera sobre estas sustancias en todo el mundo.  

La legislación europea hace que sea muy difícil conseguir legalmente sustancias psicotrópicas para investigaciónActualmente Nutt está tratando de poner en marcha un estudio clínico sobre el impacto de la psilocibina, uno de los psicoactivos principales de las setas alucinógenas, para tratar las depresiones severas. El profesor cuenta con una financiación para el experimento de más de medio millón de libras (unos 600.000 euros), pero la legislación europea y británica hace que sea muy difícil conseguir la sustancia por vías legales.

“El experimento no ha empezado todavía porque no conseguimos obtener la droga”, explicó Nutt con motivo del Festival de Neurociencia en Londres que se celebró la semana pasada. “Ya que no se nos permite ir a buscar los hongos nosotros mismos y encontrar una empresa dispuesta a producir esta sustancia ilegal de la forma requerida para su uso en el laboratorio, se está demostrando imposible”. Nutt, que tiene una cátedra en el Imperial College de Londres, no ha parado de pedir que se cambie esta legislación “arcaica” que también obstaculiza las pruebas con éxtasis y cannabis, pero no parece que los gobiernos estén dispuestos a dar su brazo a torcer en este tema.

¿Represión o incomprensión?

En declaraciones a The Independent, Nutt aseguró que la situación se está poniendo muy difícil para los neurólogos: “Las leyes asustan a los patrocinadores y la mayoría de los científicos tienen miedo porque si violan la legislación puede ser arrestados. Estoy seguro de que en algún momento me van a arrestar a mí. Hay un ambiente tan represivo que la gente está abandonando sus investigaciones”. 

En el artículo publicado en Nature, Nutt insiste que tenemos las suficientes evidencias para pensar que el cannabis, el MDMA y varias drogas psicodélicas como el LSD y la psilocibina, tienen beneficios médicos inexplorados que podrían representar un enorme avance en el tratamiento de todo tipo de enfermedades mentales. El LSD, de hecho, nació como droga medicinal, no recreativa, en los años 50 y 60, cuando se descubrió que podía servir para tratar adicciones y otros trastornos mentales. Su prohibición, después de que la cultura hippie la adoptara como su droga de cabecera, frenó de golpe toda la investigación.

Nutt lucha ahora porque se recupere la investigación con estas drogas, pero el asunto plantea muchas dudas, ¿debe la investigación médica anteponerse a la política sobre drogodependencias? ¿Se pueden legalizar estas drogas para uso terapéutico sin correr el peligro de que vuelvan en cascada a las calles? Son preguntas que, sin duda, plantean un debate que debería abordarse con seriedad.

El psiquiatra y neurólogo británico David Nutt es uno de los mayores expertos mundiales en materia de drogas. Fue presidente del Consejo consultivo sobre el abuso de drogas del ministerio del Interior británico hasta 2009, cuando le obligaron a dimitir por su tendencia a dar titulares polémicos a los tabloides ingleses.