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¿Universidad para ricos? Los estudiantes ahogados por las tasas piden un fondo social
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LA SUBIDA DE TASAS AMENAZA CON EXPULSAR A LOS ALUMNOS CON MENOS RECURSOS

¿Universidad para ricos? Los estudiantes ahogados por las tasas piden un fondo social

El tasazo universitario que ha encarecido las matrículas casi un 40% amenaza con expulsar del sistema a los estudiantes con menos recursos. En mayo muchos de

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¿Universidad para ricos? Los estudiantes ahogados por las tasas piden un fondo social

El tasazo universitario que ha encarecido las matrículas casi un 40% amenaza con expulsar del sistema a los estudiantes con menos recursos. En mayo muchos de ellos han sido incapaces de hacer frente a los pagos y la Universidad Complutense anuló sus matrículas, aunque después dio marcha atrás. El rectorado ha dado una solución parcial a los alumnos que llevan ya diez días acampados en su vestíbulo, un aplazamiento. Pero los estudiantes, ahogados por la subida de las tasas, la reducción de las becas y situaciones familiares en algunos casos dramáticas, seguirán encerrados hasta que se cumplan sus reivindicaciones: quieren un fondo solidario que cubra las matrículas de quienes no pueden pagar por culpa de la crisis, como los que ya existen en la Autónoma de Madrid o la de Alcalá de Henares.

Gonzalo, que espera terminar la carrera de Historia en dos años, es uno de los estudiantes que ha ocupado el rectorado de la Complutense. Son unos cien, pero hacen turnos y en algunos momentos apenas hay veinte estudiantes congregados en el vestíbulo del órgano universitario. “Debería venir más gente”, reconoce. Bajo una gran pancarta que dice “Ni recortes, ni tasazo. Estudiantes no se venden, se defienden”, Gonzalo explica que se han reunido con el rector, la vicerrectora de alumnos y los gestores de la universidad para encontrar solución al problema, aunque hasta ahora han visto "poca disposición a ayudar". "Y así, si no se hace nada, lo que se está consiguiendo es una Universidad más de élite, echar a quienes no tenemos dinero", se queja. 

Los estudiantes que no pueden afrontar la fuerte subida de tasas y el recorte de becas piden un fondo social para evitar ser expulsados de la universidad, como el de la Autónoma de MadridLa solución que les ha dado el rectorado es reactivar las matrículas que habían sido anuladas sin previo aviso y la opción de fraccionar los pagos pendientes en dos o en cuatro plazos entre junio y septiembre. “La universidad contactará con quienes aun así no pueden pagar mediante correo electrónico para intentar hallar soluciones”. Pero el rectorado les ha dicho que “es inviable la creación de un fondo común”. “Se excusan”, denuncian los estudiantes, “en el eslogan de que la Universidad Complutense está en quiebra”. Algo más que un eslogan, porque la universidad tiene una deuda elevada a la que no sabe cómo hacer frente.

La Complutense, una de las tres universidades con más alumnos de España, acumula una deuda superior a los 140 millones de euros y tras ganar dos juicios a la Comunidad de Madrid debería cobrar 62,5 millones que destinará a reducirla y pagar intereses. “No es el momento de invertir”, dijo en abril el rector, José Carrillo. El máximo responsable de la Complutense ya se quejó –como hicieron los rectores de las otras cinco universidades públicas madrileñas- de las consecuencias de la subida de tasas y de la reducción de las becas y el cambio de los criterios con que se concedían, pues ahora se priman más las notas que las necesidades económicas del estudiante. 

De entrada, este curso los alumnos con dificultades, ante la imposibilidad de asumir una subida de hasta el 38% según la carrera o el postgrado, han optado por matricularse en menos asignaturas. Este curso se han matriculado de 400.000 créditos menos que el pasado, pese a que el número de alumnos ha crecido ligeramente. En el curso 2011-2012 la UCM tuvo 84.986 estudiantes y en el 2012-2013, 85.027. Una carrera tiene 240 créditos, 60 por curso. 

“No es nuestra competencia la búsqueda de financiación de estas becas, aunque tenemos la información de que actualmente se está destinando un presupuesto que asciende a 86.000 euros anuales para los miembros que acudan a reuniones del consejo social, órgano de participación de la sociedad en la universidad que supervisa las actividades de carácter económico de esta. Además, sabemos que nuestro rector manejó en 2012 un presupuesto de 536.586.439 euros, por lo que nos es difícil creer que no se pueda encontrar ninguna solución”, asegura la asamblea estudiantil.

Ocupación indefinida

¿Cuánto tienen previsto resistir encerrados? “Lo que haga falta hasta que se cree un fondo de becas de emergencia”, afirma. De momento, aguantan bien. “Además, los trabajadores de la universidad nos están apoyando, nos traen comida, por ejemplo, ayer nos dieron croquetas”, cuenta. También tienen una pata de jamón, junto a tuppers variados y sacos de dormir. El problema es que los exámenes están a la vuelta de la esquina: “Yo no sé si podré quedarme mucho más de una semana, en quince días tengo todas las pruebas y apenas estoy estudiando. Ya veremos”, reconoce Gonzalo, el estudiante de Historia. También han ocupado la biblioteca. 

Sin becas, no hay muchas más salidas para los estudiantes con dificultades. Gonzalo cuenta que desde que entró en vigor la reforma universitaria de Bolonia es muy difícil compatibilizar algunos trabajos con los estudios, ya que la asistencia es obligatoria y los horarios son difíciles de ajustar. “No dan ninguna facilidad”, afirma. Él ha trabajado durante el verano, sus padres están divorciados y su padre no tiene ingresos, era autónomo. Su madre trabaja, pero con lo que gana le da justo para mantenerle a él y a su hermana. “Debo 800 euros de la matrícula. Pero no los puedo pagar. Quizá si trabajo en verano otra vez…”, añade. 

“Nosotros no les podemos hacer las cuentas, es el rectorado el que debe encontrar la forma de crear un fondo de solidaridad, como el de la Autónoma o el de Alcalá. En la Complutense ha habido una pésima gestión y ninguna sensibilidad o respeto por los alumnos. Se nos cortó el acceso al campus virtual sin previo aviso”, explica David, estudiante de 2º de Medicina. Su madre está en paro y se le ha acabado el subsidio. Con lo que gana su padre de camarero apenas llegan a final de mes.

La Universidad Autónoma de Madrid hace tiempo que cuenta con un programa de ayuda a los estudiantes y este año ha ampliado la dotación hasta medio millón de euros con cargo a los presupuestos de 2013. Por su parte, la Universidad de Alcalá habilitó en abril 100.000 euros de “ayudas al estudio para situaciones sobrevenidas” con el objetivo de compensar “aquellas situaciones repentinas que dificulten el desarrollo de estudios universitarios oficiales por motivos económicos graves, u otros de naturaleza similar”.

Endeudados hasta las cejas

Por otra parte, los estudiantes que solicitaron los créditos ICO (los llamados Préstamo Renta Universidad) que puso en marcha el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con la idea de “estudiar un posgrado para labrarse un futuro mejor” también han organizado varios grupos de presión para conseguir un aplazamiento del pago. Se cumple ahora el periodo de carencia del préstamo y muchos de los jóvenes que lo pidieron, ilusionados, para estudiar un máster se encuentran con que dos años después de terminarlo no han encontrado trabajo y no pueden pagarlo.

Se cumple el periodo de carencia de los préstamos ICO para postgrados y muchos de los jóvenes que cursaron un máster no han encontrado trabajo y no pueden devolver el dinero“Sabía lo que firmaba, sabía que en 2013 debía empezar a pagar. Sin embargo, tenía la expectativa de que para cuando llegase el momento tendría ya un trabajo. Pequé de optimista. Quiero pagar, claro, pero ahora no puedo y sólo pedimos que nos den una prórroga”, cuenta D.A. Martín. Explica que siente “rabia ante el ICO, que permanece inflexible, a pesar de que es un préstamo estudiantil concedido por una entidad pública”. Además, estos jóvenes se quejan de la desinformación respecto a los requisitos para pedir los aplazamientos; del banco les remiten al ministerio o al ICO y de ahí, de nuevo, al banco.

La refinanciación que les ofrecen los bancos a estos estudiantes ya no depende del ICO, sino de las entidades, y tendrá unos intereses que, en la situación en la que se encuentran muchos de ellos, no van a poder afrontar a corto plazo. ¿Tiene esperanzas de que le den un aplazamiento, una solución? “No sé qué va a pasar, las cosas de palacio van despacio. Pero no creo que nadie haga nada”, se rinde

El tasazo universitario que ha encarecido las matrículas casi un 40% amenaza con expulsar del sistema a los estudiantes con menos recursos. En mayo muchos de ellos han sido incapaces de hacer frente a los pagos y la Universidad Complutense anuló sus matrículas, aunque después dio marcha atrás. El rectorado ha dado una solución parcial a los alumnos que llevan ya diez días acampados en su vestíbulo, un aplazamiento. Pero los estudiantes, ahogados por la subida de las tasas, la reducción de las becas y situaciones familiares en algunos casos dramáticas, seguirán encerrados hasta que se cumplan sus reivindicaciones: quieren un fondo solidario que cubra las matrículas de quienes no pueden pagar por culpa de la crisis, como los que ya existen en la Autónoma de Madrid o la de Alcalá de Henares.

Estudiantes Universidad Complutense de Madrid