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El sorprendente origen de esas expresiones que utilizamos a diario
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DE ''SALIR DEL ARMARIO'' A ''TIRAR LA TOALLA''

El sorprendente origen de esas expresiones que utilizamos a diario

Un modismo es, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, una “expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de

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El sorprendente origen de esas expresiones que utilizamos a diario

Un modismo es, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, una “expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman”. Dicho de otra forma, se trata de aquellos términos que en muchos casos han sido originados por la costumbre y la generalización a partir de determinados usos concretos, que tienen un significado que no es evidente para que aquel que no lo conozca, y cuyo origen se encuentra en muchos casos tan lejano que hay que indagar en las fuentes históricas para averiguarlo. Suelen representar ideas difíciles de reflejar de otra manera y, por su carácter convencional, son altamente económicos, ya que nos permiten formular ideas complejas con pocas palabras.

Muchos de ellos se remontan a tiempos inmemoriales, pero otros han aparecido en las últimas décadas. Es el caso de, por ejemplo, “salir del armario”, un término que ha resurgido con fuerza en los medios americanos después de que el jugador de la NBA Jason Collins hiciese lo propio, sentando un importante precedente en la historia del deporte de élite estadounidense. Como señalaba un reciente artículo de The Week utilizando el libro Gay New York (Basic Books) de George Chauncey como referencia, aunque se trata de una expresión empleada con frecuencia hoy en día, no se comenzó a utilizar hasta los años sesenta.  

La expresión 'salir del armario' no se empezó a emplear hasta los años sesentaAunque muchos sospechen que dicho término tiene implicaciones negativas (se abandona la oscuridad para salir a la luz), en realidad parece ser una evolución de “salir”, es decir, del inglés “coming out”, que se empleaba para referirse a aquellos homosexuales que se presentaban a sí mismos en los ambientes homosexuales. Dicho término era el empleado para nombrar a las mujeres que acudían a los bailes de sociedad para presentarse en sociedad. Sólo más tarde se le añadió el “closet”, o “armario”, con el que solemos emplear hoy en día dicha expresión, y que efectivamente confería un matiz diferente a la expresión, más cercano al desvelamiento de lo oculto.

El sorprendente origen de las expresiones que utilizamos

La lengua española no está compuesta únicamente por estos modismos, sino que también los neologismos, anglicismos y demás “ismos” han terminado configurando un acervo de expresiones y palabras que empleamos con relativa frecuencia pero que en sólo contadas ocasiones conocemos su origen. A continuación presentamos una serie de estos términos que, al igual que ocurre con “salir del armario”, fueron alumbrados de manera diferente a la que pensamos.

  • Gayumbos. Aunque haya sido empleado con relativa asiduidad entre las generaciones precedentes, no fue hasta 2007 que dicha palabras fue introducida en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como sinónimo de “calzoncillos”. Su primera utilización documentada se encuentra en 1905, en el Diccionario de argot español de Luis Besses. Se cree que puede provenir del término “gayumbo” que proviene del latín “gayomba” y que en el sur de España es utilizado para referirse a las “retamas de olor”, cuyas flores son de color amarillo. Por eso, se cree que el término comenzó a ser utilizado de manera irónica.
  • Ir hecho un Ecce Homo. El pueblo de Borja y su célebre artista, Cecilia Giménez, han devuelvo el término “Ecce Homo” a los medios de actualidad. ¿Pero de dónde proviene dicho modismo, empleado para referirse a aquellos que van desaliñados o en pobres condiciones estéticas? ¿No debería interpretarse como un halago, dado que al fin y al cabo se está comparando a aquel a quien se destina con Jesucristo, ya que fueron las palabras con las que Poncio Pilatos se refirió a él cuando lo presentó ante el juicio popular de Judea? Precisamente por eso, ya que Cristo, al salir al balcón del palacio, y tal y como inmortalizaron pintores como Antonio Ciseri, portaba ya su corona de espinas, el manto púrpura y había sido azotado. 
  • OK. Un acrónimo inglés ampliamente utilizado en todo el planeta. Las hipótesis que intentan explicar su origen son diversas. Aunque la tesis más defendida es la del etimólogo Allen Walker Read de comienzos de los años sesenta, que explicaba que era una forma utilizada por los soldados americanos para acortar “0 killed” (es decir, “ningún muerto”) con el objetivo de indicar que no se había sufrido ninguna baja en combate, existen otras explicaciones alternativas. Por ejemplo, en un ejemplar de The Boston Globe de 1839 se utiliza “OK” como forma de abreviar “all correct”, “todo correcto”, el uso más habitual del término.
  • Flipar. Otro de los términos introducidos en el diccionario en 2007 y cuyo origen es también el idioma inglés. Empleado de manera vulgar en nuestro propio país desde hace unas pocas décadas, seguramente su origen se encuentre en el verbo “to flip” del idioma inglés, que significa algo así como “dar la vuelta” o “agitar”. Aunque es más probable que el salto a nuestra lengua se produjese gracias al término “flippant”, que daría lugar a “flipante”, una palabra con matices negativos que suele emplearse para hablar de las personas informales, desenfadas, frívolas o inapropiadas, pero también, de manera más positiva, a las personas que se desenvuelven de manera ligera o vivaz.
  • Farlopa. El otro nombre de la cocaína parece proceder de Sudamérica, donde comenzó a ser utilizado por el mundo del hampa. En concreto, del lunfardo, la jerga propia de la ciudad argentina de Buenos Aires, y que se ha extendido a otras ciudades. En Chile se utiliza también la expresión “falopa”, sin la “r”. Su origen puede remontarse hasta el siglo XIV, cuando aparece en Italia el término faloppa, que aplicado a las personas, servía para nombrar de forma negativa a aquellas “tramposas” o “embusteras”. “Faloppa” se trata de un apellido habitual en el país italiano. En Galicia se emplea el término “falopa” o  “folerpa” para referirse a las bolas de nieve. Su misterio aún se ha de esclarecer.
  • Escote palabra de honor. La leyenda afirma que el origen de este tipo de corte del vestido femenino (que en inglés se denomina strapless, “sin tirantes”), se encuentra en las reservas que la modelo que hubo de portarlo en primer lugar tenía frente a esa prenda, que no parecía poder mantenerse en su sitio sin tirantes ni otros tipos de sujeción. La modista aseguró que, palabra de honor, el vestido no iba a caer. La versión alternativa del mito indica que su origen se encuentra en la promesa de no pisar el vestido que se realizaba a aquellas que lo llevaban por sus partenaires masculinos.
  • Echar margaritas a los cerdos. Uno de esos modismos que también se emplean, con ciertas variaciones, en el idioma inglés (“pearls before swine”, es decir, “perlas para los cerdos”), debido a que su origen se remonta a una raíz común, la Biblia. Concretamente, en Mateo 7:6, durante el Sermón de la Montaña, en el que Jesucristo afirmaba que no había que preocuparse por aquellos que no sabían apreciar lo que de verdad tenía valor.
  • Tirar la toalla. Una de esas expresiones, sinónimo de “rendición”, que todos hemos empleado en algún momento aunque no seamos conscientes de que su origen proviene del mundo del boxeo. El signo que mostraba al juez que un luchador se daba por vencido y abandonaba el combate era arrojar sobre la lona del cuadrilátero la toalla utilizada para empapar el sudor.

Un modismo es, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, una “expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman”. Dicho de otra forma, se trata de aquellos términos que en muchos casos han sido originados por la costumbre y la generalización a partir de determinados usos concretos, que tienen un significado que no es evidente para que aquel que no lo conozca, y cuyo origen se encuentra en muchos casos tan lejano que hay que indagar en las fuentes históricas para averiguarlo. Suelen representar ideas difíciles de reflejar de otra manera y, por su carácter convencional, son altamente económicos, ya que nos permiten formular ideas complejas con pocas palabras.