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Por qué a los humanos nos gusta llorar y cómo nació la conciencia
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EL ORIGEN DE LAS RELACIONES HUMANAS

Por qué a los humanos nos gusta llorar y cómo nació la conciencia

La literatura científica ha tratado ampliamente las características que diferencian a los humanos de los animales. Muchos de ellos se han relativizado o matizado posteriormente, como

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Por qué a los humanos nos gusta llorar y cómo nació la conciencia

La literatura científica ha tratado ampliamente las características que diferencian a los humanos de los animales. Muchos de ellos se han relativizado o matizado posteriormente, como el lenguaje, los sentimientos e, incluso, la conciencia. Pero sí de verdad existe un elemento diferencial que no se puede poner en duda, ese es el llanto o, mejor dicho, “el llanto provocado por razones emocionales o como respuesta a una experiencia estética”. Al menos, esta es la tesis que el neurocientífico británico Michael Trimble defiende en Why Humans Like to Cry: The Evolutionary Origins of Tragedy (Oxford Université Press). Un ensayo en el que Trimble se adentra en las causas y consecuencias del lloro, desde una perspectiva multidisciplinar, para explicar la evolución de la mente humana.

La mayoría de estudios que han tratado de explicar por qué lloramos se centraron en el llanto provocado por razones biológicas y comunicativas. Desde el punto de vista biológico, las lágrimas ayudan a eliminar del organismo las sustancias químicas estresantes, lo que genera un efecto relajante en contextos de máxima tensión. Asimismo, son necesarias para mantener el glóbulo ocular húmedo, y contienen proteínas y otras sustancias que ayudan a luchar contra posibles infecciones. Un lagrimeo que sí tienen otros animales. Por otra parte, el llanto sirve como estrategia comunicativa para señalar el peligro, el miedo y el sufrimiento.

El mecanismo que dio origen a las relaciones humanas

A los usos comunicativos del llanto, la biología evolutiva ha añadido que el llanto sirve para trasmitir sumisión y para ayudar a construir o fortalecer las relaciones personales. Trimble parte de estos postulados y aporta una explicación fisiológica sobre los mecanismos cerebrales que provocan el llanto, que sitúa en las llamadas estructuras límbicas, además de otros procesos metabólicos como la respiración o el ritmo cardíaco. La empatía y la moral son fruto de la evolución de estas estructuras cerebrales, por lo que el neurocientífico asocia el surgimiento de la filosofía y la religión con esta característica humana.Las lágrimas contienen proteínas y otras sustancias que ayudan a luchar contra posibles infecciones

La novedad más relevante que aporta el británico a estas teorías es que “cuando nuestros antepasados comenzaron a poseer esta capacidad, fue también cuando comenzaron a tener conciencia de sí mismos y de la muerte; mucho antes de que se desarrollase el lenguaje lógico”. La utilización de las lágrimas como respuesta emocional significó el origen de los circuitos cerebrales implicados en las conductas sociales (las estructuras límbicas), dice Trimble, por lo que el desarrollo de la mente humana no se entendería sin asociarlo al llanto.

La tragedia, un recursos artístico que explota el llanto

La música, la literatura y la poesía son, según Trimble, las expresiones artísticas más directamente relacionadas con el llanto emocional, aunque es una reacción minoritaria propia de las personas con estructuras límbicas muy desarrolladas. Todo ello sin menospreciar la intervención de otros factores, como los recuerdos o el estado anímico. En cambio, las lágrimas provocadas por la alegría, que activan los mismos mecanismos cerebrales que las experiencias estéticas, sí son mucho más comunes a todos los seres humanos.

El llanto provocado por el arte se produce mayoritariamente ante las expresiones trágicas, dice el británico. “Las formas artísticas con más fuerza emotiva son las que nos promueven el sentimiento de tristeza”. Mientras que Nietzsche sostuvo que la tragedia, desde el punto de vista artístico, surgió en la Grecia clásica, Trimble se esfuerza por rebatir esta tesis en su libro. “Sus orígenes son mucho más anteriores”, pudiéndose remontar a las pinturas rupestres.

La literatura científica ha tratado ampliamente las características que diferencian a los humanos de los animales. Muchos de ellos se han relativizado o matizado posteriormente, como el lenguaje, los sentimientos e, incluso, la conciencia. Pero sí de verdad existe un elemento diferencial que no se puede poner en duda, ese es el llanto o, mejor dicho, “el llanto provocado por razones emocionales o como respuesta a una experiencia estética”. Al menos, esta es la tesis que el neurocientífico británico Michael Trimble defiende en Why Humans Like to Cry: The Evolutionary Origins of Tragedy (Oxford Université Press). Un ensayo en el que Trimble se adentra en las causas y consecuencias del lloro, desde una perspectiva multidisciplinar, para explicar la evolución de la mente humana.