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“Ser jugador de póquer es parecido a ser un broker; se puede ganar bastante dinero”
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LAS CARTAS SON LO MISMO QUE LA BOLSA

“Ser jugador de póquer es parecido a ser un broker; se puede ganar bastante dinero”

“Es muy desmotivador acabar tus estudios para irte a la cola del paro, mucha gente prefiere buscarse la vida con el póquer porque las perspectivas no

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“Ser jugador de póquer es parecido a ser un broker; se puede ganar bastante dinero”

“Es muy desmotivador acabar tus estudios para irte a la cola del paro, mucha gente prefiere buscarse la vida con el póquer porque las perspectivas no son buenas”, dice Raúl Mestre, campeón del mundo de la Federación Internacional de Póquer y creador de la escuela EducaPoker. “Si ganas una cantidad relativamente grande de dinero con el póquer, viendo el panorama laboral que tenemos, seguir estudiando parece un poco de tontos, aunque esté feo decirlo”, sostiene Federico Marín Bellón, autor del blog ‘Jugar con cabeza’ del diario ABC.

En un contexto de crisis es inevitable que muchos jóvenes o ciudadanos desesperados escuchen cantos de sirena para tratar de obtener unos ingresos fijos dedicándose metódicamente, como si fuera un trabajo cualquiera, al mundo del póquer o las apuestas deportivas. Estímulos para que lo hagan no faltan. Las campañas de marketing fichan a personalidades de primera línea. “Rafa Nadal era un modelo de esfuerzo y entrenamiento diario que ahora aparece anunciando una página de juego de póquer on-line, la gente se deja arrastrar por esta publicidad”, explica Juan José Lamas Alonso, de la Federación de Jugadores de Azar Rehabilitados.

El perfil que predomina es el de universitarios que dedican muchas horas y se convierten en auténticos expertos¿Es posible obtener rentabilidad si uno se dedica a los juegos de azar estableciendo rutinas y análisis estadísticos constantes? Las respuestas varían según quien las dé y a qué época se refiera. Por ejemplo, Mestre, que empezó jugando al Magic, un juego de cartas de estrategia, asegura que el póquer es lo mismo que la bolsa: “El jugador de póquer se parece a ser un broker, tienes que anticipar variables y hacer una apuesta. No deja de ser predecir el futuro de forma arbitraria, aunque mi opinión personal es que la bolsa es una tomadura de pelo. Conozco a más gente que se ha arruinado con temas bursátiles, con las preferentes de Bankia, por ejemplo, que con el juego. En el póquer, la gente que tiene sentido común lo coge con mucha precaución, pero en las inversiones meten los ahorros de toda su vida”.

Para Marín, éste sería el perfil del nuevo jugador: “Es bastante amplio, pero el que predomina es el de jóvenes enganchados a Internet, universitarios que dedican muchas horas a esto y se convierten en auténticos expertos. El problema de la ludopatía existe, pero he conocido más casos en otros juegos, como las tragaperras. Lo que no hay que olvidar nunca es que cualquier cosa relacionada con el juego mueve mucho dinero y ataca a las emociones básicas del ser humano. Si no lo controlas es peligroso, puedes arruinar tu vida, no salir de casa, quedarte sin amigos y con el riesgo de quedarte sin dinero”.

El sistema se nutre de los 'pececillos', de los novatosLa escuela que gestiona Mestre pretende formar jugadores responsables. “La gente a la que yo formo parte de la base de que si no es capaz de generar beneficios, es que no tiene nivel para continuar. Es decir, para empezar no necesitas más de 50 ó 100 euros, pero si no lo conviertes en más dinero, es que no estás capacitado, mejor que no lo intentes”. Su escuela, EducaPoker, con sede en Valencia, es gratuita. Se financia con la comisión que pagan las páginas de póquer a las que envían jugadores. Ya cuenta con más de cien mil alumnos.

Pero la realidad es tozuda. Si hay tantos miles de jugadores formados al mismo nivel, terminarán aplicando los mismos métodos contra sí mismos y las ganancias perderán margen. En este sentido, Marín reconoce que el juego ha tenido hasta ahora un matiz que se podría denominar como piramidal: “En el fondo es así. El sistema se nutre de lo que se llaman ‘pececillos’. Hay gente que es buena, los ‘tiburones’, y si se acaban los peces tienen que empezar a comerse entre ellos, ahí empiezan los problemas. Por eso las salas intentan mantener estímulos para los jugadores buenos, hacen campañas de marketing que buscan al jugador ‘recreacional’, que se va a gastar veinte euros al mes para pasárselo bien”.

La época dorada

La Ley del juego online en España de 2012 ha cambiado por completo el panorama y las expectativas de los jugadores experimentados. Miguel K. relata así los viejos tiempos, los anteriores a la nueva norma: “Jugar a las cartas siempre se me ha dado bien, desde pequeño, cuando llegó el juego online, me encontré con que muchas personas entraban sin saber jugar. Para los que teníamos nivel, eran auténtica carne de cañón. Pero hoy en día que esto se ha puesto de moda, que hay tutoriales, programas de televisión, cuesta mucho más ganar, antes era facilísimo. Era como robar a los niños”.

Sólo un 10% obtiene beneficios fijos importantes, el resto pierdeIván P. coincide: “Yo empecé a jugar antes de salir de marcha, con los amigos cuando hacíamos botellón. Con el juego online, al que empecé dedicando no más de una hora al día, y tres o cuatro el fin de semana, en algún torneo llegué a ganar 20.000 euros, pero ahora con la nueva regulación ya no puedes jugar con extranjeros, por tanto han bajado los premios y encima los jugadores son más profesionales. Estudian el póquer, de modo que actualmente ganar, lo que se dice obtener beneficios fijos importantes, lo hará un 10%, el resto pierde”.

Estudiar póquer

De hecho, hay quien pone en duda la efectividad de formarse en una escuela como EducaPoker. Juan Maceiras Barros, médico gallego y jugador aficionado, explica los mecanismos que dificultan la rentabilidad de esta opción: “Los chicos de la escuela de Mestre, que me consta que son miles, son clones, no tienen ningún tipo de variación interpersonal, son todos iguales, son previsibles, juegan de la misma manera, y hacerlo de forma estandarizada no te garantiza el éxito si todo cristo hace lo mismo. Tienen que estar diez o doce horas al día delante del ordenador, haciendo lo mismo de forma automática, eso es agotador. La mayor parte de lo que ganan es la devolución que les da la casa por jugar un número determinado de manos. Eso ronda los 300 o 400 euros mensuales. Es una locura, aunque también es cierto que en un momento como éste te puede asegurar un dinero de forma regular”.

He visto pocos ganadores, pero a bastantes que se han arruinadoHabría que diferenciar entonces el juego online de los torneos presenciales, donde se mueven más cantidades de dinero. Pero ahí también Maceiras describe un escenario poco alentador: “Ganar un torneo es un arte, pero aún así la posibilidad de hacerte con uno se te puede presentar sólo tres veces en tu vida. Hace falta algo más que tomarse esto como una profesión, necesitas que la puerta se abra justo cuando estás tú ahí. Estoy en este circuito desde hace muchos años y ganadores conozco pocos. Gente que dice que gana, muchos, pero he visto a bastantes que se han arruinado. Entrar en un gran torneo puede costar en torno a 5.000 euros, luego la estancia en donde se celebre te puede salir por 3.000. Hay quien puede ganar uno y llevarse 40.000 euros, pero luego se ha ido a diez más y no ha hecho caja. Al final del año tiene 70.000 y ha tenido que pedir prestado. Es decir, lo de siempre”.

Fuga de cerebros

No obstante, Mestre ve más problemas en la nueva legislación. Dice que muchos jugadores de nivel se van al extranjero para poder acceder a mejores premios: “Las grandes mentes se van fuera, ya no puedes hablar con ellos, leerlos, y reduce el interés de todo esto. Los incentivos para marcharse son enormes, con un billete de avión y un alquiler ya puedes estar jugando online en el Reino Unido. Como muchos de estos jugadores son jóvenes, sin cargas familiares, pueden irse de un día para otro”.

En España no es rentable jugar al póquer'Perico' aprendió a jugar durante el servicio militar, se formó en la escuela de Los Pelayos y dedica 30 horas de juego y 6 de estudio semanales que le proporcionan unos ingresos extra “para vivir más desahogadamente”, reconoce. Hace el mismo diagnóstico que Mestre de la nueva ley: “La mayoría de pros han emigrado al extranjero y los aficionados hemos dejado de jugar por el aumento de las salas y la tributación de los premios. Ahora mismo en España no es rentable jugar al póquer”. Iván P., otro veterano, también opina en la misma línea: “Mientras el tema de Hacienda siga como está con la nueva ley, aunque la van rectificando, prefiero no jugar”.

Apuestas deportivas

La otra gran faceta del juego online son las apuestas deportivas. También están sujetas a la estadística y un trabajo metódico podría garantizar ciertos beneficios fijos. Sin embargo, la nueva ley también ha supuesto un problema para los aficionados que empezaron desde el principio, como Miguel K: “Yo ingresé 20 euros al empezar y es todo lo que me he gastado en mi vida. Tengo 50 años, empecé con 41. Tenía una cuenta en Miapuesta y lo que ganaba jugando al póquer lo invertía en apuestas deportivas. Solía perder hasta que hice una combinada con ocho partidos de selecciones nacionales,  tipo Alemania – Hungría, y gané ochocientos y pico euros. Luego pasé a la apuesta en vivo, durante el encuentro, una modalidad prohibida por la nueva ley. Si el Madrid iba perdiendo, yo metía dinero a que remontaba. Ahí es donde más gané. Otro ejemplo, cuando el Barcelona le iba ganando dos cero al Chelsea hace un año, y los ingleses se quedaron con diez, aposté a que el Barça no pasaba. Gané 700 euros. En mi mejor año saqué 8.000 euros, me fui de viaje a Japón y a Islandia”.

Me aventuré en otros deportes cuando lo recomendado es quedarte en lo que sabes El caso es que si las posibilidades de estas modalidades de apuestas también se han visto mermadas por la ley, otro problema es que las casas también están controlando a los apostadores que tienen éxito continuado. Elías tenía una profesión vinculada al mundo del deporte y ésta es su experiencia:

“No me parecía que pudieran dar duros a seis pesetas, pero motivado por mis compañeros de trabajo me terminé metiendo a probar. Empecé con cien euros. Apostaba a cosas bajas, pero luego me puse a estudiar tendencias. Cuando valoras o evalúas un resultado, de manera inconsciente casi siempre actúan factores que no entiendes, es como una tendencia. Las analicé y no sé cuánto tiempo invertí porque, más que nada, me venía por deformación profesional hacerlo.

Tras unos cambios en las normativas de fútbol sala –sacar de banda con el pie- y unas condiciones especiales que se dieron en el draft de la NBA –hubo un reparto importante de la calidad-, vi que en estos deportes iba a haber resultados más apretados y, por tanto, más sorpresas. Aposté de acuerdo a mi estudio y en dos meses y medio gané más de mi sueldo en todo un año. En torno a 25.000 euros.

Las casas de apuestas son entidades privadas, no un banco de alimentosEl problema es que las tendencias cambian y yo no supe verlo. No varíe el dinero que invertía, me aventuré en otros deportes cuando lo recomendado es ir a lo concreto y ser un apostante específico, y acabé cayendo. Al final, me pude pagar un Master y unos viajes con lo ganado, pero si ahora hago un cómputo, creo que estoy en pérdidas.

Además, las casas de apuestas son entidades privadas, no son un banco de alimentos que te va a suministrar dinero de manera permanente, no son la misericordia, y cuando no les convienes, te mandan al carajo. Ellos tienen sus maneras de averiguar qué clase de jugador eres por el tiempo que permaneces con la cuenta abierta, las disciplinas que visitas, si eres metódico, si entras a las mismas horas, si apuestas siempre cantidades similares. A mí lo que me pasó cuando me iba bien es que en alguna casa me rebajaron la apuesta máxima. Y en otra me encontré con este mensaje, literal, ‘su cuenta ha sido identificada como no rentable para nuestra empresa’. Eso me hizo ganar menos dinero porque en una de ellas, llegué a estar suscrito a unas 12 ó 13, era la casa que mejores márgenes daba y ya sólo me permitía la apuesta a 0,5 euros. Como encima te controlan por las tarjetas, pues al final no pude ni crear nuevas cuentas”.

Ludopatía

En el espinoso asunto de caer en la patología del juego, también hay diversidad de opiniones. Para Marín, “los jugadores buenos de póquer se aprovechan de los que no pueden controlar sus emociones, pero el alcohol también genera adictos. Las salas vigilan que no ingreses más de una determinada cantidad en algunos casos, pero el ser humano siempre sabe saltárselos”.

'Perico' conoce adictos con el póquer “pero también con las tragaperras, con la coca y con las compras. Las adicciones son solo manifestaciones de un desorden interior. El póquer, en si, no es malo”, considera. Maceiras, por su parte, asegura que “hay mucho loco, mucho chiflado que se cree que esto puede ser un trabajo normal, he visto gente que se ha arruinado. El cine tiene ejemplos de sobra para escenificar la vida del jugador. Como El rey del juego de Steve McQueen, el típico que en una determinada partida pierde todo. Esto pasa, y pasa una y otra vez”.

El póquer produce una sensación de falso controlFrancisco Abad, presidente de FAJER, otra asociación de jugadores de azar en rehabilitación, tiene un paciente diagnosticado como ludópata que con el póquer online, en cinco días de recaída, había perdido 24.000 euros. Incluso, alerta, existe un peligro hasta en su modalidad low cost: “También hay problemas con las personas mayores que descubren las nuevas tecnologías, tengo a uno con 87 años que, después de haber pasado el problema de las tragaperras, ahora estaba enganchado a bingos online con bonos de diez euros al día”.

Finalmente, Lamas Alonso arroja una visión negativa de las nuevas modalidades de juego a tenor de las cifras y estadísticas que maneja, aunque todavía no haya estudios epidemiológicos: “El juego online supone ya un 17% de las personas que acuden a tratamiento, es un incremento que corresponde también al aumento publicitario de estas casas. Son personas que pueden llegar a gastarse 500 euros en una hora en su hogar tranquilamente. Hay estudiantes, personas jóvenes, muchos con un nivel de estudios alto, que se ven afectadas por la falsa percepción de control que, concretamente, tiene el póquer. El año pasado, con la nueva ley, hubo más de un millón de ciudadanos registrados como jugadores en estas páginas. En lo que llevamos de 2013,  ha aumentado en más de 400.000. Dentro de cinco años subirán los índices de ludopatía. No es algo que yo crea, es que lo tengo claro, es constatable. Después de 25 años que llevo trabajando en esto, creo que nos vamos a encontrar con unos índices de prevalencia patológica a los que igual no se va a poder responder”.

“Es muy desmotivador acabar tus estudios para irte a la cola del paro, mucha gente prefiere buscarse la vida con el póquer porque las perspectivas no son buenas”, dice Raúl Mestre, campeón del mundo de la Federación Internacional de Póquer y creador de la escuela EducaPoker. “Si ganas una cantidad relativamente grande de dinero con el póquer, viendo el panorama laboral que tenemos, seguir estudiando parece un poco de tontos, aunque esté feo decirlo”, sostiene Federico Marín Bellón, autor del blog ‘Jugar con cabeza’ del diario ABC.