Es noticia
El presidente de Mondragón Internacional explica cómo debe salir España de la crisis
  1. Alma, Corazón, Vida
"EL CAMINO NO ES ATRAER CAPITAL EXTRANJERO"

El presidente de Mondragón Internacional explica cómo debe salir España de la crisis

“La paradoja es que el fin del Muro de Berlín acabó no sólo con el régimen comunista sino que inició un proceso acelerado de desoccidentalización

“La paradoja es que el fin del Muro de Berlín acabó no sólo con el régimen comunista sino que inició un proceso acelerado de desoccidentalización que acabó por perjudicarnos”. La tesis que Josep Piqué sostiene respecto de los orígenes de este nuevo reparto de poder en el que estamos inmersos, y que lleva al nombre de globalización, incluye malas noticias para un país como el nuestro: mientras que el mundo sigue su ritmo, que no es malo (los BRIC están creciendo al 7% de promedio, Asia al 4%, EEUU al 3%) nosotros vamos a tener unas cifras bajísimas. Con estas cifras, Piqué quería ratificar las tesis que Josu Ugarte, presidente de Mondragón Internacional sostiene en su libro España está en crisis, el mundo no (Ed. Deusto), que presentó ayer en Madrid, y según las cuales no es la economía global la que está en retroceso, sino nuestra posición en ese nuevo mapa global.

En este proceso acelerado de cambios, España no podrá conservar lo que tiene. Nuestro destino es seguir ese declive al que apunta Europa, aunque de forma más acentuada. Alemania saldrá vencedora de este proceso, España no, salvo que cambiemos, algo para lo que tenemos muchas cartas vencedoras en la mano, según Ugarte.

China está licenciando 500.000 ingenieros por año, más que EEUU y Europa juntosLa primera consecuencia de este nuevo mapa global es el hundimiento del centro en todos los sentidos, desde el adelgazamiento de las capas medias europeas hasta el inexorable declive del producto de precio medio. Antes no era así: los productos de primer precio se consideraban de baja calidad y los de gama alta resultaban inaccesibles a la mayoría de la población, con lo que la mayor parte de las ventas se producían en ese estrato mediano. Hoy la tendencia, y más aún en los países con menos recursos, es adquirir bienes de primer precio, al tiempo que los de gama alta ganan algo de cuota de mercado. Y eso parecen malas noticias para España: nuestros costes de producción son bastante más elevados que los de países como Indonesia o India, y además carecemos de la tecnología o de la marca para situarnos entre los países que venden bienes Premium. España se ha vuelto periférica…

Y tampoco podemos acogernos a las viejas creencias, aquellas que afirmaban que en Occidente se pensaba y en Asia se fabricaba, porque la innovación está ya en todas partes. “China está licenciando 500.000 ingenieros por año, más que EEUU y Europa juntos. El 11 por ciento de los doctores que estudian en las escuelas de negocios americanas, son chinos y el 21 son asiáticos. Están desarrollando patentes de una manera impresionante, al mismo nivel que EEUU”. En ese contexto, parece que llevamos todas las de perder. No podemos competir en costes, tampoco en innovación y tampoco disponemos de muchas marcas Premium.

España ante el abismo

Pero hay una solución, afirma Ugarte, que resulta especialmente válida para las pymes, y es la de internacionalizarse. “O hacemos eso o nos morimos. Estamos en un mundo global interconectado, las variables competitivas están por todo el planeta y en todos sitios se puede hacer ya de todo, con lo que no podemos enfocar nuestra producción al mercado interno. Las empresas que no se han internacionalizado han acabado perdiendo puestos de trabajo y cuota de mercado”.

Las empresas que multilocalizaron no sólo generaron empleo en su lugar de origen, sino que aumentaron sus exportacionesHay quienes piensan que la mejor apuesta sería la de signo contrario, atrayendo inversión extranjera gracias a nuestros bajos costes, si los comparamos con otros países europeos. Bastaría con flexibilizar algo más el mercado laboral para que grandes empresas se decidieran a dar el paso. Para Ugarte, ese es un gran error estratégico que antes se sostenía argumentando que las empresas extranjeras aportaban tecnología y empleo a corto plazo, pero que no sirve para el presente. “Las grandes corporaciones buscan las localizaciones geográficas que les resultan más interesantes, sobre todo en función de costes, y por eso terminarán marchándose. De 2003 a 2007 el 50% de todos los empleos que se perdieron fue en Cataluña y eran de multinacionales”. Su apuesta es otra, la de priorizar el trabajo con las firmas locales: “Creemos que es preferible desarrollar empresas que tengan capital español a que vengan empresas de otros países. España tiene mucha pyme, más del doble de las de Francia o Alemania. Tenemos tecnologías medias, mucho accionariado local, somos colectivistas y trabajamos bien la colaboración público privada. Desarrollemos las pymes…”.

Y ello también como parte de una política estratégica nacional. Tenemos que internacionalizarnos, afirma Ugarte, pero eso no significa deslocalizar. Más al contrario. Los países anglosajones, que saben bien del gran valor que tiene el desarrollo de las plataformas industrial y tecnológica, están intentando relocalizarlas a toda costa”. De lo que se trata, afirma Ugarte, es de multilocalizar, esto es, de “abrir fábricas en el exterior sin cerrar las existentes, con el objetivo de conquistar otros mercados y complementar la oferta con productos fabricados aquí”. Deslocalizarse, por el contrario, consiste en “trasladar activos industriales de un país a otro, destruyendo el empleo en el país de origen”. Una estrategia que tiene efectos multiplicadores, ya que las empresas que multilocalizaron, no sólo generaron empleo en lugar de origen, sino que aumentaron sustancialmente sus exportaciones”.

Con un ojo puesto en el mapa

Se trata de acciones bastante fáciles de llevar a cabo, asegura Ugarte, si se cuenta con los apoyos adecuados, como una efectiva diplomacia corporativa. “Cuando una empresa se va a Alemania, Francia, Chequia o Polonia no necesita mucha ayuda porque las estructuras jurídicas son claras y las administraciones locales no incordian mucho. Pero si va a países emergentes, tiene que plantearse muchas cosas más: ha de desarrollar estudios de mercados sólidos, tiene que manejar muchos información y tiene que contar con ayudas, porque la administración central te va a apoyar, pero la local te va a volver loco. Te manda al inspector fiscal, al de trabajo, al aduanero a intentar sacarte dinero por todos los lados porque como eres una empresa de fuera supone que tienes mucho dinero. La pyme que no esté apoyada por alguien que tenga cierto poder en la administración acaba fracasando”.

Quien esté posicionado en el sur va a salir triunfador en el nuevo mapa de poderEn este contexto de tensiones internacionales por situarse en el nuevo mapa global, Ugarte apuesta por diversos grupos de triunfadores. “Van a salir ganando los países asiáticos, caso de China, Vietnam o Indonesia, con alguna duda. También en Latinoamérica, Brasil o México, si logra diversificar sus exportaciones y no mirar sólo a EE.UU.; y desde luego, Alemania, que está muy bien posicionada porque sigue una estrategia de multilocalización con teconologías altas cuyos productos se venden a un precio más caro. Pero, en mi opinión, es claro que quien esté posicionado en el sur va a tener desarrollo. Y eso deberían hacer las pymes españolas con el apoyo de la administración. Y Mondragón es un buen ejemplo: la demanda en Europa cayó pero lo hemos compensado con el crecimiento en los BRIC”.

“La paradoja es que el fin del Muro de Berlín acabó no sólo con el régimen comunista sino que inició un proceso acelerado de desoccidentalización que acabó por perjudicarnos”. La tesis que Josep Piqué sostiene respecto de los orígenes de este nuevo reparto de poder en el que estamos inmersos, y que lleva al nombre de globalización, incluye malas noticias para un país como el nuestro: mientras que el mundo sigue su ritmo, que no es malo (los BRIC están creciendo al 7% de promedio, Asia al 4%, EEUU al 3%) nosotros vamos a tener unas cifras bajísimas. Con estas cifras, Piqué quería ratificar las tesis que Josu Ugarte, presidente de Mondragón Internacional sostiene en su libro España está en crisis, el mundo no (Ed. Deusto), que presentó ayer en Madrid, y según las cuales no es la economía global la que está en retroceso, sino nuestra posición en ese nuevo mapa global.