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“El 15M es transparente para el Gobierno, que es aliado de la CIA”
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JULIAN ASSANGE ATIENDE A ‘EL CONFIDENCIAL’

“El 15M es transparente para el Gobierno, que es aliado de la CIA”

Es necesario luchar por los derechos por los que vendrán después de nosotros”

Foto: Julian Assange
Julian Assange

“Le he dado muchas vueltas y creo que la mayor parte de las personas de este mundo no merecen mucho, basándonos en las acciones que llevan a cabo. Pero está en las manos del resto la posibilidad de luchar por las libertades”, explica por teléfono el australiano Julian Assange a El Confidencial desde su refugio en la embajada de Ecuador en Londres, donde habita, en asilo político, desde el verano de 2012. El célebre fundador de Wikileaks responde de esa manera a la pregunta de si el ser humano, que ha “sacrificado su libertad por su seguridad”, parafraseando a Benjamin Franklin, merece algo. “Es necesario luchar por los derechos por los que vendrán después de nosotros”, responde matizando su pesimismo.

El célebre y polémico personaje que destapó las vergüenzas de los gobiernos occidentales con sus filtraciones edita ahora Cypherpunks. La libertad y el futuro de internet (Deusto), una reflexión sobre los límites a la libertad de expresión que internet ha promovido, facilitando la desaparición de las barreras entre lo público y lo privado y “la aparición de un nuevo totalitarismo”. Y con ese motivo parece dispuesto, por una vez, a entregarse a las exigencias de la promoción editorial.

Privacidad para el débil, transparencia para el poderosoEl ensayo reivindica el concepto de aquellos cypherpunks que aparecieron a comienzos de los noventa y que apuestan por la encriptación de los datos en la red como un camino hacia el cambio político y social. Una de las máximas del movimiento, y que da título precisamente a uno de los capítulos del ensayo, es “privacidad para el débil, transparencia para el poderoso”; el movimiento aboga por la defensa de la vida privada del ciudadano al mismo tiempo que exige de gobiernos y corporaciones una clara exposición de todo el registro de sus actividades. Algo que él mismo se propuso desvelar cuando arrancó con Wikileaks.

Internet como amenaza para la civilización humana

Podría pensarse que este volumen es un “manifiesto”, pero como reza la contraportada del libro, quizá sea mejor considerarlo “una advertencia” ante lo que está por venir. O que ya está aquí. “La capacidad que existe hoy en día para mantener una vigilancia y control masivos sobrepasan con mucho las predicciones de las distopías de George Orwell”, responde Assange cuando se le pregunta por el control que la tecnología ejerce en nuestro día a día. “En sus distopías, la televisión podía ser un instrumento de espionaje si la encendías, pero si la apagabas y salías a dar una vuelta, estabas bien”.

El ciberespacio ha sufrido una ocupación militarEl panorama actual es mucho más siniestro, ya que “hoy en día todo el mundo lleva encima un smartphone, retransmitimos al momento nuestras comunicaciones, todas nuestras transacciones financieras, todas nuestras relaciones personales, anunciamos continuamente a los demás nuestras actividades en Facebook. Cuando la sociedad está por completo en internet, apenas hay escapatoria posible”.

Todos esos datos obtenidos de nuestros aparatos tecnológicos, expone Assange en el libro en un debate junto a los cypherpunks Jacob Appelbaum, Andy Müller-Maguhn y Jérémie Zimmerman, son recogidos, administrados y trasladados a los gobiernos y servicios de inteligencia por las grandes corporaciones como Google, Facebook o Twitter. “Cuando los maridos se comunican con sus esposas en internet, sus datos son registrados por organizaciones como Google, que colaboran con la seguridad y los servicios de inteligencia de Estados Unidos”. Por eso, precisamente, Assange considera que el ciberespacio ha sufrido “una ocupación militar”, que en el libro ilustra con la sugerente imagen de “vivir con un soldado debajo de la cama”.

Hay muchos casos de asesinatos que han aprovechado información recogida en internet“Si la gente entiende lo que está ocurriendo, y hay muchas pruebas que lo demuestran, entendería la enfermedad que aqueja al ser humano, cuáles son las bacterias, y por lo tanto podrían tomar la medicina adecuada para curar esta seria enfermedad”. A Assange le gustan las metáforas médicas, cual Joaquín Costa del siglo XX. “Hace tan sólo cien años, los cirujanos no se lavaban las manos entre una operación y otra, y sólo cuando se descubrieron los gérmenes se preocuparon por ello. Ahora es igual”.

Assange cita el reciente escándalo de espionaje relacionado con Associated Press como uno de los casos en los que estas actividades han visto la luz pública, pero afirma que hay “muchos otros casos de asesinatos y extralimitaciones de la ley que utilizan la información recogida en internet”. Es en ese momento en el que nace el activismo: “entender lo que ocurre es el primer paso para pasar a la acción. Esa acción debe ser cuidadosa”. Y ahí es donde entra la criptografía.

Sencillo acceso a los sistemas de control

Una de las grandes facilidades que tienen los sistemas de control y vigilancia actuales utilizados por gobiernos y corporaciones, asegura Assange, es que casi cualquier país tiene la posibilidad de acceder a ellos. Por supuesto, España se cuenta en ese grupo. Pero también “un país como la Libia de Gadafi, que no era un gran país ni tenía libertad. Utilizaba un sistema comprado a Francia, Eagle, de la compañía Amesys, con grandes vínculos con el gobierno francés. Incluso Sudáfrica produce equipamiento de valor de diez millones de dólares que puede almacenar las llamadas telefónicas de todo el país. Es un gran negocio. El coste de este almacenamiento ha ido bajando durante los últimos meses”.

El problema aparece cuando no eres consciente de lo transparente que eres para los gobiernosAssange vuelve a recurrir a la metáfora médica para explicar de qué manera las diferentes naciones de todo el planeta han implementado estos sistemas, cada vez más accesibles. “Es un fenómeno de crecimiento geométrico. Hace falta un día para que una persona se contagie de una enfermedad. En un día, esta persona contagia a otra y ya son dos los enfermos. Pero se tarda lo mismo, un día, en que se pase del 50% al 100%”. Lo cual, trasladado a la expansión de estos sistemas, quiere decir que “hoy en día, cualquier gobierno de tamaño medio puede vigilar a su población. Y en unos años ocurrirá también con los más pequeños”.

El problema de la transparencia

Assange alerta en el libro ante los graves consecuencias que puede tener publicar una gran cantidad de información personal en la red, y lo ciegos que nos encontramos ante ello. Pero en el caso de movimientos sociales como el 15M en España o el MoVimiento 5 Estrellas en Italia, las redes sociales han sido su entorno natural, lo que parece contradecir el credo cypherpunk. ¿Es producto de la inocencia? “No”, declara tajantemente el australiano. “Hay que recordar que ya son transparentes para el servicio de inteligencia americano, que uno de sus grandes aliados es el Ministerio de Interior español. Si la gente quiere practicar un acto de total transparencia en estas organizaciones, no es un problema porque esta información está destinada a la población. El problema aparece cuando no eres consciente de lo transparente que eres para los gobiernos”.

Assange recuerda, por última vez, que hoy en día “el gran robo es el de la información que se transmite entre individuos. Se transmite información entre organizaciones gubernamentales y los diferentes negocios, se toma información de las organizaciones más secretas y se las da a los que tienen más poder”.

La educación política global nunca ha sido tan grandePero este discurso cargado de ciberpesimismo queda matizado por un nuevo estado de las cosas en el que, en palabras de Assange, “vivimos en un momento en la historia en el que la educación política global nunca ha sido tan grande”. “Internet ha permitido que se pueda vigilar a cualquiera, pero al mismo tiempo, que cualquier persona pueda comunicarse cualquier otra”. Ello debe dar lugar a un nuevo movimiento político global de carácter transnacional, que aún está dando sus primeros pasos, y que “es importante para limitar la velocidad con la que la industria de la vigilancia transnacional está aumentando su poder”, concluye desde Londres uno de los hombres más polémicos de la Historia reciente.

“Le he dado muchas vueltas y creo que la mayor parte de las personas de este mundo no merecen mucho, basándonos en las acciones que llevan a cabo. Pero está en las manos del resto la posibilidad de luchar por las libertades”, explica por teléfono el australiano Julian Assange a El Confidencial desde su refugio en la embajada de Ecuador en Londres, donde habita, en asilo político, desde el verano de 2012. El célebre fundador de Wikileaks responde de esa manera a la pregunta de si el ser humano, que ha “sacrificado su libertad por su seguridad”, parafraseando a Benjamin Franklin, merece algo. “Es necesario luchar por los derechos por los que vendrán después de nosotros”, responde matizando su pesimismo.

Julian Assange