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“Estamos entrando en una mini edad de hielo”, asegura el alcalde de Londres
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VIVIREMOS 30 AÑOS DE FRIO, SEGÚN JOHNSON

“Estamos entrando en una mini edad de hielo”, asegura el alcalde de Londres

“Según mis cálculos”, comenta el alcalde de Londres, Boris Johnson, en una columna publicada ayer en The Telegraph, “este es el quinto año consecutivo en el

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“Estamos entrando en una mini edad de hielo”, asegura el alcalde de Londres

“Según mis cálculos”, comenta el alcalde de Londres, Boris Johnson, en una columna publicada ayer en The Telegraph, “este es el quinto año consecutivo en el que hemos tenido una cantidad inusual de nieve; y por inusual me refiero a un tipo de nieve que no recuerdo en mi infancia: nieve que viene un día y cuaja en todas partes”. Para Johnson, esta serie de inviernos tan duros que está viviendo Reino Unido no puede ser simple coincidencia, y “realmente podríamos estar ante el comienzo de una pequeña edad de hielo”, que nada tiene que ver con el cambio climático (“hay científicos de renombre que aseguran que es una tontería (sic)”, dice Johnson en el artículo, en un claro guiño a los negacionistas).

En opinión del alcalde, y en la del atrofísico Piers Corbyn, a quien cita éste, estos cambios de temperatura no tienen nada que ver con las  concentraciones de CO2, sino con el comportamiento del sol. Según Corbyn, y tal como le cita Johnson, existen múltiples evidencias que constatan que está comenzando una pequeña edad del hielo: “El declive general de la actividad solar es menor que la menor de las previsiones que hizo la NASA hace cinco años. Esto puede ser una muy mala noticia para nuestro clima. Estamos entrando en un periodo de frío prolongado. De hecho, podríamos vivir 30 años de enfriamiento general”.

El alcalde de Londres duda de que el cambio climático sea una realidad y cree que la tierra podría estar enfriándoseJohnson, un político que genera mucha controversia y sabe que cada una de sus palabras puede provocar polémica, se lava las manos diciendo que no está convencido de que Piers tenga razón, y asegura que no quiere enfadar al resto de la comunidad científica –en su mayoría, muy crítica con las opiniones del astrofísico–. Pese a esto, cree que debería estudiarse la posibilidad de que la tierra se esté enfriando, pues, al mirar toda la nieve que hay en Londres, la teoría no resulta descabellada en absoluto.  

¿Puede la variación solar estar detrás del actual temporal?

La teoría que ha encandilado al alcalde de Londres no es, ni mucho menos, novedosa. Se sabe que la actividad solar varía en el tiempo, siendo los ciclos de las manchas solares el indicador más conocido de ésta. El sol brilla con más intensidad cuando hay un mayor número de manchas que, además, siguen un ciclo más o menos estable de 11 años de duración. La mayoría de los científicos cree que la variación de intensidad (de tan sólo un 0,1%) es insignificante para influir realmente en el clima de nuestro planeta, pero hay quién no piensa esto, y existe cierta controversia al respecto.

El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Alejandro Lamas, afirma que es cierto que la actividad solar está bajando y es menor de lo que se creía (máxime teniendo en cuenta que, se supone, estamos en uno de los ciclos calurosos), pero asegura que es un tema demasiado complejo, sobre el que no hay un consenso científico. Lo que sí tiene claro es que la variación de intensidad de la radiación solar no puede explicar la actual ola de frío. “Cuando hay un temporal”, cuenta Lamas, “se tiende a simplificar el fenómeno diciendo que se debe a una cosa u otra, pero no hay ninguna teoría al respecto. En la ciencia hay discusión, y se tienen que demostrar las cosas. Estamos en enero, y que pase esto es normal”.

La variación de la intensidad solar es un tema demasiado complejo, sobre el que no hay un consenso científicoEs cierto que Londres no es una ciudad muy acostumbrada a la nieve. La temperatura media en enero es de 4º, insuficiente para que se genere esta, pero no es para nada un fenómeno extraordinario. Por mucho que lo diga el alcalde de la ciudad, en su infancia también nevaba. Cuando Johnson tenía 14 años vivió dos inviernos consecutivos (el del 77-78 y el del 78-79) en los que el conjunto de Reino Unido se cubrió de nieve. Parece que la memoria a corto plazo del alcalde es algo mejor, y es cierto que los cinco últimos inviernos fueron bastante más duros de lo habitual en las islas británicas, pero ¿realmente hay algún fenómeno detrás o se trata de pura coincidencia?

La meteorología, una ciencia inexacta

Lamas está convencido de que la gente tiene muy mala memoria respecto a los fenómenos meteorológicos e invita a la gente a acudir a los registros para ver si realmente son ciertas las afirmaciones, tan típicas de los telediarios, de que “ya no nieva como antes”, “nunca ha hecho tanto calor” o “los mayores del lugar no han vivido una tormenta como esta”. Lo cierto es que para entender las tendencias climáticas deben estudiarse todos los datos históricos y, aún así, es difícil comprender por qué ocurren.

Lo cierto es que la ciencia meteorológica sigue siendo enormemente inexacta y, pese a que se ha avanzado mucho, tal como comenta Lamas, aún nadie es capaz de predecir el tiempo de manera fiable por debajo de las 48 horas: “No hay una explicación científica unánime sobre por qué varía el tiempo de un año a otro. Se está investigando, y hay hipótesis, pero sigue habiendo muchas dudas. Se ha intentado hacer predicciones a tres meses vista y la mayoría han errado. Se puede conocer el tiempo con bastante predicción 48 horas antes, pero a partir de ahí…”

“Según mis cálculos”, comenta el alcalde de Londres, Boris Johnson, en una columna publicada ayer en The Telegraph, “este es el quinto año consecutivo en el que hemos tenido una cantidad inusual de nieve; y por inusual me refiero a un tipo de nieve que no recuerdo en mi infancia: nieve que viene un día y cuaja en todas partes”. Para Johnson, esta serie de inviernos tan duros que está viviendo Reino Unido no puede ser simple coincidencia, y “realmente podríamos estar ante el comienzo de una pequeña edad de hielo”, que nada tiene que ver con el cambio climático (“hay científicos de renombre que aseguran que es una tontería (sic)”, dice Johnson en el artículo, en un claro guiño a los negacionistas).