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El enigma del hombre que desapareció en el bosque y regresó 27 años después
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UNA LEYENDA HECHA REALIDAD

El enigma del hombre que desapareció en el bosque y regresó 27 años después

Un norteamericano llamado Christopher Knight ha sobrevivido más de 27 años escondido en el bosque, durante los cuales no mantuvo ningún tipo de contacto humano. Refugiado entre lonas

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El enigma del hombre que desapareció en el bosque y regresó 27 años después

Un norteamericano llamado Christopher Knight ha sobrevivido más de 27 años escondido en el bosque, durante los cuales no mantuvo ningún tipo de contacto humano. Refugiado entre lonas y bombonas de gas propano para cocinar, el robo de comida era su único método de subsistencia. Precisamente, los numerosos hurtos de alimentos y otros suministros en un campamento para personas discapacitadas fueron la pista que llevó a la policía a seguir el rastro del ermitaño hasta su refugio, en el noreste del Estado de Maine.

El ermitaño había abandonado su hogar familiar a la edad de 19 años sin motivo aparente, y desde entonces trató de evitar a toda costa que se supiese de su paradero. Una obsesión que lo llevó a prescindir del fuego para combatir las frías noches invernales, según informaron los agentes al no encontrar restos de hogueras en su improvisado refugio.

Con sus gafas ochenteras de la adolescencia puestas, y bien afeitado, la policía procedió a la detención de Knight después de que saltase una alarma de seguridad en el campamento cuando robaba comida en la cocina. Los responsables del centro estaban hartos de que “nos utilizase como un supermercado gratuito” y decidieron colocar dispositivos antirrobo, por lo que sus hurtos quedaron registrados en las cámaras de videovigilancia. Los agentes lo cogieron con las manos en la masa y con la mochila llena de alimentos, una mercancía valorada en 238 dólares.

Un fantasma de carne y hueso

Los intentos de localizar a su familia han sido infructuosos hasta el momento y, a expensas de de los exámenes psiquiátricos, todo parece apuntar a que sufre algún tipo de enfermedad mental. De momento, el ermitaño sigue en prisión bajo fianza de 5.000 dólares, acusado de más de un millar de robos cometidos desde 1986. Además del campamento, los lugares en los que solía robar eran las casas de montaña o las cabañas situadas en la zona, además de un aserradero en el que sustraía bombonas de gas.No hacía hogueras para evitar que el humo delatase en su refugio

Durante los 27 años de aislamiento total de la civilización, Knight nunca acudió al pueblo más cercano (Rome), o al menos, nunca fue visto por nadie. Pese a ello, sí se creó una leyenda alrededor de su figura. “He oído hablar de esa historia, pero en los 32 años que llevo viviendo en Rome nunca lo había visto”, según apuntó a un medio local el concejal Paul Anderson.

Las familias que veranean en las cabañas situadas en las inmediaciones del bosque se referían a él como el ermitaño de North Pond, más bien con el objetivo de asustar a sus hijos para que no se adentrasen solos en el monte. Una desconfianza que se debía a los continuos robos de suministros en sus moradas. Muchos de ellos llegaron a reconocer que dejaban comida a plena vista para evitar que les forzasen puertas o ventanas.

La leyenda continúa

Entre las pocas pertenencias que los agentes registraron en el refugio del ermitaño se encontraban un colchón, unas botas, un camping gas, varias bolsas de basura con las que se refugiaba del frío y una radio a pilas, gracias a la cual se mantenía informado de lo que ocurría en el mundo exterior.

Visiblemente asustado tras su detención, Knight explicó durante el interrogatorio policial que el primer y último contacto verbal con un ser humano desde que se fugó en 1986 fue en la década de los 90, aunque no supo precisar el año. Todo se redujo a un saludo distante cuando se encontró a alguien que hacía senderismo. La leyenda del ermitaño de North Pond ha quedado resuelta. Sin embargo, la falta de explicación sobre los motivos que llevaron al ermitaño a aislarse totalmente de la sociedad no han hecho más que agrandar el mito. Quizá Stephen King, también natural de Maine, lugar en el que suele ambientar muchas de sus obras, encuentre en él un filón literario que sirva para resolver esta historia de ciencia ficción. 

Un norteamericano llamado Christopher Knight ha sobrevivido más de 27 años escondido en el bosque, durante los cuales no mantuvo ningún tipo de contacto humano. Refugiado entre lonas y bombonas de gas propano para cocinar, el robo de comida era su único método de subsistencia. Precisamente, los numerosos hurtos de alimentos y otros suministros en un campamento para personas discapacitadas fueron la pista que llevó a la policía a seguir el rastro del ermitaño hasta su refugio, en el noreste del Estado de Maine.