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Los cinco mayores mitos sobre el adelgazamiento, a examen
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LAS REGLAS DE ORO NO EXISTEN

Los cinco mayores mitos sobre el adelgazamiento, a examen

Las técnicas de adelgazamiento son cada vez más numerosas y variadas. Casi a diario se presentan nuevas dietas y consejos para perder los kilos que nos

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Los cinco mayores mitos sobre el adelgazamiento, a examen

Las técnicas de adelgazamiento son cada vez más numerosas y variadas. Casi a diario se presentan nuevas dietas y consejos para perder los kilos que nos sobran; un fenómeno que responde al incremento del porcentaje de población con sobrepeso. El problema reside en que el torrente de información sobre esta cuestión no siempre pasa el filtro científico, surgiendo así numerosos mitos sobre lo que engorda o no. Para evitar caer en estas falsas creencias, el director del programa sobre Obesidad y Nutrición de la Universidad de Alabama, David Allison, ha recopilado y explicado los mitos más extendidos entre la población, en un artículo que publica la revista científica New England Journal of Medicine.

El sexo ayuda a quemar calorías

El gasto energético por minuto en una relación sexual es prácticamente el mismo que el de un paseo, según las conclusiones del informe. Habitualmente se puede leer en libros sobre adelgazamiento que por cada relación se pierden entre 100 y 300 kilocalorías. Unas cifras bastante alejadas de la realidad, según el grupo de investigadores dirigidos por Allen, quienes concluyen que se queman de media unas 3,5 kcal. por minuto. Por tanto, y atendiendo a que la duración media de las relaciones sexuales se establece en seis minutos, cada vez que se practica sexo se queman alrededor de 21 kcal.

El sexo no ayuda a quemar tantas calorías como normalmente se cree, menos aún por el efecto relajante que causa tras el coito, haciéndonos recuperar casi la totalidad de las 21 kcal. perdidas anteriormente. Sin embargo, estos resultados son fruto de una media global y variarán dependiendo del metabolismo de cada persona y de la duración del acto sexual. Como recuerdan los autores, “la obesidad es una patología muy compleja y multifactorial en la que no se puede establecer una regla de oro común a todas las personas”.

Si se pierde peso rápidamente, se vuelve a recuperar con facilidad

Las estadísticas dicen que las personas que se someten a regímenes alimenticios muy estrictos pierden peso tan rápidamente como luego lo vuelven a recuperar. Sin embargo, esto sucede principalmente porque se cae en los mismos hábitos que cuando se tenía sobrepeso. Según los investigadores, si se adoptan conductas alimenticias “normales” y saludables después de una dieta exprés, se adelgazará más que si se pierde peso de manera lenta y sostenida. Aún así, dependerá de cada persona, su metabolismo y su genética.

Tampoco es cierto que si se abandona temporalmente un régimen, habrá que comenzarlo otra vez desde cero. En realidad basta con continuarlo, aunque teniendo en cuenta los perjuicios producidos durante el abandono.

La actividad física adelgaza

Una de las conclusiones más polémicas del informe es que hacer deporte no adelgaza. Los investigadores llegaron a esta conclusión porque, según sus estudios, la gran mayoría de las personas que se apuntan al gimnasio no lo hacen con “la intensidad, la frecuencia y la duración requerida” para lograr bajar de peso o evitar caer en la obesidad. Por tanto, si no se cumplen con estos requisitos, los beneficios de la actividad física apenas serán visibles.

La lactancia materna reduce el riesgo de obesidad infantil

“La mayor parte de estudios científicos sobre la lactancia no han encontrado que provoque efectos positivos contra el sobrepeso o la obesidad”. Sin embargo, sí reconocen que conlleva otra serie de beneficios para la salud, tanto para la madre como para el niño.

Desayunar es el mejor método para adelgazar

Numerosas encuestas han constatado que las personas que aseguran desayunar a diario y de forma contundente están más delgadas que la media. Unos resultados verídicos pero que, según los investigadores, no demuestran la existencia de una relación de causa-efecto. “Habría que tener en cuenta otra serie de factores”, como que estas personas pican menos entre horas, al estar más saciados que si no se desayuna, o que normalmente hacen una comida y una cena más frugal que el resto.

Si algo está claro entre los nutricionistas e investigadores es que, a la hora de perder peso, no existen los milagros. La constancia y la adopción de hábitos alimenticios saludables es la máxima más repetida, ya que el metabolismo es capaz de adaptarse a los cambios con una rapidez extrema. De este modo, las pastillas para adelgazar o las dietas extremas tampoco ayudarán a perder peso como se cree, además de que en algunos casos pueden tener serios efectos secundarios para la salud.

Las técnicas de adelgazamiento son cada vez más numerosas y variadas. Casi a diario se presentan nuevas dietas y consejos para perder los kilos que nos sobran; un fenómeno que responde al incremento del porcentaje de población con sobrepeso. El problema reside en que el torrente de información sobre esta cuestión no siempre pasa el filtro científico, surgiendo así numerosos mitos sobre lo que engorda o no. Para evitar caer en estas falsas creencias, el director del programa sobre Obesidad y Nutrición de la Universidad de Alabama, David Allison, ha recopilado y explicado los mitos más extendidos entre la población, en un artículo que publica la revista científica New England Journal of Medicine.